El presidente Lula da Silva, junto a su esposa, al arribar a los Estados Unidos donde
será recibido por el jefe de Estados de ese país, Joe Biden.
Brasil - El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, viajó el jueves a Washington, invitado a la
Casa Blanca por el presidente Joe Biden en una visita que se centrará en el apoyo a la democracia brasileña y los compromisos medioambientales compartidos.
Según fuentes oficiales, la primera visita de Lula a la Casa Blanca en su tercer mandato, que comenzó el 1 de enero, tendrá un contenido esencialmente “político”, aunque también una vertiente comercial y otras volcadas al medioambiente y los derechos humanos.
Lula visitará a Biden el viernes por la tarde, después de reunirse con el senador Bernie Sanders y parlamentarios demócratas por la mañana.
En entrevista con DW, Guilherme Casaroes, profesor de política exterior de la Fundación Getulio Vargas, en Sao Paulo, explica que la tradición diplomática brasileña consiste en adoptar una postura neutral entre los bloques de poder. Brasilia busca "mantener buenas relaciones con todo el mundo y posicionarse como un potencial mediador en casos de conflicto", asegura.
"País de paz"
Así, por ejemplo, por un lado, Lula ha condenado la guerra de invasión de Vladimir Putin en Ucrania. Por otro, sin embargo, se ha negado a enviar las municiones para los tanques Leopard 2, que le había pedido el canciller alemán, Olaf Scholz. El presidente brasileño justificó su veto con el argumento de que Brasil es "un país de paz". El gigante sudamericano libró su última guerra en 1865 contra Paraguay.
No obstante, la decisión de Lula probablemente también se deba a consideraciones económicas. Y es que la existencia de la industria agraria de Brasil depende del abono procedente de Rusia y Bielorrusia.
China, socio estratégico
China, el principal adversario geopolítico de Estados Unidos, es el mayor socio comercial de Brasil, subraya el politólogo Carlos Melo, del Instituto de Enseñanza e Investigación Insper, en Sao Paulo. El país sudamericano exporta enormes cantidades de soja, carne y minerales de hierro al gigante asiático, mientras China financia proyectos de infraestructura en Brasil. Según Melo, el Banco Central Chino busca facilitar las transacciones transfronterizas, así como la actividad inversora. De ahí que tanto las buenas relaciones con Pekín como con Washington sean de interés vital para Brasilia, dice el experto.
Lula ha propuesto que China y Brasil jueguen un rol importante en la iniciativa de paz internacional en Ucrania. El presidente sudamericano insiste en la necesidad de negociar la paz. "Las propuestas de política exterior de Lula suelen ser ambiciosas", sostiene Guilherme Casaroes. "Está convencido de ser un gran mediador, lo cual tiene que ver con su pasado como sindicalista". No obstante, sobreestima sus capacidades diplomáticas, opina.
Consejo de Seguridad
Ante el presidente estadounidense, Joe Biden, Lula probablemente también insistirá en el derecho de Brasil de convertirse en un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. El periodista Thomas Traumann, de la Fundación Getulio Vargas, en Río de Janeiro, cree que, en las negociaciones con Washington y Bruselas, el mandatario sudamericano argumentará con la importancia del Amazonas para la estabilidad climática global. Lula ha subrayado que la protección de este ecosistema es prioritaria para su Gobierno.
Asimismo, Brasilia desea convertirse en miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
No obstante, para poder insistir en sus ambiciones globales, Lula primero deberá restablecer el liderazgo de Brasil en América Latina.
En enero, viajó a Buenos Aires a un encuentro de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que Bolsonaro había abandonado hace dos años. La consolidación del liderazgo regional de Brasil también se definirá a través de la capacidad de Lula de impedir que Uruguay abandone el Mercosur y negocie un acuerdo bilateral con China. El tratado de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea es una prioridad de Lula, asegura Carlos Melo: "No solo por razones económicas, sino porque aporta prestigio internacional".
Finalmente, Casaroes cree que Lula busca dejar un legado a nivel de política exterior: "Gobierna una sociedad profundamente dividida, y, más allá de la lucha contra el hambre, será difícil dejar un gran legado a nivel de política interior. Tratará de lograrlo en el ámbito de la política exterior".
Informe: DW, agencias y Agensur.info
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