lunes, 9 de octubre de 2023

Desentonando con Rudy

(Para conocer a Rudy Pacheco)

 Rudy Pacheco (de pie, junto al poste), con otros integrantes de Cultivo-Arte, grupo
integral de arte limeño de los'90.

Por Renato Salas Peña (*)

En una galáctica calle, límite con la Ciudad de Palomino fue el lugar donde se haría el pase musical, por esos años (huérfanos de internet, y felices, y más enterados) el tener un casete con música “caleta” era prácticamente subversivo, y yo, aprendiz de Che Guevara, emboinado y disfrazado de jipi pre noventero tenía entre mis manos una versión del Fabricante de mentiras de Sui Generis que en mi alucinada adolescencia nadie en Perú había oído, y lógico, esto merecía un trueque a la altura de mis 3 minutos de cinta.

Un amigo en común, me comentó que en el planeta Saturno habitaba un camarada que también anunciaba que tenía música que ningún peruanito de junco y capulí había escuchado hasta ese momento y que había visto el mundo el mismo día que mataron al Che pero dos años después, o sea en el 69, y no en mayo sino en ese octubre sin milagros que respirábamos por el año 1987 cuando el Perú se desangraba por todos sus costados.

El Rudy que había pasado de bailador de breakdance (famoso por sus tijeras y giros de cabeza) a ángel del Infierno wijero blackmetal, pero con algunas escapaditas por Sui Generis y Silvio Rodríguez se presentó creídazo y sacó su grabador (que luego me lo prestó para amenizar mis 18 años) y puso una rara versión de Sui Generis: Botas locas y con la mía sellamos el pacto que nos duraría hasta ese crematorio que lo dejó hecho cenizas en una cajita, hace 9 años ya.

Desde esa tarde lejana iniciamos intercambios mensuales de lo que íbamos consiguiendo en lo que se refería a rarezas musicales, esa era nuestra relación hasta esa noche en que irrumpieron él y Juan Ramón en mi casa proponiendo armar un grupo de arte integral-social-teatral-pictórico-musical-grupo de estudio-político-deportivo y cuanto alucinado epíteto se nos iba ocurriendo las tardes de domingo en que solíamos reunir a casi 20 barrosos adolescentes, en lo que más tarde sería el hoy llamado parque de El Colchón, y alucinábamos alucinados cuál sería nuestro aporte a esta historia que se nos presentaba llena apagones, colas infinitas, escasez de agua, terrorismo y lo más peligroso de todo: Alan García.

De esos 20 jovenzuelos ensoñados por la época solo quedamos el Rudy Pacheco, el Juan Ramón y yo, y es aquí de donde saldrá Cultivo-Arte que imagino que algún otro día me animaré a darle unas líneas.

 Portada del poemario deRodolfo
Pacheco, "Alucinada Cordelia"
La poesía, la música, el teatro, el cine, las calles, los tragos más baratos, los sueños, el cambio, los parques, Lima cuadrada, las Universidades, la Ciudad de Palomino, Kilka, San Marcos, la amistad, Charly García, El Colchón, Pink Floyd, Kubrick, la locura, Cultivo-Arte, el floripondio, los militares, el terrorismo, Marcahuasi, Vallejo, el dios Kiryos, la marihuana, los mixtos, el Tío de las cañas, las bicicletas, Almodóvar, Argentina, es lo que caminábamos todas las tardes-noches dentro de nosotros, nos lateábamos cuadras de cuadras garabateando nuestros propios garabatos.

Estudiamos juntos para postular a San Marcos, y lo hacíamos religiosamente todas las tardes a partir de las 6:15 acompañados de un vino barato donde compartíamos nuestras lecturas que justo alcanzaron el puntaje para ingresar a la Facultad de Educación en donde nos especializamos en hacer huelgas, tomar locales, hacer recitales de poesía, volantear sueños, preparar molotovs, y así se nos pasaron los años, conseguimos empleos, hicimos recitales, fuimos expulsados de los empleos, y seguimos haciendo recitales: Patada en el culo, Juerga de salud por Charly García, Cultura sobre ruedas y cuanto alucinado proyecto se nos presentara, mientras más estúpido y quimérico, mejor. (Hicimos un colegio al cual llamamos Henry Miller).

El tiempo inexistente corrió, conseguimos novias, y Rudy enamorado y farmacéutico habitual empezó a forjar tras la publicación de nuestra antología Desde el Colchón, su propia poesía de la cual fuimos testigos presenciales y virtuales de su construcción meticulosa, artesanal, pura, maldita, beat, subterránea, culta, callejera, mitológica, pero antes que nada sincera con ella misma, tal vez ni con él, pero sí poesía con poesía, unidas por el bien del arte.

Tras desentonar miles de veces al cantar nuestras canciones, pero siempre con esa seriedad de hacerlo en serio, tras cientos de seudos ataques al corazón bombeador de sueños, tras miles de botellas de todos los sabores y precios, tras catastróficas borracheras llenas de amnesia, tras tantos salones de clase compartidos, tras todos los Juegos Florales ganados y bebidos en cantinas y lagunas de la Sierra nacional, tras una sola bronca en serio en la cual nos sacamos, verdaderamente, la puta madre, tras todas esas veredas caminadas y meadas en las cuales solías pernoctar, tras todos los avernos y paraísos de los cuales fuiste expulsado, tras todo eso se te ocurrió empezar tu propia muerte, muy poéticamente empezaste a morir un diciembre navideño (me di cuenta que morías) y caí por tu casa, tras una llamada telefónica, casi finalizando enero, en donde te vi bajar las escaleras apoyado de la muerte, que se había apoderado de tu rostro, de tus flacuchentas piernas y me dijiste bien bajito: “hasta aquí nomás” y lo acepté, claro que lo acepté, ebrio por ebriedad, y lógico, con lo cobarde que soy, escapé de tu muerte, te dejé solo en ese hospital del Estado, hasta que un día resaqueado de vergüenza me zampé al cuarto donde ya solo queda la muerte, y me sonreíste sin boca, y me hiciste limpiarte el culo como última joda de patas, y me fui a la cantina más cercana, a morirme también, a recordar nuestra banda sonora que ya empezaba a desentonar.

(Ciudad de Palomino, Rudy hubiera celebrado su cumpleaños número 54)

(*) Lima-Perú 1971 - Docente universitario, Licenciado en Educación con especialidad en Lengua y Literatura, asimismo llevó una Maestría en Docencia a Nivel Superior y Gestión Educativa y actualmente un Doctorado en Humanidades.

© Agensur.info

2 comments :

  1. Ese colegio hasta ahora existe. Está en mi zona: Independencia.

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    1. Efectivamente, el colegio Henry Miller acaba de cumplir hace unos días 25 años.
      Gracias por tu comentario.

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