Por Roberto García |
Comenzaron los algoritmos en los laboratorios electorales: hasta imaginan a Cristina de Kirchner candidata a senadora en la Capital Federal, siempre y cuando La libertad Avanza y el PRO no lleguen a un acuerdo previo a los comicios. Podría filtrarse en territorio hostil por esa grieta entre las dos agrupaciones hoy dominantes en el distrito porteño. Un riesgo. Pero la viuda preservaría la alcurnia en ese eventual ingreso, cierto estatus más selectivo a quien le produce ardor estomacal regresar a la populosa Cámara de Diputados si se postula por la provincia de Buenos Aires. Además, salir de la órbita bonaerense facilitaría un lugar y acuerdos con el gobernador Axel Kicillof, alzado e irritable con el apellido Kirchner y dispuesto –si puede– a desdoblar los comicios en 2025 y despegarse de la familia sureña.