Por Pablo Sieira
La vicepresidenta Cristina Kirchner está decidida a demorar lo que haga falta las definiciones que espera el Frente de Todos de cara a las elecciones presidenciales y jugar con la expectativa por la sorpresa, según demostró en el acto de Plaza de Mayo donde evitó dar la mínima señal sobre candidaturas y con ello ganó tiempo, un factor que es determinante para Sergio Massa más que para cualquier otro de los anotados en la grilla de "presidenciables".
Ninguno de ellos fue mencionado durante el discurso que brindó por los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner como presidente. Ni el propio ministro de Economía, ni el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, que ya empezó a moverse como candidato, ni el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, a quien La Cámpora presiona para dejar la Provincia y lanzarse a la carrera nacional.
El único gesto político contundente de la vicepresidenta se produjo cuando, tras reconocer las "diferencias" que mantiene con el presidente Alberto Fernández, aseguró que "aún a pesar de los errores, equivocaciones o diferencias este Gobierno es infinitamente mejor del que hubiera sido otro de Mauricio Macri, no tengo dudas".
Cristina Kirchner declaró así una amnistía interna de cara a una militancia que hasta ahora había sido guiada bajo las críticas a Fernández. Con eso y con su llamado a que cada uno "en su lugar de estudio, de trabajo, en la calle, en el bondi" cuente quienes son "los verdaderos responsables" del "endeudamiento, la falta de dólares y las corridas" para que "la gente pueda decidir con claridad", marcó el inicio de la campaña del Frente de Todos.
Pero sin nombres. Sin un candidato definido. En cambio, volvió a esbozar su idea del plan que debería adoptar un próximo gobierno, en el cual nuevamente le dio una importancia central a conseguir que "ese programa que el FMI impone a todos sus deudores sea dejado de lado" para abordar uno nuevo. Precisamente en esa tarea está Massa.
Cristina Kirchner y el juego del misterio, con un mes de plazo
El ministro de Economía, que reclama públicamente una candidatura de consenso y sin internas en el Frente de Todos, estuvo parado durante el acto detrás de la vicepresidenta junto a De Pedro y Máximo Kirchner. Su presencia, en contraste con la ausencia del Presidente, fue una demostración de la vigencia de la alianza Cristina-Massa y a la vez del aislamiento de Fernández en el armado de la estrategia electoral, para la cuál el pide definir al candidato en las PASO de agosto.
En ese contexto, Cristina Kirchner empezó a jugar con el plazo legal que corre hasta el 24 de junio para formalizar las candidaturas para las PASO. Con su discurso desprovisto de nombres propios y guiños a uno y otro dirigente hizo tiempo, mientras De Pedro arma políticamente, Massa negocia con el FMI, Kicillof defiende su reelección en la Provincia y Daniel Scioli se mueve por su lado con la esperanza de ir a una primaria.
Todos siguen en carrera, pero de todos ellos es Massa el que más se beneficia con la ventana de tiempo que dejó abierta la vicepresidenta. La posibilidad del ministro de ser candidato presidencial siempre estuvo atada a los resultados de su gestión económica.
En ese sentido, la inflación es su talón de Aquiles, al punto de que en La Cámpora ya casi no lo mencionan como candidato y empiezan a ponerle fichas a De Pedro, pero Cristina Kirchner dejó en claro que para ella lo más importante es el acuerdo con el FMI y es allí donde Massa conserva, todavía, una oportunidad.
¿Por qué la indefinición de CFK corre a favor de Massa?
El ministro sigue negociando con el FMI el desembolso anticipado de los u$s10.600 millones que la Argentina debería recibir entre junio y diciembre mientras apunta, a través de sus funcionarios, a lograr una revisión general de las metas y condiciones que el acuerdo le impone al país.
Conseguir un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario podría ser determinante para el futuro político de Massa, a la vista del diagnóstico hecho por vicepresidenta, quien además remarcó que el préstamo que el organismo le dio al gobierno de Macri "fue un préstamo político, y política también tiene que ser la solución". Sabe que esas cosas no son rápidas y que el ministro trabaja en ello.
Durante meses distintas usinas del oficialismo habían dejado trascender la posible fórmula Massa-Wado como una opción del agrado de la vicepresidenta. Si bien la especulación se fue desactivando a medida que el índice de precios mensual fue creciendo hasta el impresionante 8,4% de abril y el dólar blue ascendía a los $493, Cristina Kirchner nunca le bajó el pulgar al ministro ni en público ni en privado.
