Néstor Quintana y el autor de esta nota, el último verano, en los preparativos del
libro sobre Arturo Oñativia para la colección "Los Protagonistas"
Por Nelson Francisco Muloni
Este lunes a la mañana, murió Néstor Salvador Quintana, a los 90 años, rodeado del afecto de sus hijos y nietos y de los amigos a los que siempre recibió con los brazos abiertos en su casa, tanto para charlar como para alentar nuevos emprendimientos en el campo del periodismo y de la política, en todos sus aspectos.
Desde muy joven, y luego de abandonar sus estudios de abogacía, Quintana incursionó en el campo político dentro de la Unión Cívica Radical, partido al que abrazó y le entregó muchos de sus anhelos y esfuerzos. Se casó con Silvia Sosa y de ese matrimonio nacieron sus tres hijos: Fernando, Ramiro y Alejandro. Este último, murió muy joven lo que repercutió hondamente en el espíritu luchador de Néstor Quintana y de su esposa.
Ocupó diversos cargos políticos en representación de su partido pero su gran pasión fue el periodismo en el que empezó a trabajar también desde muy joven. Así, diarios como Norte, El Intransigente, Crónica del NOA y varios más, lo tuvieron como jefe de Redacción en algunos casos y como destacado columnista en otros.
Fue uno de los impulsores de la Carrera de Comunicaciones Sociales de la Universidad Católica de Salta desde donde emergieron muchos de los más importantes periodistas que se desempeñan en la actualidad en los diversos medios de comunicación de Salta.
Junto con el autor de esta nota, Quintana creó el primer programa de análisis político de la provincia: Conversaciones, por Radio Nacional Salta. Al mismo tiempo, juntos emprendieron la realización de una revista de opinión, Los Protagonistas, dirigida por Ernesto Gerardo Nievas.
Quintana también incursionó en televisión con el programa Artículo 14 y fue columnista invitado en varios de los programas periodísticos de la capital salteña.
Junto con otros colegas, preparó y publicó un libro sobre Roberto Romero en la serie Los Protagonistas, cuyo título pretendía homenajear a aquella vieja revista de opinión. El libro fue presentado en abril del año pasado. En mayo de ese mismo año, falleció su esposa cuando Quintana se encontraba empeñado en la realización del segundo tomo de Los Protagonistas que estaría dedicado a Arturo Oñativa. La tristeza y el recuerdo amoroso de su compañera de toda la vida, hizo mella en el espíritu del viejo luchador. Y así lo halló la muerte.
El amigo
La historia se encargará de analizar los pormenores de la trayectoria política de Néstor Quintana. Pero nadie podrá obviar su generosidad y su profundo sentido del compañerismo, de la amistad y de la lealtad que desplegó en toda su vida.
Participó en muchas de las realizaciones culturales de las distintas épocas en las que le tocó vivir. Tuvo como amigos a Manuel J. Castilla, Hugo Ovalle, Luis Andolfi, José Juan Botelli, Gustavo Leguizamón con quienes supo adentrarse al corazón mismo del arte y la cultura de Salta. La biblioteca de Quintana ostenta casi todas las obras de los creadores locales. Muchos de sus alumnos, incluso, llegaron a publicar importantes ensayos que hoy se encuentran en los anaqueles de su biblioteca en la que, claro, la política, la filosofía y el periodismo son los títulos sobresalientes de esos tesoros que guardaba y que, siempre, los volvía a consultar o los mostraba a sus amigos para iniciar una charla o, simplemente, para asombrarse del ingenio o la sabiduría de algunos autores.
Pero Néstor Quintana fue, fundamentalmente, un buen amigo. Amplio, generoso, siempre dispuesto a un buen café o una buena comida con sus amigos de siempre y con charlas interminables que finalizaban con un libro que terminaba obsequiando a sus invitados.
Esas lecturas y ese profundo amor por el periodismo y la política, lo llevaron a ser un orador destacado, y un elegante componedor frente a las vicisitudes de la siempre cambiante realidad del país. En ese sentido, además de sus amigos cercanos, Quintana podía ofrecer un discurso o una charla ante Raúl Alfonsín, Ricardo Balbín o el propio Oñativia y acercarse a los que llamaba sus “dignos adversarios” de otros partidos políticos con los cuales también solía reunirse tanto en encuentros informales como en peñas de opinión.
Néstor Salvador Quintana ha muerto. Casi al borde de cumplir sus 91 años. Deja una herencia importante, insoslayable porque ha sido parte de la historia de Salta, su vínculo más profundo con la realidad y, como diría Octavio Paz, un verdadero “hombre de su tiempo”.
El sentido homenaje de este amigo que, siendo adolescente, lo conoció como un destacado periodista, allá lejos, tan lejos como hoy tan cerca del corazón. Gracias, Néstor…
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