Por Carlos Arbía
Las recientes medidas instrumentadas por el ministro de Economía Sergio Massa, como la postergación de vencimientos de la deuda del Tesoro en pesos y la fuerte suba de tasas de interés de la semana pasada, por ahora no implican un cambio de la dinámica económica, sino que son solo medidas que se tendrían que haber realizado antes.
A favor del ministro juega que, al parecer, las relaciones entre el trípode del gobierno formado por el presidente Alberto Fernández, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y Massa, han recobrado homogeneidad en lo que se refiere a algunos objetivos como: reducir la inflación, bajar el déficit fiscal y continuar con el acuerdo con el FMI.
Lo que todavía está en duda es el futuro de la eliminación de subsidios económicos a las tarifas. En ese aspecto Massa logró imponer a la nueva secretaria de Energía, Flavia Royon. Es lo que el mercado financiero local y en Wall Street los analistas llaman "Guzmanismo sin Guzmán".
En contra de Massa hay varios aspectos entre los que se destacan que: no pudo nombrar un nuevo Presidente del BCRA y solo se tuvo que conformar en poner al economista Lisandro Cleri a manejar la mesa de dinero del Central, tampoco pudo conseguir el nombramiento del economista Gabriel Rubinstein como su viceministro por la oposición de la vicepresidenta y no logró que los exportadores de granos liquiden más dólares.
La llamada "fábrica de dólares" anunciada al comienzo de su gestión al parecer todavía no empezó a funcionar y por el momento parece bastante lejana la posibilidad de conseguir dólares de fondos de inversión internacionales o de un pool de bancos internacionales.
Las malas noticias podrían venir desde la secretaría de Comercio a cargo de Matias Tombolini, no por noticias relacionadas con los controles de precios sino porque se podría dar a conocer la cantidad de nuevos funcionarios que el economista quiere nombrar en ese organismo.
"Esperemos que por lo menos se lleve los 25 ñoquis que trajo al Banco Nación cuando llegó como vicepresidente de esta institución", comentó un directivo de la línea gerencial del banco a iProfesional.
Al comienzo de su gestión, en su primera conferencia de prensa, Massa manifestó que en 10 días se tomarían las principales medidas de su gestión a diferencia de los 100 días famosos.
En concreto, esos diez días ya pasaron y este fin de semana el ministro le hizo saber a los principales medios digitales y gráficos que ese número se extenderá a 100 y podría llegar a 400 que es lo que falta para que este gobierno termine su gestión.
En el entorno de Massa no descartan que si su gestión es positiva pueda ser uno de los futuros presidenciables del Frente de Todos en las PASO de agosto del año próximo. Algunos de sus colaboradores señalan en caso de Fernando Henríque Cardoso cuando llegó a presidente de Brasil en 1994 por el exitoso Plan Real para bajar la inflación que instrumentó como ministro de Hacienda en 1993.
Esta semana que comienza podría haber importantes novedades con respecto a la disminución de transferencias de fondos discrecionales a las provincias. Estos son los famosos ATN donde uno de los más afectados podría ser el gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof.
También habrá un pedido a los organismos del Estado que utilicen los fondos que tienen colocados en el sistema financiero y a todos los ministerios para que ejecuten los fondos que no gastaron hasta ahora del presupuesto 2022 y no le pidan fondos al Tesoro.
Todas medidas destinadas a bajar el gasto público que buscan reducir la inflación desde este mes en adelante a valores cercanos al 6% mensual hasta diciembre próximo.
La otra novedad será una vuelta con más actos públicos del presidente Alberto Fernández que por lo que pudo saber iProfesional no sería del agrado de Massa ni de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner quien solo habla con el ministro y se habría disgustado con el presidente por los videos que lo mostraron dormitando en la asunción del Presidente de Colombia la semana pasada. "No nos sirve ni de canciller", comentan en el entorno de "La Cámpora".
Por lo que pudo saber iProfesional, de fuentes cercanas al Gobierno, el Presidente comenta a sus principales colaboradores que si bien ha resignado el espacio destinado a la economía en Sergio Massa, él no está fuera de la cancha.
"Me parece que están bastante equivocados aquellos que me quieren jubilar, yo todavía tengo cuerda para rato, estoy más activo que nunca y no me duermo en los actos como algunos mencionan", habría manifestado este fin de semana el Presidente a varios de sus colaboradores.
