Axel Kicillof y Máximo Kirchner
Por Sebastián Hadida
El peronismo huele a pólvora. Cuando todavía no se terminó de inhalar la radioactividad tóxica que desprendió la bomba nuclear del triunfo libertario, la balacera incesante entre referentes de fuste de cada uno de las organizaciones de Unión por la Patria hace irrespirable el aire en este espacio mayoritario de la oposición.
Las esquirlas vuelan por doquier y astillan la unidad, en momentos en que el Partido Justicialista busca desesperadamente recuperar la unidad y el orden a través de elecciones internas a nivel nacional y bonaerense.
Máximo Kirchner es el blanco fácil para todos. “Todos contra Máximo”, pareciera ser la consigna. Razones no faltan y quien mejor pintó el cuadro de situación es Andrés “el Cuervo” Larroque cuando expuso el intento de la ex presidenta Cristina Kirchner de seguir ejerciendo la conducción del movimiento a través de La Cámpora, y de imponer una sucesión hereditaria a la medida de su dedo.
La crítica fue centralmente al todavía titular del sello del PJ bonaerense, pero también salpicó a Cristina Kirchner y a su estilo de conducción, por seguir pretendiendo bajar línea por whatsapp a través de “tres ñatos” camporistas (Facundo Tignanelli, jefe de bloque de la Cámara de Diputados bonaerense; Emmanuel González Santalla, senador provincial, y Martín Rodríguez, dirigente de Hurlingham, todos ellos del primer anillo de Máximo K).
En el universo kirchnerista, criticar frontalmente a Cristina Kirchner es pecado, y por eso cuando se la quiere cuestionar a ella de forma indirecta, se suele elegir a Máximo como destinatario, como “punching bag” de los golpes.
Larroque prácticamente se salteó esa regla de rectitud política y desencadenó un terremoto cuyas ondas expansivas aún no encontraron límite.
La intención del ministro, en el mejor de los casos, era advertir sobre los riesgos de seguir esmerilando al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, el mejor perfilado dentro del peronismo para pelear por la sucesión del liderazgo de Cristina y por la presidencia en 2027.
“Los liderazgos no se autoperciben ni se autoproclaman”, le advirtió a Máximo Kirchner, en un cross a la mandíbula que dolió y mucho en el campamento camporista, especialmente porque el puñetazo provenía de alguien que había sido secretario general de la organización hasta hace tan solo un año atrás, cuando se cruzó a la vereda de Kicillof.
Como buenos vasallos de su patrón, Mariano Recalde y Mayra Mendoza salieron a ponerle los puntos a Larroque, y también al intendente ultra k de Ensenada, Mario Secco, que se había sumado a la campaña “Todos contra Máximo”.
En esta pelea entre Axel y Máximo, Cristina tomó partido por su hijo biológico, pese a su "debilidad" por quien fuera su último ministro de Economía.
En un acto en Quilmes, con Mayra Mendoza como anfitriona, la ex presidenta fue la oradora excluyente de un acto en el que La Cámpora dejó abajo del escenario a Kicillof, en un gesto de desdén, como si fuera un actor de reparto en esa obra.
La lista de detractores de Máximo K es mucho más larga. Entre otros: Aníbal Fernández, Jorge Ferraresi, Fernando Gray y Juan Zabaleta. Éste último lo acusó directamente de jugar a “dividir al peronismo”.
Zabaleta es una de "las viudas" de Alberto Fernández. El ex ministro de Desarrollo Social había apostado por construir un -ismo alrededor de la figura del ex presidente, pero a éste no le dio la nafta y se lo consumió una gestión gris, a media tinta.
El también ex intendente de Hurlingham, que perdió el municipio a manos de La Cámpora, se unió a Gray y a Facundo Moyano para conformar una línea interna minoritaria en el PJ bonaerense, de cara a las elecciones del 17 de noviembre. Ese mismo día también el PJ nacional irá a las urnas, y todavía no hay candidatos lanzados.
Días atrás, en una entrevista con el streamer y militante político Pedro Rosemblat en el canal Gelatina, Máximo Kirchner le puso paños fríos a su enfrentamiento con Kicillof.
