Ilustración/iProfesional
Por Pablo Sieira
La fuerte pelea del presidente Javier Milei con el Congreso y los gobernadores por la caída de la Ley ómnibus amenaza con producir efectos colaterales sobre una parte importante de su plan de gobierno. Tal es el caso de la eventual reforma laboral y la privatización de empresas públicas, por tratarse de temas en los que la herramienta del decreto puede ser ineficiente y jurídicamente débil.
Después del cimbronazo de la Cámara de Diputados, el ministro de Economía, Luis Caputo, aseguró que el fracaso de la Ley ómnibus "no va a cambiar el rumbo económico". La pata fiscal del plan de Milei, sin duda la más importante, no se ve amenazada según el funcionario. Incluso, la pelea política con las provincias hasta puede ser funcional.
Una muestra de ello podría ser la reciente decisión de disminuir el subsidio a las empresas de transporte público y eliminar el Fondo Compensador del Interior del cual salían recursos para las empresas de colectivos de las provincias. La medida se condice con el ajuste y a la vez se inscribe en la pelea que lleva a cabo Milei contra los gobernadores.
Sin embargo, la reforma laboral, la reforma previsional y la privatización de empresas públicas son otra parte del programa de La Libertad Avanza, tan importante que figuran en el decreto 70/2023 conocido como el "mega DNU" y/o en la Ley ómnibus que naufragó. Hoy esta pata del plan de Milei se ve amenazada por su ataque frontal a diputados y gobernadores.
Y es que a la debilidad parlamentaria del oficialismo que ya se conocía pero quedó expuesta en el debate de la frustrada Ley ómnibus se le suma este nuevo clima de extrema tensión entre el Presidente y el Poder Legislativo que agrega más dudas sobre la capacidad del Gobierno para aprobar leyes cuando empiecen las sesiones ordinarias el 1 de marzo.
Milei contra el Congreso: ¿cómo afecta a las privatizaciones y la reforma laboral?
Sobre este escenario en el Gobierno hacen su propia lectura, la cual se enmarca en estrategia de "exponer" a la "casta política" que se opone al "cambio" que Milei vino a representar. "¿Y qué va a hacer el Congreso ahora, va a rechazar todo lo que mandemos? Bueno, que se hagan cargo frente a la sociedad", es la evaluación -palabras más, palabras menos- que se escuchó en los últimos días en la Casa Rosada, según deslizaron fuentes del oficialismo a iProfesional.
En efecto, la idea de saturar al Congreso con proyectos de ley a partir del 1 de marzo podría ayudar al oficialismo a exacerbar la polarización entre "la libertad" que según su discurso propone Milei y "la casta empobrecedora". Sin embargo, existe el riesgo de que esto solo sirva "para la tribuna" y no para tener resultados concretos en términos de aprobación de leyes.
Funcionarios del Gobierno como el vocero presidencial, Manuel Adorni, y el ministro del Interior, Guillermo Francos, ya adelantaron que en el Ejecutivo tienen en evaluación "todas las herramientas constitucionales" como alternativa al Congreso, en referencia a la consulta popular y a los decretos. La decisión se terminaría de tomar cuando Milei vuelta de su gira por Israel e Italia.
Sin embargo, esto puede ser un escollo no menor para los planes del Presidente. Y es que la privatización de cualquier empresa pública podría perder atractivo para cualquier inversor si se hiciera a través de un decreto, debido a que no tendría garantía alguna de la medida no sea revertida en el futuro por otro gobierno con la misma metodología. A eso se suma la probabilidad de que se vea trabada por un amparo judicial.
Para una eventual reforma laboral existe el mismo riesgo. Milei ya había incluido esta medida en el "mega DNU" y la Cámara del Trabajo suspendió todo ese capítulo por "inconstitucional", con el argumento de que este tipo de enmiendas deben pasar por el Congreso.
En efecto, todas estas ideas que forman parte del programa económico del Gobierno necesitarían de leyes para garantizarle tanto al Poder Judicial como a los potenciales inversores que el andamiaje jurídico que las sostiene es lo suficientemente sólido como para garantizar cierta estabilidad y continuidad en el tiempo.
