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domingo, 22 de diciembre de 2024

El Gobierno de Milei no quiere aliados, sino fieles y seguidores


Por José Ángel Di Mauro

La ambulancia libertaria recorre todo el territorio sin parar. Va recogiendo heridos, que suma a sus filas con beneficio de inventario. Indistintamente, la ambulancia la conducen Karina Milei o Santiago Caputo, integrantes del “triángulo de hierro”, al que suele hacer referencia el presidente, tercer componente del mismo.

Ahora recogieron a Diego Kravetz, a quien venían siguiendo como los cazatalentos de los equipos grandes que están dispuestos a llevarse todo lo que brilla en aquellos equipos chicos que no pueden retener a sus figuras. No es que en este caso el susodicho fuera un “Messi en potencia” -de hecho perdió el municipio de Lanús cuando compitió por el mismo hace un año-, pero los libertarios venían observando los inconvenientes que este miembro del Pro tenía en el área de seguridad de CABA con el ministro Waldo Wolff. Era un secreto a voces que Kravetz tenía los días contados como secretario de Seguridad porteño, y al gobierno de Javier Milei se le ocurrió la idea de tentarlo con la SIDE, donde Santiago avanza con su colonización a paso más lento que el que desearía. Por eso es que un Kravetz le venía bien a La Libertad Avanza para secundar a Sergio Neiffert en la SIDE.

Cuando le hicieron a Kravetz la tentadora oferta de ser el N° 2 de la Secretaría de Inteligencia, éste pidió tiempo para analizarlo, mas no se lo concedieron: era un tómalo o déjalo, y el esposo de Soledad Acuña ya no dudó.

Jorge Macri se enteró por las redes sociales de que su secretario de Seguridad se había adelantado al despido, pasándose al Gobierno nacional. Poco antes de que Manuel Adorni lo anunciara en X, periodistas con línea directa a lo más alto del poder lo acababan de anticipar en sus respectivos programas (ya se sabe que pertenecer y cumplir con la difusión del mensaje del líder tiene sus privilegios).

El Gobierno porteño acusó recibo de la jugada mileísta y trató de salir de la situación nombrando rápido al reemplazante de Kravetz, adelantando en parte un cambio de gabinete previsto para el mes de enero. Y para compensar, pusieron a un excolaborador de Patricia Bullrich en la Secretaría de Seguridad de la Ciudad.

También correrán de la Jefatura de Gabinete a Néstor Grindetti a una todavía no determinada secretaría estratégica, pero suena a castigo por la movida de Kravetz, que le respondía al excandidato a gobernador bonaerense de Patricia Bullrich.

El Gobierno sumó así a un nuevo dirigente del Pro, mas no como Mauricio Macri quiere y reprocha que no le cumplen. Cuando el Pacto de Acassuso, el expresidente creyó haber dejado claro que si Milei ganaba, el Pro nutriría de cuadros la cuadrícula del Gobierno nacional, en una suerte de alianza que la mayoría automática del “triángulo de hierro” (léase Santiago C. y Karina M.) deliberadamente no le concedieron nunca. No formalmente, aunque en el partido amarillo suelen resaltar que los ministros más destacados de esta administración -Toto Caputo y Pato Bullrich- tienen esa procedencia; lo mismo que Federico Sturzenegger, tan admirado por Milei… Y que la plantilla oficial está plagada de exmiembros del Pro. Pero no es lo mismo. En ningún caso se trata de ofrecimientos de Macri aceptados por Milei, sino contrataciones directas de emisarios libertarios.

Tan es así, que los que aceptan, más temprano que tarde trazan una diferencia clara entre su pasado cambiemita y la actualidad: “Antes quería dar un paso y me frenaban; ahora no me frena nadie”, dijo Patricia hace una semana; “Lo que Mauricio no logró en 4 años, Milei lo hizo en un mes”, acaba de señalar Sturzenegger, que ya en 2019 habló del “fracaso de Macri”; mientras que Caputo diferenció a Milei del líder del Pro, destacando que el primero “tiene el mérito infinito de haber dado la batalla cultural”, algo que Macri no hizo.