El jefe camporista aclaró que con Axel Kicillof “no hay interna, se inventa y siempre hay un par de vivos que quieren sacar algún provechito”.
Un par de meses atrás, el mismo dirigente político había retado al gobernador en una suerte de escarnio público por la osadía de haber dicho que era necesario "componer canciones nuevas" en el peronismo.
La otra interna
La interna de Unión por la Patria que enfrentó a Sergio Massa con Juan Grabois en las PASO, resolviéndose a favor del primero, resurgió con virulencia el miércoles por la noche en un acalorado debate cara a cara que el líder del Frente Patria Grande y del MTE mantuvo con el legislador libertario Ramiro Marra, y que casi termina a las trompadas en el set de televisión.
En medio de un polvorín de acusaciones, chicanas e insultos, el líder social soltó que en La Libertad Avanza “son lo mismo” que Sergio Massa, y para fundamentar esta tesis aseguró que las listas libertarias se armaron en la oficina del líder del Frente Renovador.
"Si va Massa de candidato a presidente, Wado de Pedro de vicepresidente y me llama Cristina Kirchner y me dice 'bajá la lista y te damos toda la lista de diputado y senadores', le digo: 'Cristina, ni en pedo vamos a votar a este sinvergüenza, vendepatria y cagador", había sentenciado Grabois sobre el ex intendente de Tigre antes de que le habilitaran la interna para competir en las PASO presidenciales.
Durante la campaña formal, el amigo del Papa bajó los decibeles de la confrontación con Massa y incluso le brindó el apoyo militante de su fuerza política una vez que el entonces ministro de Economía lo venció en las PASO del peronismo.
Por esta razón, nadie vio venir esta contraofensiva de Grabois contra Massa en el estudio de “A Dos Voces”. El jefe de Patria Grande reafirmó lo que se manejaba sottovoce en el peronismo y que solo había expresado en voz alta Sergio Berni: la entrega de sellos de goma de partidos políticos vinculados al tigrense para que Milei pudiera competir en los distritos bonaerenses donde estaba huérfano de estructura.
En ese momento, la apuesta de Massa era dividir el voto opositor, cuando se pensaba que el rival a vencer era Juntos por el Cambio y no Milei. La idea era carcomerle base electoral a Juntos por el Cambio para que Unión por la Patria quedara en un cómodo primer lugar en las PASO.
El desenlace es historia conocida: el cálculo se le fue de las manos a Massa, y Milei terminó alzándose con la victoria en las PASO con un sorprendente 30%, que lo posicionó como favorito para los sucesivos turnos electorales.
La vendetta de Grabois se sintió como una puñalada traicionera en el Frente Renovador, que rápidamente salió de contraataque. “Charlatán de feria” fue el adjetivo más suave que le propinaron.
"Nuevamente este charlatán de feria, que sacó 3 puntos hace unos meses y que gran parte se fueron hacia otras fuerzas, se propone como principal socio estratégico de Milei. Sería muy importante que aparezcas menos, así le hacés un favor al peronismo y a los argentinos", castigó Sebastián Galmarini, director del BAPRO y cuñado de Massa.
Por su parte, el diputado nacional massista Diego Giuliano recordó que Massa lo “cuadriplicó” en votos a Grabois en las PASO.
"Otra vez con Massa @JuanGrabois... Después que te cuadruplicó en las PASO dijiste que lo apoyabas! Era verdad antes o ahora? No somos iguales. Eso es verdad", posteó en su cuenta de X el también presidente del Frente Renovador a nivel nacional.
El diputado nacional massista Ramiro Gutiérrez también salió con los botines de punta: “Juan Grabois, si hubieses apoyado a Sergio Massa, que te ganó cabal y holgadamente la interna, estarías entre los millones y millones que casi ganamos la batalla. Para ser general jamás hay que desaparecer en la contienda”.
Por último, el intendente massista de Las Heras, Javier Osuna, afirmó que “este chico no está bien”.
"Está garpado o de verdad se cree el mesías del peronismo desde un puñado de puntos. Si te llaman y te dan pantalla es porque sos lo mejor que pueden mostrarle a la gente para sostener a Milei", expresó el jefe comunal.
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