La semana pasada hubo lo que desde el entorno de prensa del ministro llaman "noticias tranquilizadoras". Entre estas se destacan que entre el miércoles y el viernes el BCRA no terminó con saldo vendedor de dólares luego de perder unos 1.250 millones de dólares en julio y otros 1.000 millones en la primera semana de agosto.
También dejaron de caer los depósitos en dólares en el sistema financiero. En julio la caída fue de unos 1.000 millones de dólares. El viernes el dólar paralelo cerró a 295 pesos y el riesgo país se ubicó en los 2450 puntos y se recuperaron los precios de los bonos y de las acciones en forma moderada.
Un reciente informe de la consultora financiera Consultatio Plus sostiene que: "con respeto a lo que puede venir si no se toman más medidas como una estabilización del mercado cambiario y monetario la aceleración inflacionaria conocida esta semana podría espiralizarse y ese es el mejor termómetro de la velocidad del deterioro de la de la macroeconomía".
El trabajo agrega además que: "el costo de esa adquisición es alto: el perfil de vencimientos de 2023 es cada vez más grande, está más y peor indexado e implica un impacto cuasifiscal que le resta valor al ajuste de subsidios anunciado la semana pasada y en plano cambiario es donde el tiempo corre más rápido".
En relación al aspecto cambiario el economista Salvador Di Stefano manifestó a iProfesional que de mantenerse este esquema el pronóstico para el dólar de acá a un año podría estar cerca de los $ 500 por lo tanto no parece por el momento adecuado vender dólares para invertir pesos con una tasa del 69,5% anual para los plazos fijos.
Al respecto sostiene que la suba de tasas del BCRA tendría que haber sido más fuerte de la anunciada el jueves pasado en particular porque la inflación del 7,4 mensual de julio ya se lleva parte de esa suba de tasas de interés.
El economista opina que "si la tasa se hubiera ubicado en el 80,0% anual, esto implicaba una tasa efectiva del 117,0%, en este casi si nos hubiéramos animado. El ejercicio consistía en vender a $277, y recomprar a un año a un valor inferior a $600, aquí los números hubieran cerrado mejor. El Banco Central subió la tasa tímidamente frente a una inflación que en los próximos 60 días podría trepar a niveles del 80% anual con un dólar picante".
La suba de tasas es una condición necesaria pero no suficiente para mantener a raya a la inflación y a los dólares alternativos. Sería necesario que el gobierno muestre vocación por reducir el déficit público, si ello no ocurre la suba de tasas no cumplirá con los objetivos de bajar la inflación y hacer retroceder a los dólares alternativos.
La inflación del mes de julio fue del 7,4%, en los últimos 12 meses acumula el 71,0% anual. En el caso de Argentina, una jugada agresiva hubiera sido una tasa de política monetaria en torno del 80% anual, algo que no ocurrió, pero podría ocurrir a futuro.
En ese aspecto hay que señalar que el rubro carne muestra una mínima variación, si este rubro comienza a trepar en precios, es muy probable que la inflación de los próximos meses sea mucho más elevada, algo parecido podría producir una suba de los combustibles, algo que es muy probable que suceda en breve.
"Si para agosto la inflación se ubica en torno del 6,0%, la inflación de los últimos 12 meses subiría a niveles del 77,0% anual, y si sube al 7,0% en el mes de agosto, la tasa de inflación de los últimos 12 meses subiría al 79,0% anual. De las proyecciones realizadas, hubiera sido más eficiente subir en la actualidad la tasa de interés a niveles del 80% anual, y esperar que el mercado logre domar la cotización de los dólares alternativos y la inflación", explica Di Stefano.
La suba de tasas generará un cambio en el comportamiento de los actores de mercado. Con tasas más elevadas, algunos actores de mercado preferirían no tomar financiamiento y proceder a la liquidación de inventarios, esto implica que se liquidaran más exportaciones, se venderá el stock existente en las empresas, se venderá dólares ahorrados y se proceda a la cancelación de las financiaciones, dado que en el nuevo contexto financiero serán más onerosas.
Lo cierto es que también una suba de tasas de esa magnitud implicará un menor nivel de actividad económica y una restricción de los préstamos a individuos y a pequeñas y medianas empresas y podría repercutir en un menor consumo de bienes y servicios.
© iProfesional
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