Nacionales - La pobreza en el segundo semestre de 2024 fue del 38,1%, una baja de 14 puntos respecto del primer semestre del año pasado, cuando había alcanzado el 52,9%. La indigencia por su parte fue del 8,2%, se trata de 10 puntos menos que en el primer semestre de 2024, cuando ascendió al 18,1%.
Luego de alcanzar a 52,9% y afectar a casi 25 millones de personas en los primeros 6 meses de gestión de Milei, este lunes, el INDEC actualizó las cifras de pobreza e indigencia correspondientes al segundo semestre de 2024.
Así, la pobreza se acercó a los niveles del 2023, cuando se ubicó en 38,7% en el convulsionado año electoral; en tanto, la indigencia que hasta junio pasado alcanzó el 18,1% (8,5 millones de personas), mientras que en diciembre de 2023 fue del 11,9%.
Este descenso representa un "alivio social" frente a la crisis previa, explicó el último informe aunque señaló que los datos "han sorprendido tanto a propios como a extraños".
"Hay razones para sostener que se está sobrestimando la caída de la pobreza en un contexto de cambios significativos en el sistema de precios que no se refleja en una mayor capacidad de consumo de los hogares pobres", advirtió Agustín Salvia, director del ODSA.
"Los índices de pobreza retomaron los niveles de un año atrás, pero siguen siendo elevados", precisaron en relación a que 5 de cada 10 menores de 14 años sigue estando bajo condiciones de pobreza, "algo que promete perpetuar la situación si no se actúa con urgencia".
El Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la UCA calculaba que el 2024 cerró con una tasa de pobreza de entre 38 y 39 por ciento. El nowcast de la Universidad Torcuato Di Tella estimó una tasa de pobreza de 36,8% para el semestre julio-diciembre. “La incidencia proyectada se puede descomponer mecánicamente en un promedio ponderado de una tasa de pobreza de 38,8 por ciento para el tercer trimestre de 2024 y de 34,8 por ciento para el cuarto trimestre”, indicó el informe.
Según los economistas Florencia Iragui y Melisa Sala de LCG, si la estabilización persiste "sin dudas tendrá efectos positivos".
En tanto, "la duda será, una vez más, si resulta por sí sola suficiente para erradicar (o reducir sensiblemente) los niveles de pobreza que, además, ya cuenta con un componente estructural importante".
En el mismo sentido, desde LCG, indicaron que el "mayor desafío" está en lo que viene.
El mejoramiento en las condiciones de pobreza que reflejarán los resultados del último tramo del 2024, se relativizan más, en un contexto de mayor volatilidad cambiaria y niveles de inflación que vuelven a encenderse; tras el 2,2% que el Gobierno celebró en enero, en febrero subió a 2,4% mientras que para marzo se espera un 2,7%.
"Este aparente retorno a los niveles previos a la asunción del Gobierno de LLA es engañoso", planteó el economista Claudio Lozano y expresó que la crisis golpeó fuerte a los sectores populares con deterioro del empleo, caída de ingresos y mayor endeudamiento de los hogares.
Aun con la mejora que se refleja en los últimos meses en la reducción en los índices de pobreza e indigencia, la distribución del ingreso no ha mejorado.
La brecha de ingresos entre el 10% de los hogares más ricos y el 10% de los más pobres es de 17 veces, un nivel que se mantiene en línea con el promedio de los últimos 4 años.
Los ingresos laborales crecieron para los deciles más altos, describen desde LCG y aseguran que, para los más bajos todavía mostraban caídas a partir de la lenta recuperación de los salarios informales.
"Por el momento, los sectores más bajos lo suplieron con mayores ingresos no labores", destacaron en referencia a la ayuda social que ofrece el Estado a través de prestaciones como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y la tarjeta Alimentar.
Informe: EC, agencias y Agensur.info
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