Javier Milei
Por Fernando Laborda
No fueron pocos los analistas que advirtieron los riesgos del prematuro lanzamiento de la candidatura presidencial de Javier Milei con alrededor de un año y medio de anticipación a las elecciones previstas para octubre de 2023.
Quienes de alguna manera pretendieron asociar el fenómeno que representó el economista libertario con el de figuras que emergieron a la superficie política para llegar a la presidencia de sus países, como el chileno Gabriel Boric y el peruano Pedro Castillo, o con el sorpresivo avance de quien hoy lucha codo a codo por la jefatura del Estado colombiano, como Rodolfo Hernández, no tuvieron en cuenta un dato común a esos líderes latinoamericanos. Todos ellos eran prácticamente desconocidos para el gran público hasta pocos meses antes de las contiendas electorales en las que dieron el batacazo.
Boric y Castillo llegaron a las elecciones casi sin tiempo como para que el grueso de la ciudadanía reparara en sus posibles defectos, que aparecieron al poco tiempo de que asumieran sus respectivos mandatos presidenciales. “El caballo blanco tiene que correr solo una vez, porque si no se mancha”, advierte el experto en estrategia electoral ecuatoriano Jaime Durán Barba.
La duda acerca de si Milei podría aguantar más de un año haciendo campaña sin experimentar un fuerte desgaste empezó a ser contestada en las últimas dos semanas. Todas las encuestas de opinión pública conocidas en estos días dan cuenta de un fuerte retroceso en sus niveles de imagen y de intención de voto respecto del mes pasado.
¿Qué ocurrió para que el líder de La Libertad Avanza, que se consolidaba como el cuco de la dirigencia política tradicional y como la mayor amenaza para el crecimiento de Juntos por el Cambio, conociera en tan poco tiempo el pasaje del auge al ocaso?
Tras el meteórico ascenso que ubicó a Milei en el podio de los dirigentes más valorados en momentos en que casi ninguno crecía, el diputado libertario cometió no pocos errores no forzados, al tiempo que comenzó a ser el blanco de los ataques de sus rivales políticos.
- Primero, quedó en evidencia por haber utilizado un pasaje aéreo gratuito para participar de un acto público en Mendoza. Si bien la mayoría de los legisladores nacionales se vale de ese privilegio y rara vez alguien se escandaliza, su uso por Milei puso de manifiesto una aparente contradicción en quien dice luchar contra los beneficios de la casta política.
- Después, se pronunció en favor de la “libre portación de armas” en la Argentina, inmediatamente de producida la matanza de Texas que conmovió al mundo por la muerte de 19 niños y dos maestras de una escuela primaria.
- Más tarde, dijo estar de acuerdo con la posibilidad de que cualquier persona comercializara sus órganos.
- Su cuarto error no forzado fue su demanda judicial contra cinco conocidos periodistas por entender que afectaron su honor al cuestionar declaraciones suyas en las que sugirió que los libertarios “son superiores moralmente y estéticamente”. Con distintos tonos, los hombres y mujeres de prensa demandados por Milei opinaron que aquellas afirmaciones estaban emparentadas con el fascismo y el hitlerismo. Como en ocasiones anteriores, el actual diputado nacional terminó demostrando una escasa tolerancia hacia los cuestionamientos directos que choca con los principios del liberalismo que asegura defender.
Los sondeos de opinión pública resultaron concluyentes contra el inspirador de La Libertad Avanza. Según un estudio de Raúl Aragón & Asociados, realizado entre 1803 personas entre el 9 y el 12 de junio en el orden nacional, el 68,9% de los consultados dijo no estar de acuerdo con la libre portación de armas, impulsada por Milei, y apenas el 9,8% se mostró de acuerdo. En cuanto a sus dichos sobre el comercio de órganos, el 85,9% se pronunció en contra y solo el 7,2%, a favor.
Paralelamente, las encuestadoras que midieron la imagen de Milei también exhibieron resultados desalentadores para el dirigente anarcocapitalista. Para Aragón, su imagen positiva pasó del 51,6% hacia el 17 de mayo al 42,1% el 11 del presente mes, en tanto que su imagen negativa creció del 41,8% al 50,3% en el mismo lapso. De acuerdo con otro estudio, realizado por Zurban Córdoba, para fines de mayo, su percepción positiva había pasado en un mes del 47,7% al 41,2% y la negativa, del 40,3% al 51,4%. Para la consultora de Ricardo Rouvier, entre mayo y junio, Milei vio caer su imagen positiva del 43,2% al 40,6% y vio subir su imagen negativa del 33,8% al 43,4%.
CB Consultora, por su lado, sumó otro dato desfavorable para el candidato presidencial del liberalismo: en lo que va de junio, su imagen solo mejoró en cuatro distritos (Corrientes, Misiones, San Juan y Tucumán), mientras empeoró en las restantes provincias del país, incluida la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, el actual diputado nacional mantuvo un diferencial favorable entre imagen positiva y negativa en 20 distritos del país.
Respecto de la intención de voto de Milei, de acuerdo con la encuesta de Aragón, descendió del 18,3% a mediados de mayo hasta el 13,1% el último fin de semana.
Por si esto fuera poco, después del acto público que lideró en Gerli, localidad del partido bonaerense de Avellaneda, en lo que fue su bautismo en el conurbano, con una cantidad de asistentes que no llegó a las 2000 personas y resultó muy inferior a la esperada –en abril había reunido a unas 10 mil en Mendoza–, surgieron disidencias públicas, que encabezó el exdirigente de la Ucedé Carlos Maslatón, quien cuestionó al entorno del líder de La Libertad Avanza, empezando por su hermana, Karina Milei, a quien se conoce como “el jefe”.
En los últimos días, también Milei recibió críticas desde distintos sectores del arco político por su ausencia en la sesión de la Cámara de Diputados que aprobó una disminución de la presión impositiva sobre monotributistas y autónomos. En ese momento, el dirigente libertario se encontraba en Colombia, en respaldo de la campaña presidencial de Rodolfo Hernández en Colombia.
Se trata, en todos los casos, de señales de un presunto agotamiento de un fenómeno sustentado en la bronca y el malestar de buena parte de la ciudadanía con la dirigencia política tradicional, pero que deberá reinventarse y dejar de depender de un liderazgo personalista para mantener la expectativa sobre la posibilidad de construir una alternativa que compita por el poder dentro de algo más de un año.
© La Nación
0 comments :
Publicar un comentario