martes, 31 de octubre de 2023

A la caza de la memoria

 Alberto Eyzaguirre García y su libro de cuentos "El colibrí mágico"

Por Renato Salas Peña (*)

Desde los albores de nuestra humanidad siempre hemos buscado establecer procesos comunicativos para interrelacionarnos como grupo, secta, tribu o barrio, los primeros alaridos acompañados de la mimesis han generado a los primariosos narradores de historias que perfeccionando técnicas a través de los siglos han llegado a odiseicas y alucinadas epopeyas o cantares de gesta que se preñaban de esas historias que el pueblo – o el barrio – querían verlas estampadas en los papeles que nos salvan del olvido.

Eyzaguirre García en su libro El colibrí mágico, ha iniciado ese rescate del olvido, ha querido cronicar esa línea de tiempo que si la dejamos extenderse mucho se puede perder en los anonimatos que distorsionan las historias, las confunden, generan esa neblina londinense-huamanguina-rimense y corren el riesgo de desaparecer.

Hace muchos años leí el libro del maestro José Antonio del Busto, Barranco, personajes del ayer, y hoy, mientras leo la obra de Eyzaguirre García me asalta esa sensación de ritmo que usó Del Busto: familia, amigos, hermanos, barrio, tíos, vecinos, tiendas, colegios, calles y todo eso que envuelve a nuestro primer universo, a ese pequeño gran mundo que empezamos a habitar, pero él no solo se queda allí, su crónica a ritmo de Guamán Poma temporaliza esos primeros años, años en los que solemos ser felices y libres de verdad y en los que rescatamos esas pequeñas cosas que en la visión infantil se hacen luminosos mundos mágicos.

En El colibrí mágico, tenemos más que un libro de cuentos, es un acercamiento o guía turística a su lugar de nacimiento, para luego enfrentarse con éxito a una violenta y horrible y plomiza Lima, monstruo del millón de cabezas que todo lo devora, y que, ciertamente, lo intentó hacer con el alter ego-personaje de nuestras historias que logró salir casi ileso de esta lid.

El autor reúne doce historias, y si bien no marca la división en la obra, estas pueden ser vistas desde dos escenarios: Huamanga y Lima, y desde dos momentos de su vida: niñez y adolescencia.

La obra se nos presenta como un flaschback a sus primeros andares de antihéroe, pícaro o una suerte de Sawyer o Huck sin perder la inocencia o mirada poética que nos ofrece el mundo andino y que se ven resaltadas de manera bastante lograda en el cuento El colibrí mágico. Eyzaguirre García retrata a la familia desde esa visión llena de ternura que hemos leído en Valdelomar y marca un quiebre cuando canta un adiós pueblo de Ayacucho que los trae a Lima, la capital, en donde tendrá que “achorarse” para no tan solo sobrevivir a la violencia, sino a esos cambios que experimenta nuestro país y el mismo personaje cuando cree reconocer al amor.

Eyzaguirre García en El colibrí mágico, ha llegado a cumplir con el reto que muchos nos planteamos, rescatarnos de nuestro más probable olvido, ha pasado en limpio, en papel y por escrito esas historias de entremesa, esas en las que todos, de una manera u otra, nos sentimos personajes, nos reconocemos, y ha salvado de la olvidadiza oralidad ese anecdotario tan familiar, tan íntimo que es de suma urgencia que sea contado.

(Ciudad de Palomino)

(*) Lima-Perú 1971 - Docente universitario, Licenciado en Educación con especialidad en Lengua y Literatura, asimismo llevó una Maestría en Docencia a Nivel Superior y Gestión Educativa y actualmente un Doctorado en Humanidades.

© Agensur.info

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