Economía - La Argentina perdió el miércoles una demanda en el Tribunal Superior de Londres sobre los pagos que cuatro "hedge funds" dijeron que se debían por valores denominados en euros vinculados al producto interno bruto (PIB) de Argentina en 2013.
Los fondos Palladian Partners L.P., HBK Master Fund L.P., Hirsh Group LLC y Virtual Emerald International Limited demandaron a la Argentina en 2019, solicitando una indemnización de hasta 643 millones de euros (704 millones de dólares).
El juez Simon Picken falló a favor de los cuatro fondos el miércoles, diciendo en un fallo escrito que Argentina debe pagar 643 millones de euros más intereses.
El juez también dictaminó que Argentina debía pagar unos 1.330 millones de euros en relación con todos los valores vinculados al PIB, de los que los cuatro fondos poseen aproximadamente el 48%.
La demanda
El cupón atado al PBI se usó como anzuelo para atraer a la mayor cantidad de bonistas posibles al canje de deuda que se hizo en 2005. Este instrumento financiero se les paga a los bonistas cuando la Argentina crecía más de 3% en el año. La demanda contra el país se basó en el cambio en la base del cálculo del nivel de la economía (PBI).
El estudio jurídico Quinn Emanuel Urquhart & Sullivan, que representa a los demandantes, conoce de cerca la Argentina, ya que defendió a otros fondos en la reestructuración de la deuda que llevó adelante el exministro de Economía Martín Guzmán, en 2020.
Además del juicio en Londres, hay otra demanda idéntica en Nueva York presentada por el fondo Aurelius, pero el juicio todavía no empezó. A fin de año debería iniciarse en la Corte de Distrito Sur de Nueva York, cuya jueza es Loretta Preska, la misma que falló en contra del Estado argentino la semana pasada por la expropiación del 51% de las acciones de YPF. "Ahí hay otros US$415 millones más intereses", dijo Sebastián Maril, director de Research for Traders, quien sigue de cerca los juicios contra la Argentina en el exterior.
Decisión de Axel Kicillof
En 2005, el entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna, y su secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen (hoy embajador argentino en Arabia Saudita), presentaron una oferta para canjear los títulos en default de 2001 y propusieron como "endulzante" –como se dice en la jerga financiera– un cupón atado a la evolución del PBI, que pagaba si el país crecía por arriba del 3% del producto (exigía un nivel de crecimiento mayor en los primeros años y después descendía al 3%).
En 2014, Axel Kicillof, actual gobernador de Buenos Aires y ministro de Economía en ese entonces, anunció un cambio en la base de cálculo del PBI, lo que en la práctica reducía los números de crecimiento del país de 2013. Con este cambio, el país no llegaba a crecer por arriba del 3,26% como establecía el cupón para ese año.
Cuando se lanzaron los cupones, en 2005, el INDEC tomaba 1993 como año base de cálculo para ir informando el crecimiento de la economía. Pero el año base cambió a 2004 en 2013, en un intento del gobierno de Cristina Kirchner de subsanar una serie estadística que era poco creíble, luego de que, en 2007, se intervino el INDEC de la mano de Guillermo Moreno. Desde entonces, además, el INDEC dejó de publicar la serie original con base en 1993.
Kicillof fue también quien avanzó con la expropiación del 51% de las acciones de YPF, en 2012, y tomó la decisión de no hacer una oferta por el total de la empresa, como decía el estatuto de la petrolera, diseñado en 1993, cuando comenzó a cotizar en la bolsa de Nueva York. Debido a esa decisión, los fondos Burford y Eton Park demandaron al Estado argentino, y la jueza Preska falló en contra de la Argentina el viernes pasado, que deberá pagar indemnizaciones de entre US$3500 millones y US$19.000 millones.
Críticas de la oposición
Dentro de Juntos por el Cambio se expresaron los dos presidenciales de esa fuerza: Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. “La prepotencia, la mentira y las soluciones fáciles siempre terminan trayendo problemas. Hace unos días, el juicio de YPF; ahora esto. Cuando hacés las cosas mal, es pan para hoy y hambre para mañana. Las mentiras del populismo las pagamos todos”, sentenció el jefe de Gobierno porteño en Twitter.
Así, recordó el fallo de la jueza estadounidense Loretta Preska, quien culpó al Estado argentino y le ordenó pagar indemnizaciones de entre US$3500 y US$17.000 millones, al entender que el gobierno de Cristina Kirchner no lanzó una oferta pública sobre el total de las acciones de la firma en el momento en que expropió el 51%. Pese a que la Argentina tiene dos instancias más para apelar esta decisión, de todas formas deberá pagar una garantía.
Por su parte, la titular de Pro se quejó al plantear que el kirchnerismo “alteró” las estadísticas para así “disimular” la inflación. “Creen que gobernar es estafar, pero se olvidan de que al final hay que pagar. Y no pagan ellos, pagamos todos los argentinos. En una semana Kicillof ya cosechó dos goles en contra. ¿Cuánto más nos va a costar su ineptitud?”, sostuvo Bullrich.
Con los “dos goles en contra” se refirió al homicidio del chofer Daniel Barrientos, asesinado este lunes en La Matanza, en medio de un robo dentro del colectivo de la línea 620 que conducía; y a esta decisión que va directamente contra el cambio de cálculo ideado por Kicillof en 2014, que redujo los números de crecimiento del país y así se ahorró de pagarle a los bonistas.
Alfil en el área económica de Bullrich, el diputado nacional Luciano Laspina, apuntó por su parte: “La mala praxis del kirchnerismo nos costó 33.724 millones de dólares a los argentinos. No es una ‘deuda’ para pagar gastos del Estado. Es el costo de tomar decisiones ruinosas e ilegales. ¿Cuántas escuelas, hospitales y rutas se podrían haber hecho con 33.724 millones de dólares?”.
Los cuestionamientos se replicaron también entre los radicales de Juntos por el Cambio. “El daño lo pagaremos todos los argentinos. Otro juicio millonario perdido por la mala praxis del kirchnerismo”, se quejó el senador del riñón de la Unión Cívica Radical (UCR) Alfredo Cornejo. “Estos incapaces no pueden gobernar más en la Argentina. Los que deseamos cambiar el rumbo debemos estar más juntos que nunca para terminar con la hipocresía populista”, acotó.
Además, los dardos llegaron de parte de los liberales, que suelen tener incluso una línea más dura contra la terminal K del Gobierno. “En política, el kirchnerismo es lo más cercano a la delincuencia que hay. O sea, estar fuera de las reglas violando la ley”, comparó el diputado nacional José Luis Espert.
“Por eso en el mundo civilizado la Argentina no parará de perder juicios que los argentinos pagaremos con más y más impuestos”, agregó el economista, que está cerca de un pacto para incorporarse a Juntos por el Cambio y que pidió: “Kirchnerismo nunca más”.
Informe: iProfesional y LN
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