Proyectos en duda: ¿Milei tiene chances de avanzar con sus reformas?
En un sector del Gobierno esta necesidad no pasa desapercibida. Como contó iProfesional, Caputo ya empezó a trabajar en las reformas estructurales que necesitaría en el ámbito laboral e impositivo, entre otros, con la idea de enviar proyectos de ley cuando se inaugure el período de sesiones ordinarias.
La reforma laboral avanzaría en la flexibilización de las condiciones laborales, la reducción de las indemnizaciones y limitaciones al derecho a huelga cuando se trate de servicios esenciales. Si bien el tratamiento de un proyecto de este tipo sería conflictivo en cualquier escenario parlamentario al igual que la privatización de una empresa pública, Milei tiene en principio un terreno fértil para ir hacia adelante.
Al no tener una mayoría parlamentaria propia, era esperable que el Presidente se viera condicionado por los diputados y los gobernadores que en muchos casos son los jefes políticos de aquellos, pero el apoyo estaba. Tanto en Hacemos Coalición Federal como en la UCR había numerosas voces a favor del capítulo de privatizaciones que estaba en la Ley ómnibus. Solo pedían ajustar la redacción para asegurar un acuerdo mayoritario.
Lo mismo ocurre con la eventual reforma laboral. Más allá del PRO, que ya se perfila como un puntal para Milei con Mauricio Macri detrás y que tiene plenas coincidencias ideológicas con el Gobierno, en los otros bloques hay un relativo consenso sobre la necesidad de "modernizar" el sistema. Habría nuevamente condiciones, que también son parte del ejercicio político, pero no obstrucción.
Sin embargo, para ello Milei necesitará reconstruir la relación política con esos sectores y con los gobernadores pero hasta ahora no solo no parece dispuesto a ello, sino que da muestras de querer escalar la confrontación con aquellos que le quitaron apoyo los primeros artículos e incisos de la Ley ómnibus.
El contragolpe del Presidente y la tensión de cara a las próximas semanas
La decisión de eliminar el Fondo Compensador del Interior que atiende el pago de las compensaciones tarifarias para los servicios provinciales y municipales de colectivos que operan fuera de la región del AMBA fue el primer contragolpe del Gobierno de Milei contra los gobernadores a los que califica de "traidores".
Esto agrava la pelea a tal punto que incluso los gobernadores con mayor predisposición a colaborar con Milei reaccionaron con críticas, como el mendocino Alfredo Cornejo, que advirtió que la medida "incumple el Pacto Fiscal de 2017", o el santafesino Maximiliano Pullaro, quien señaló que a su provincia "siempre la discriminaron" pero nunca creyeron "que se iban a cortar los subsidios".
No obstante, Milei no da señales de querer desescalar el conflicto sino todo lo contrario. Fiel a su estilo, en su cuenta de Instagram utilizó una ilustración del dibujante Nik en la que se lo ve al mandatario como "Terminator" con la frase "Casta a la vista, baby", y escribió: "Belliboni, detectado; Sindicalista, detectado; gobernador, detectado; diputado, detectado".
Si todavía fuese candidato la publicación sería un anécdota más de las que ofreció en campaña, pero como Presidente que se encuentra en un conflicto con todos esos actores mencionados es una señal clara de su intención de mantener la estrategia de ir al choque montado en el apoyo que logró en el balotaje y a pesar de que, según las últimas encuestas, empezó a descender.
Javier Milei escala así la pelea con los gobernadores y con el Congreso, donde incluso los potenciales aliados empiezan a ver con preocupación los movimientos del Presidente y ya miran al 1 de marzo, cuando tendría que hablar ante la Asamblea Legislativa para inaugurar el nuevo período de sesiones ordinarias. El rumor de que no cumpliría con este procedimiento y que podría hablar, como en su asunción, de espaldas al palacio legislativo ya empezó a correr. Se verá.
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