Gabriel Boric
Chile - El presidente de Chile, Gabriel Boric, sufrió una dura derrota el miércoles en la Cámara de
Diputados, que rechazó tramitar una reforma tributaria que aumentaría la recaudación para financiar otros cambios estructurales, como en pensiones, salud y educación.
El proyecto buscaba aumentar los recursos provenientes de los impuestos en un 3,6% del Producto Interno Bruto en cinco años, unos 10.000 millones de dólares.
Boric, que está en una recorrida en el extremo norte chileno, dirigió un mensaje al país para criticar a quienes rechazaron al proyecto que, afirmó, “apuntaba a una mejor distribución de la riqueza”.
“Hoy la Cámara de Diputados rechazó la idea de legislar el proyecto de ley de Reforma Tributaria, perjudicando a millones de chilenos y chilenas que quieren y han luchado por pensiones dignas, mejor distribución de la riqueza, un sistema de salud que los proteja, un país más justo”, posteó en su cuenta de Twitter.
El mandatario añadió que el proyecto había contado con más de tres meses de consulta ciudadana, de la que formaron parte las asociaciones de pymes, además de ocho meses de diálogos en el Congreso en el que se realizaron modificaciones.
Añadió que trabajará para habilitar en el Congreso un debate para que se concreten las reformas contenidas en su programa de gobierno y continuar insistiendo en “mayor justicia tributaria que Chile necesita y merece para mejorar la calidad de vida de nuestro pueblo”.
Para que la propuesta pasara el primer filtro y entrara en la agenda de temas a legislar, el proyecto necesitaba una mayoría simple de 78 votos de los 155 escaños. Pero sólo reunió 73 a favor, 71 en contra y tres abstenciones. Las abstenciones se suman a los rechazos.
El gobierno chileno tiene ahora dos alternativas para seguir adelante: presentar el proyecto en el Senado, donde necesitaría dos tercios de los sufragios -33 de un total de 50- para luego insistir entre los diputados. La segunda, es esperar un año y volver a presentarlo, según establece la legislación vigente.
El oficialismo y la oposición controlan a partes iguales los votos del Senado, por lo que para el gobierno la aprobación de su proyecto sería difícil, mientras que entre los diputados, los afines al gobierno tienen una leve mayoría.
El proyecto se tramitó durante ocho meses en la Cámara baja y se crearon varias comisiones de trabajo para negociar. Surgieron 90 indicaciones que modificaron artículos relacionados con el impuesto a la riqueza, los tributos a las utilidades retenidas y se creó un fondo de 500 millones de dólares para incentivar la inversión, entre otros.
Las reformas incluían una reestructuración del impuesto a la renta, exenciones tributarias, un nuevo royalty minero y el aumento de los impuestos a las mayores rentas.
La reforma tributaria que impulsaba el gobierno de Boric fue elogiada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que en su último informe sobre el país afirmó que “Chile necesita reformas para aumentar la productividad, la protección social y los ingresos tributarios, y hacer frente a los desafíos de corto plazo como la elevada inflación”.
Es un plan “ambicioso” pero “factible”, agregó el organismo, e indicó que los ingresos tributarios de solo el 21% del PIB “son insuficientes para satisfacer las crecientes demandas sociales, preservando al mismo tiempo la inversión pública necesaria en infraestructura, educación y salud”.
El ministro de Hacienda, Mario Marcel, muy molesto, declaró que tras la derrota del gobierno van a celebrar quienes evaden impuestos y los que asesoran a los contribuyentes para eludirlos.
Dijo que, sin la recaudación que se esperaba con la reforma tributaria, no se podrá subir en unos 50.000 pesos chilenos (62 dólares) la pensión básica para llegar a 250.000 pesos chilenos (311 dólares). Apuntó, además, que no se reducirán las masivas listas de espera en los hospitales ni llegarán más recursos a la salud primaria.
“Vamos a tener, seguramente, también una celebración de los grandes capitales”, que no estarán afectados con el planeado impuesto al patrimonio, añadió.
Detrás de la derrota del proyecto, estuvieron los votos de los bloques de la derecha, de la centroderecha, de algunos independientes y de algunos miembros del populista Partido de la Gente, que no se declara ni opositor ni oficialista. Al momento de la votación, estuvieron ausentes diputadas oficialistas por un incidente con el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila.
El golpe inesperado al gobierno de Boric y a su ministro de Economía llegan justo cuando Chile empezó a bajar la inflación y a mejorar otros indicadores económicos sin renunciar a un proyecto progresista que es “muy diferente” del tradicional de la izquierda latinoamericana, afirmó Marcel.
Informe: AP y AFP
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