Además, el guiño de la dirigente a los "hijos de la generación diezmada" que favoreció la instalación pública de De Pedro como posible candidato tampoco se contrapone de manera directa con las aspiraciones de Massa, que sigue siendo según diversas encuestas el mejor posicionado dentro del Frente de Todos de cara a los comicios.
Los dos están todavía en carrera y la vicepresidenta los deja correr. De haber querido definir un candidato, lo hubiese hecho. Estaba el escenario, estaba la foto épica de los paraguas que protegían de la lluvia a los seguidores que fueron a escucharla. Nada le impedía enviar, aunque sea, un nuevo guiño. Eligió no hacerlo. Y en el contexto actual, eso juega hoy más a favor de Massa y su búsqueda de dólares y un nuevo acuerdo con el Fondo.
Ahora le tocará al ministro ver hacia donde llevará al Frente Renovador en el congreso que celebrará el 10 de junio y cuya convocatoria arrancó con una presión para definir un candidato de consenso. Con la movilización a Plaza de Mayo Cristina Kirchner dejó en claro que esa posibilidad o cualquier otra, por peso político, depende de ella, pero que todas siguen abiertas.
Mientras tanto, Massa parte el domingo rumbo a China e invitó a Máximo Kirchner a que lo acompañe en las 30 horas de viaje que le esperan. Hay tiempo para el armado electoral, como sugirió la vicepresidenta con todo lo que evitó decir en Plaza de Mayo.
Sin candidatos, pero con rivales bien definidos: Juntos por el Cambio y Milei
A falta de candidatos, Cristina Kirchner remarcó dónde está el adversario. Nuevamente confrontó con la corriente que representa el libertario Javier Milei pero también le apuntó a Juntos por el Cambio.
Al reivindicar la gestión de Néstor Kirchner, con un nuevo pantallazo sobre "el país que recibió", la dirigente expresó: "Si todo estaba en manos de los privados, de los buenos administradores, ¿por qué la Argentina debía tanta plata? Porque habían contraído deuda externa, la habían estatizado en el ‘82, siguieron durante toda la década del ‘90 para sostener la falsa dolarización endeudando al país".
En lugar de hablar de la convertibilidad Cristina Kirchner eligió el término dolarización, que alude inmediatamente al debate que intenta instalar Milei. "El día que se cayó esa doarización estalló el país", recordó la dirigente y agregó: "Se apropiaban de los depósitos a plazo fijo de los argentinos en el famoso corralito, de aquel señor calvo y de ojitos claros".
"Fuimos los kukas los que pagamos los depósitos a plazo fijo con el Boden 12, el bono que se les entregó a los que, cuando fueron a buscar los dólares y los pesos a los bancos no estaban. Esos dólares y esos pesos que se les quedaron los héroes de las finanzas, los pagaron los kukas, Néstor y Cristina".
Luego, resaltó que cuando terminó su gobierno en diciembre de 2015 había u$s647.000 millones de PBI y, en base a ese número, le apuntó a Juntos por el Cambio y la gestión de Macri al afirmar que dejaron "u$s200.000 millones menos de PBI y u$s120.000 millones más de deuda, eso hicieron en 4 años los que hoy nos dicen que quieren volver a conducir el país".
Fue un mensaje de campaña electoral en toda regla. Cristina Kirchner le recordó a su tropa política cuál es el adversario al que tienen que vencer y así avivó la llama que queda encendida en el oficialismo frente a la ausencia de una estrategia clara para ir a las urnas.
La Corte, el enemigo favorito
De la misma manera la vicepresidenta recargó sus críticas a la Corte Suprema de Justicia, a la que calificó como un "mamarracho indigno" peor, según afirmó, que el máximo tribunal vinculado al menemismo al que Kirchner "pidió que se le hiciera juicio político".
"Es necesario volver a darle al país un Poder Judicial que se ha evaporado entre las tramoyas de una camarilla indigna para la historia argentina", lanzó Cristina Kirchner, quien planteó esta reforma como una de las patas del programa que a su criterio debería tener el Frente de Todos.
La ex mandataria señaló que "no importa si es un jurista de una u otra orientación, pero los argentinos se merecen volver a tener una Corte Suprema de Justicia que sea llamada como tal sin ponerse colorado" y agregó: "Por favor se los pido a todos los partidos políticos. Es la imagen del país también".
Así, el acto de Cristina Kirchner en Plaza de Mayo dejó tres mensajes: que el armado electoral estará en sus manos como líder del espacio y que solo compartirá esa tarea con Massa, ya no con Fernández; que las candidaturas deberán esperar un poco más y que, mientras tanto, la disputa política sea con la oposición y ya no tanto hacia adentro.
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