Sara Facio
(Foto/Silvina Frydlewsky-El País)
Nos dejó este 18 de junio de 2024, exactamente dos meses después de cumplir 92 años. Sara Facio pasó su vida mirando y dejando registro de su visión, de su paso y de su compromiso con la verdad. “Yo estoy al lado de la gente”, sostenía.
Cuando alguien escucha nombrar a Sara Facio, posiblemente sepa –o no- que el suyo es el ojo detrás de algunas de las fotografías más famosas de los personajes más destacados de nuestra cultura. Entre muchos otros, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Alejandra Pizarnik, Mercedes Sosa y, por supuesto, su pareja y amada María Elena Walsh, cuya memoria y legado se dedicó a mantener vivos por los últimos años.
Pero también es la mirada de Sara la que perdura inmortalizada en innumerables fotos de las calles de Buenos Aires, de la gente de acá y de allá, y de algunos de los acontecimientos políticos más importantes de nuestra historia.
“Yo me daba cuenta que la gente estaba sufriendo, y lo sentía, y quería de alguna forma estar al lado de ellos. No me gusta hacer fotos a cinco metros, con teleobjetivos. Si vos ves mis fotos, estoy al lado, estoy con la gente”, decía en diálogo con DW la mujer que veía en el retrato una forma de capturar paisajes exquisitos.
Refiriéndose a su trabajo sobre movilizaciones peronistas históricas y sacando su faceta más fotoperiodística, Sara destacaba el valor del registro, fuera
de momentos tristes o felices. “A mí me gusta sacar la verdad, creo en la belleza de la verdad”, reflexionaba unos cuatro años atrás durante el mismo reportaje. Alejandra Pizarnik por Sara Facio
Se encontró con la fotografía siendo muy joven y su carrera recibió especial impulso cuando, habiendo terminado la Escuela Nacional de Bellas Artes en 1953, viajó a Francia gracias a una beca con su compañera Alicia D’Amico, otra gran fotógrafa.
“Desde que la descubrí se convirtió en mi vida, he vivido para y por la fotografía. Para soñar, para que la gente se emocione, para comunicar todo tipo de cosas, desde alegres hasta muy tristes”, recordaba cuando ya acumulaba casi nueve décadas de vida.
La tutoría de Annemarie Heinrich colaboró con su entrenamiento en el fotoperiodismo y el Fondo Nacional de las Artes le permitió adquirir su primera cámara profesional, luego de lo cual Sara Facio comenzó a retratar la cultura latinoamericana, artista por artista, escritor por escritor. "Los elegí porque los leí y me parecían buenos", explicaba.
"Buenos Aires, Buenos Aires" y "Humanario" son dos de sus inolvidables publicaciones, lanzadas junto a D’Amico y con textos de Cortázar. En toda su vida, publicó más de 20 libros, siendo uno de ellos “La fotografía en la Argentina: desde 1840 a nuestros días” y expuso en museos de todo el mundo.
Cerca de la gente y de su hacer artístico y político, Sara Facio militó el reconocimiento de la fotografía y fundó con sus colegas el Consejo Argentino de Fotografía, además de crear la editorial fotográfica La Azotea y organizar secciones especializadas en varios diarios.
Sara quería que, al morir, supiéramos todo en lo que se detuvieron sus ojos: “Lo que yo vi está en mis fotos. Como si dijera: ‘Esta es mi ciudad, mi gente, la que admiro, la que me gusta’. Ese es mi canon’”(*).
(*) Del reportaje “Con los Ojos Abiertos” por María Moreno, 25 de febrero del 2000
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