Economía - Luego del viaje a los Estados Unidos y la aprobación del el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Presidente, Alberto Fernández, y el ministro de Economía, Sergio Massa, se reunieron en la Casa Rosada y analizaron dar de baja la Ley de Alquileres.
El Gobierno estudia alternativas para cambiar la normativa que establecía contratos de tres años, ajustes cada doce meses y un incremento fijado por la inflación y el aumento de salarios. El Congreso debía discutir los proyectos en Sesiones Extraordinarias pero en febrero se cayó esa posibilidad.
Ante la retracción de la oferta en el mercado y el cambio de muchos inmuebles hacia los alquileres turísticos y temporarios, fuentes oficiales le confirmaron a El Cronista que tanto Massa como Fernández estudian dar de baja esta medida que se votó en el año 2020.
Se esperan resoluciones sobre cómo serán los nuevos contratos a partir de que se confirme por un Decreto la baja de la Ley de Alquileres.
El incremento que se mide actualmente bajo esta norma dio para marzo del 2023 un aumento de los alquileres de un 90% para los próximos doce meses, mientras que la inflación en el plazo que toma como referencia fue hasta febrero del 102,5%.
El problema que empuja aún más alto el porcentaje hasta la suba anual promedio del 118,6 es la renovación luego de culminar los plazos: cuando el contrato se acaba, para renovarlo se solicitan montos muy por arriba de la inflación para compensar las pérdidas que se tuvieron hasta esa fecha.
Esta ley es defendida por algunas agrupaciones como Inquilinos Agrupados, quien aseguró en sus redes sociales que por el momento la normativa sigue vigente y solo se podría dar de baja luego de un nuevo debate en ambas cámaras del Congreso.
Desde que se impulsó en 2019 y se convirtió en ley durante 2020, más de 30 proyectos se presentaron para modificarla, pero ninguno prosperó para poder darle otra solución tanto a inquilinos como a propietarios.
Informe: EC
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