Le costó, pero Mauricio Macri terminó entendiendo que el gobierno de Milei no quiere aliados, sino fieles, como en las misas (inspiración del Gordo Dan); o seguidores, como en las redes sociales. Y no les va mal. Como con Carlos “Camau” Espínola, a quien le rechazaron la propuesta de armar un frente para que él fuera su candidato a gobernador en las elecciones del próximo año en Corrientes. O se confiesa libertario, o que se arregle, le contestaron. En el peor de los casos, Milei seguirá sin tener gobernadores, ni intendentes, pero hasta ahora mal no le ha ido.

Escándalo Kueider mediante, quien preside el bloque de tres que integraba el ahora preso entrerriano parece haberse alineado a las condiciones de La Libertad Avanza. Mientras el kirchnerismo se dedicó esta semana a escracharlo con carteles en los que les reclaman que devuelva la banca, llamándolo “jefe de la banda”, el medallista olímpico fue a la Casa Rosada y ya habla de “adaptarse a esta nueva etapa política”.

Lo acompañó el experimentado senador Juan Carlos Romero, y la reunión fue con Guillermo Francos, el vicejefe de Gabinete Lisandro Catalán y Eduardo “Lule” Menem, mano derecha política de Karina Milei. Hablaron también de la agenda de un Senado donde la principal oposición y la más dura tendrá el año que viene un escaño más, a expensas de los aliados del oficialismo. Y donde la relación con la presidenta del Cuerpo es cada vez más hostil de parte del Gobierno. Todos presumen un 2025 de mínima actividad legislativa.

Se verá: el oficialismo es demasiado débil, numéricamente hablando, como para imponer condiciones… si es que sus aliados no las aceptan.

Y volvemos al Pro, que cuenta con 37 bancas en Diputados, casi tantas como LLA. Si Macri decide que es el momento para imponerle condiciones al Gobierno, deberá aprovechar este que es el último año con que gozará de semejante número. No fue casual que el jueves en Tucumán el presidente hiciera un reconocimiento especial al “fundamental aporte del bloque de diputados del Pro que trabajó mucho con nosotros, nos ayudó mucho”. Y menos casual pareció la referencia especial a su presidente, Cristian Ritondo, de quien dijo que “hoy está siendo víctima de operaciones y persecuciones justamente por ayudarnos y colaborar”. ¿Otra vez la ambulancia?

Si bien todo suma, la influencia del Pro en el Senado nunca fue demasiado relevante. Allí cuenta con 7 bancas, dos de las cuales concluyen mandato dentro de un año. Pero en la Cámara baja, donde son tercera minoría, cabeza a cabeza con LLA, el Pro verá muy menguada su presencia, pues 22 de sus 37 diputados deben renovar sus bancas. Y de los 15 que tienen mandato hasta 2027, al menos 4 están alineados con Patricia Bullrich.

Como sea, Mauricio Macri tiene decidido ir a las elecciones con listas propias, tal vez sumando a viejos aliados de Juntos por el Cambio en determinados distritos. Con encuestas nacionales que le dan al Pro 8 puntos, contra un oficialismo por arriba del 40%, el expresidente piensa que no tiene mucho que perder: junto a La Libertad Avanza, el reparto de lugares no sería tan parejo y “generoso” como era con sus socios de JxC, con lo cual no ganaría muchos más lugares que los que le tocaría al Pro yendo por su cuenta.

Igual, tiene en cuenta que más de uno estará tentado por teñirse directamente de violeta.

De todas formas, todos los ojos estarán puestos en la provincia de Buenos Aires, donde el kirchnerismo, tal vez con Cristina Kirchner como candidata, podría ganar si el oficialismo tiene competencia por derecha, temor con el que especulará el macrismo hasta último momento, para ver si el Gobierno “entra en razón”.

Macri habla por experiencia propia. Cambiemos ganó las elecciones intermedias, pero ni bien asumió el nuevo Congreso, donde ya tenía un número que Milei no tendrá el año próximo, por mejor que le vaya, sucedió la pesadilla de la reforma previsional y las 14 toneladas de piedras, y los inversores que se esperaba finalmente comenzaran a desembarcar en el país, se asustaron y volvieron a esperar. No fue lo único; en enero el gobierno de su amigo Donald Trump subió la tasa de interés y la Argentina ya no tuvo de dónde financiarse y se desató la debacle.

Macri piensa que su amigo Milei debiera tener esos datos presentes, pues los que aplauden fervorosamente todavía no han abierto sus bolsillos.

© Parlamentario.com

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