Por Marcos Novaro |
Es mucho más probable que la selección argentina levante la copa en Qatar a que la inflación se modere en los próximos tiempos. De eso no cabe duda, y hay que agradecerle a la ministra Olmos haber reconocido la situación.
Porque sus compañeros de equipo hacen más bien lo contrario, simulan que corren detrás de la pelota y se esfuerzan en meterla en el arco contrario, mientras inventan todo el tiempo cortinas de humo para disfrazar la situación, para que se demore lo más posible la toma de conciencia sobre una triste realidad: que nuestro gobierno ese partido lo perdió ya hace tiempo y por goleada.
Cortina de humo fundamental es, claro, el propio Mundial. Hoy se conoció el índice de octubre, un nuevo fracaso de la gestión de Alberto, Cristina y Sergio, pero todos ellos rezan porque la gente esté más atenta a la llegada de la selección a Qatar, los entrenamientos y el último amistoso de mañana.
Otra cortina de humo y mucho más inconveniente es el congelamiento de precios por cuatro meses anunciado por Economía con bombos y platillos, para tratar de zafar durante el verano. No hay registro de ninguna medida de este tipo que haya funcionado sin estar acompañada de ordenamiento fiscal, sinceramiento y estabilización del tipo de cambio y reprogramación de deudas.
Y aun cuando todo eso se haga, como fue el caso del Austral, si no se sostiene en el tiempo y no va seguido de reformas estructurales para abrir la economía, reducir el peso de las áreas más ineficientes del Estado y de los impuestos más distorsivos, tampoco funciona. Por eso suena a chiste cuando Massa afirma que el congelamiento anunciado completa su ‘plan de estabilización’. Como si algo así existiera.
La Cámpora también aporta su propia cortina de humo. Con la que empeora el proceso inflacionario en vez de combatirlo. Consiste en una nueva campaña militante, esta vez bajo el lema ‘Si aumentan, no compres’, fórmula mágica con la que los camporistas quieren achacarle una vez más la culpa por la crisis inflacionaria a los empresarios ‘remarcadores’. Como si el responsable de que llueva fuera el paraguas del que tenemos al lado.
Imaginemos que la gente le hace caso a La Cámpora. Lo que no se gaste en el bien que pica en punta en la suba de precios, los consumidores lo usarán para comprar otros bienes, que entonces reemplazarán a los anteriores como aceleradores de la inflación, los empresarios relegarán los primeros productos por los segundos, y en el camino producirán y venderán menos, con lo que tendremos menor nivel de actividad, de consumo, e igual nivel de inflación.
No muy distinto de lo que ha venido pasando con los controles de precios de los últimos tiempos. Por eso la inflación es cada vez más resistente a la baja, y el nivel de actividad se ha ido resintiendo más y más. ‘Estancamiento con inflación’ la llaman los economistas, un éxito total.
Por algo la enorme mayoría de la audiencia prefiere sintonizar con el Mundial, y prestar la mínima atención a las novedades económicas y políticas. La Scaloneta ofrece muchas más posibilidades de disfrute, en una escena que está sometida a restricciones infranqueables contra el verso y el humo, si jugás bien tenés chances de seguir hasta el final, y si no, lo más probable es que te vayas rápido a tu casa. El día que los gobiernos argentinos estén regidos por esos principios elementales no vamos a tener que esperar cuatro años para disfrutar un buen espectáculo.
© TN
0 comments :
Publicar un comentario