jueves, 13 de febrero de 2025

Un problema para Milei: Cristina ya no es lo que era


Por Daniel Santa Cruz

“Che Milei. Te noto algo nervioso. El sábado publicaste un galimatías económico en LA NACION para decir que no vas a devaluar porque este tipo de cambio es producto de una ‘estabilización exitosa’”, escribió la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner en su cuenta de la red social X, y agregó: “¿Cómo no va a haber muchos enojados? No tienen un mango y saben que tres o cuatro vivos (en realidad son unos cuantos más) se la están llevando toda por la diferencia entre el dólar devaluado al 1% mensual y el peso cobrando intereses al 2,4% mensual”, acusó la presidenta del PJ, que cargó luego contra el ministro de Economía, Luis Caputo, a quién acusó de ser el “econochanta del mes” por sus declaraciones en referencia al valor del dólar -el dólar no está atrasado, sino que los precios están adelantados-, dijo Cristina en su largo posteo “De antología! “‘¡Precios adelantados! Esa sí que no la tenía. ¿Será un hallazgo conceptual de la Escuela Austríaca? Con Milei: Argentina cara para todos y todas”, concluyó el mensaje.

Como suele suceder, cada vez que Cristina postea o publica una carta en sus redes sociales -no es muy propensa a dar entrevistas- sus dichos tienen repercusión mediática y política, pero hay algo que comienza a ser cada vez más notorio: esa importancia que solía tener se percibe cada vez menos. Esta presunta caída del poder mediático de la expresidenta, su repercusión e incidencia en los actores de la vida política y económica de cabotaje, podría ser una buena noticia para el gobierno de Javier Milei. Sin embargo, si lo analizamos con cuidado, no lo es, porque el gobierno necesita de su presencia para poder contraponer ejemplos de lo que no hay que hacer, algo que vienen haciendo los libertarios desde que asumieron el poder y con buenos resultados.

Sin embargo, en un año electoral se abre un interrogante: ¿puede el bajo impacto social de las declaraciones de Cristina afectar a Milei? Si la respuesta es afirmativa estaríamos analizando las primeras gotas que llenan el vaso sin dejar que, al menos, llegue a la mitad, porque hasta ahora los grandes éxitos de Milei se contraponen al rotundo fracaso del gobierno de Alberto Fernández, la atomización de la oposición -Cristina no podría liderar a todos los sectores ya que con mucho esfuerzo y a un alto costo llegaría a ordenar solo el peronismo- y un desgaste de la política tradicional que permitió otorgarle un voto de confianza a quien venía a gobernar de modo disruptivo.

Otro de los problemas que afectará seguramente a Cristina Kirchner es la posible aprobación del Proyecto de Ficha Limpia que está siendo tratado en el Congreso en estos días. Si se convierte en ley, la expresidenta será la más afectada ya que estaría inhabilitada a ser candidata, en caso que ese sea su deseo, porque su condena por corrupción tiene doble conforme en la justicia. Cerca de ella, sus más fieles seguidores, creen que eso la victimizaría y su imagen podría volver a crecer y que la Ley no puede aplicarse con retroactividad porque Cristina fue condenada antes de su sanción y podría pelear en la justicia su habilitación siendo la infundada “proscripción” el motivo para traccionar votos propios, mientras que para otros, más comprometidos con el gen característico del peronismo, una persona que no puede juntar votos porque no puede ser candidata no es lo mejor ni lo más útil que le puede suceder al histórico partido de poder en la Argentina.

Pero vaya sorpresa: ¡esta semana Cristina dijo una verdad! Argentina es cara en dólares y tenemos los ingresos más bajos de la región. Según un estudio comparativo publicado por El País de España, nuestro país es el más caro de América Latina y con los ingresos más bajos, medidos en dólares. Veamos: Un café en la Argentina cuesta 3,5 dólares, en Chile 2,8U$S en Brasil y Colombia 1,5 U$S y en México 2,5 U$S. Un litro de leche en la Argentina cuesta en supermercados un promedio de 2,2 dólares mientras que en Chile cuesta 1,2 U$S en Brasil y Colombia 1,0 U$S y en México 1,5 U$S. Un almuerzo ejecutivo de mediodía cuesta en valores promedios en lugares céntricos de nuestro país 18 dólares, mientras que en Chile cuesta 6,6U$S, en Colombia 7,5 U$S, en Brasil 7,1 U$S y en México 5,0 U$S. La muestra culmina con la parte grave del problema: los ingresos. El salario mínimo en nuestro país alcanza apenas los 292 dólares, en Chile es de U$S516, en Colombia de U$S350, en México de U$S400 y en Brasil de U$S258.

Si tomamos con seriedad este cuadro, no solo Cristina, también tienen razón todos los que dicen que es inviable el dólar barato para la industria local y las exportaciones y que solo favorece como consumidores a los sectores medios con capacidad de ahorro y altos. Pero aún señalando una verdad que duele, Cristina no impacta negativamente contra el gobierno como en otro momento, porque estamos viviendo una etapa de la vida política donde importa más quién lo dice que aquello que dice.

De algún modo, la opinión de Cristina Kirchner hoy es compartida por muchos economistas de marcada impronta liberal, más preocupados por la macroeconomía que por el consumo popular, economistas que incluso Milei destacaba como “modelos” siendo el mayor ejemplo Domingo Cavallo, cuya opinión crítica le costó el puesto como embajadora en la OEA a su hija. Eso los llevó, a juicio del Presidente, a convertirse en “charlatanes que no saben sumar”. Esa advertencia, viniendo de cierto grupo de expertos cercanos al llamado “círculo rojo”, es la que lastima y enoja al Presidente, aunque, de algún modo, Cristina diga lo mismo. Si fuese ella sola quien alertara sobre esta situación sería el mejor escenario para el gobierno libertario, pero cuando comienzan a coincidir amigos y enemigos, allí es cuando el problema va tomando forma compleja. Si esta situación se afirma, más allá de una notoria baja de la inflación, el modelo económico que nos propone Milei, y que algunos economistas liberales están advirtiendo puede ser poco factible con el precio actual del dólar libre- que no es libre, tiene intervención estatal y una restricción llamada cepo- nos estaríamos convirtiendo en un país aún más injusto.

No es un buen momento de Cristina Kirchner, está lejos de serlo, incluso con internas inesperadas desatada en parte por su mejor y preferido discípulo, el gobernador Axel Kicillof, su predica pierde impacto, y este escenario no es lo mejor que le puede pasar el gobierno de Javier Milei, porque su estrategia política siempre necesito de un enemigo antagónico, que le permita mostrar sus diferencias para poder ganar tiempo en base a la confianza que, por default, llega de la mano de quienes estaban “cansados de lo otro”. Si Cristina se desdibuja, a la estrategia de confrontación libertaria le va a faltar el “enemigo perfecto”, lo que abre la posibilidad de que un espacio político que no represente ni al populismo kicrhnerista ni al fanatismo desenfrenado mileísta, pueda hacerse un lugar en la conversación política para debatir el acceso al poder. La lógica binaria que indica que es Milei o Cristina comienza a desdibujarse de la mano del dólar barato, que no conforma a todos, aunque aparenta un estadío de estabilidad al que no estábamos acostumbrados.

La buena noticia para el gobierno es que ese espacio, si bien está latente, aún no encontró un liderazgo que sepa representarlo. Pero así como Milei construyó su candidatura en poco tiempo capitalizando la falta de credibilidad popular del resto, ese escenario político podría volver a presentarse, esta vez, invirtiendo los roles de los mismos protagonistas.

© La Nación

0 comments :

Publicar un comentario