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sábado, 1 de marzo de 2025

¿La democracia era esto?

 Por Carlos Ares (*)

Apertura del período de sesiones ordinarias en el Honorable Congreso de la Nación. Cacareo. Revuelo de plumas. Red carpet. Cámaras, cronistas, transmisión en directo. Las ponedoras hacen declaraciones, muestran cartelitos, abuchean. Los pollitos pían alborotados. Agitan las alitas sin levantar vuelo. Buscan un padre entre los gallos de riña. Inclinados sobre el vacío los fanáticos aúllan en los palcos del gallinero.

Los zorros viejos desayunan huevos revueltos. Pichetto, Moreau, Eduardo Valdés, Ritondo. Comen bien ahí desde 1983. Hicieron fortunas. Los zorritos llegan con lo puesto. En 2022 Máximo Kirchner declaró 1.090 millones de patrimonio. Un año más tarde, 4.719 millones, 27 propiedades, dos millones de dólares. La ardillita Lourdes Arrieta pagó para ser diputada por La Libertad Avanza. Un día se dio el gusto. Llevó su patito en la cabeza.

Pasó la Banelco en la época de De la Rúa, el “diputado trucho” en la de Menem, Kueider ahora, siguen los “chocolates” Rigau que cobran en la honorable Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, intendencias, Concejos Municipales de todo el país. Pasó Aníbal Ibarra, pasó Cromañón. Pasó De Vido, pasó la tragedia de Once, pasaron Boudou, José López, Cristina Kirchner, Baratta. Pasó Kicillof, dejó dieciséis mil millones de deuda por la expropiación de YPF. Todo pasa, nada queda. La Justicia llega hasta el tobillo. El crimen es un permitido del régimen.

¿Qué será de la mayoría de los chicos que entonces tenían diez años? Cumplen cincuenta ahora. El país posible se desbarrancó lentamente en el abismo. Más de veinte millones de personas perdieron los mejores años tratando de llegar con alguna esperanza de vida digna al día siguiente. Con la democracia se cura, se educa, se come. Creían, ¿qué otra? El pueblo, los trabajadores, los más pobres, la Patria. ¿Cómo los van a defraudar? Confiaron, votaron, una vez, una más.

No les basta el abuso, la humillación, la provocación constante. Se arrojan cadáveres. Se pasan el miembro informante por la cara. Se masturban con discursos heroicos. Se acaban encima. Cuarenta años después discuten todavía cómo debe ser el papel higiénico de una ley, para garantizar que en adelante, los culos a sentarse en las bancas del Congreso estén limpios de delitos flagrantes. Si es con doble hoja de condena, o basta con una.

En algún momento del debate no va a faltar quien se lave las manos, se agache, proponga agregar al texto un artículo que exija la revisión ocular para detectar, pasando suavemente el dedo, si el tamaño, o la antigüedad de la mancha de mierda a la vista, denunciada, observada, comprobada, pero todavía no tocada por la Justicia, sea de Massa, Scioli, o Insaurralde, es un agravante a considerar.

Ya que la van a hacer, por una vez háganla bien, Además del prontuario, los antecedentes, pidan un control psicofísico de calidad que advierta a tiempo sobre la formación de nidos en la cabeza. De patitos delirantes, murciélagos chupasangre, cucarachas rastreras, víboras venenosas, ratas insaciables. Dada la complicidad con los narcos que financian candidatos, compran jueces, engrasan policías, es imprescindible una rinoscopia que incluya a los asesores.

De paso, los fines de semana, no vendría mal baldear los recintos con Luminol, para ver el reguero en la escena dónde se consumó la traición, cuándo, porqué, quién apuñaló a quién por la espalda. Después de Nisman se sabe que la sangre de los asesinatos impunes salpica para cualquier lado.

Respeten. Acallen el griterío. Tengan un poco de compasión. Pidan al menos un minuto de silencio por el tendal de miseria, de hambrientos, de muertos en vida que dejan. ¿Era esto? Tanto esperar, pedir, manifestar por ella, ¿acaso es, será siempre un juego de simulación que encubre la codicia sin límite? ¿Un eterno partido de truco en el que gana el que miente mejor, el que se guarda cartas para chicanear, amenazar, extorsionar con alguna convicción que en realidad ya no le queda?

¿Era esto la democracia?

(*) Escritor y periodista

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