Por Alejandro Cancelare
De a poco, entre la dirigencia del Frente de Todos se empieza a percibir otra preocupación en la cima del poder, y es la existencia de "carpetazos" en las que los relevantes defensores del nonato Albertismo y La Cámpora son protagonistas de algunos "incendios" en portales de mínima relevancia o, directamente, inequívoca conectividad política.
Entre el recambio integral de la flota automotor en algunos ministerios a la contratación superflua en otros, la información sobreabunda en las redacciones y llegan a los Whatsapp de los que deberían estar preocupados por esta situación.
Mientras tanto, la confianza entre las partes, entre "ellos y nosotros", sin importar el bando donde cada uno de los interlocutores se ubique, cada vez escasea más hasta casi extinguirse. "¿Cómo me ves como candidato vecinalista?" sorprendió con su pregunta absolutamente absurda un importante intendente en uso de licencia que no sabe más cómo agregar tranquilidad en un campo minado.
"Nos estamos repartiendo las migajas del poder. Ante la huida, cada uno agarra lo que puede o le dejan", decía, por su parte, uno de los sentados no muy cerca donde estaba preparada la tarima en la que Fernando Espinoza habló en Tecnópolis, el miércoles, en el acto de asunción de la nueva conducción de la FAM.
Cuando apenas había nacido el gobierno de Alberto Fernández, donde todos jugaban a que venían mejores, uno de los primeros anotados por el "albertismo" era el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta. Como quedó demostrado, "pasaron cosas" y así fue que el intendente de La Matanza se quedó al frente de la Federación, antiguamente manejada por su socia política, Verónica Maggario, actual vicegobernadora bonaerense.
Haciendo como si nada pasara, Juan Manzur, el jefe de Gabinete de la Nación, recordaba los viejos tiempos de funcionario matancero y casi actuaba como primus inter pares, no sólo por su estrecha relación con Espinoza, sino, también, con Javier Noguera, el intendente de Tafí Viejo, Tucumán, quien se reconoce manzurista.
Volviendo a la actividad de la Federación Argentina de Municipios, FAM, en la que algunos de los allí presentes siguen considerándose "los dueños y movilizadores de los votos", Espinoza dejó en claro a quien le temen. A Cristina Fernández de Kirchner, y que con ella vuelva a todo ritmo La Cámpora para pedir todos los lugares que crea conveniente o que se sienta que le corresponda.
"Teníamos los mejores sueldos de América Latina después de la presidencia de nuestra presidenta del corazón por siempre, Cristina Fernández de Kirchner", dijo el intendente de La Matanza quien, en las últimas elecciones generales, se negó a darle lugares a La Cámpora y encabezó su propia boleta de concejales como candidato testimonial. Extraño.
En la oportunidad, varios le preguntaron a otro de los presentes, Gabriel Katopodis, por su lanzamiento a gobernador, no expuesto de esta manera, pero publicado y anticipado en esta columna de la semana pasada.
Fiel a su estilo, no negó ni confirmó, pero ya está en la cancha con su propia oferta electoral ante un espacio que carece de un gran referente si Axel Kicillof decide no ser reelecto, algo que, por ahora, no dijo. Ni nadie cree que dirá. Su poder está, nada más ni nada menos, en el lugar que ocupa.
Por su parte Katopodis es uno de los pocos "conectores" con las diversas sociedades individuales en las que se transformó el Frente de Todos bonaerense. Su relación con Martín Insaurralde siempre tiene vasos comunicantes, y Máximo Kirchner lo tiene tachado en su lista de funcionarios que no funcionan, aunque en la PASO pasada se enojó porque su esposa encabezó la lista de candidatos a nivel local.
La tercera ¿será la vencida?
"¿Qué quiere decir que la encabezaron?", preguntó sabiendo la respuesta uno de los hombres de mayor confianza de uno de los intendentes del PRO bonaerense que recién había llegado desde La Plata, donde más temprano se habían juntado los jefes comunales de ese partido.
Es que apenas terminó el encuentro, que duró poco más de dos horas, desde un portal vinculado a la Cámara de Diputados bonaerense, apareció una nota titulada "Garro y Grindeti encabezaron una nueva reunión de intendentes del PRO", provocando la consternación, llamados y explicaciones concernientes.
Desde Lanús se despegaron rápidamente de haber querido "acaparar" la cumbre de intendentes amarillos, y de hecho, una hora antes de la aparición de la nota autobombo, desde el distrito "Granate" habían distribuido una gacetilla muy horizontal en la que nadie "encabezaba" nada.
"Se están pegando un tiro en los pies", dijo un responsable de campaña de uno de los tantos precandidatos que sobrevuelan en el PRO para la gobernación. Y es cierto. Seguramente el jefe de Lanús, Grindeti, tuvo que dar alguna que otra explicación, pero al que le silbaron los oídos, sin dudas, fue a su par de La Plata, Julio Garro.
De los dos creadores de Juntos Hacemos, una corriente que pretende contener a los peronistas que aún no se sumaron a la oposición, el platense siempre es propenso a hacer "una de más".
Lo peor del caso es que, por primera vez, no hubo grandes discusiones y ni cruces entre algunos intendentes que se tienen algo de pica, o militan en corrientes internas diferentes. La foto del miércoles entre Garro, Grindetti, con Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli había ayudado a apaciguar una inexplicable tensión por el proyecto provincial.
Con los de Juntos Hacemos conciliando, y el propio Diego Valenzuela, quien sigue pero avisa cada jugada de su instalación bonaerense, el camino empieza a ser más claro
para la principal fuerza opositora. La salida de 'El Chivo' volvió a tensionar todo entre los propios intendentes.
Por algo que sucedió a mediados de semana, directamente prefirieron no estar Ezequiel Galli, de Olavarría, y Manuel Passaglia, de San Nicolás. La reunión de ayer fue publicitada para "marcarle la cancha" a Horacio Rodríguez Larreta en un par de medios nacionales.
Apenas salió del encuentro, un participante dijo que "fue, de todos, el más armónico y en el que casi no hubo discusión", dijo quien habitualmente se queja de los "humos" de algunos de sus pares y en las dos anteriores oportunidades se cruzó con más de uno.
Con el título "Tenemos que ser la alternativa que nos lleve a un futuro mejor", casi 20 intendentes del PRO pidieron que el gobierno abandone el internismo, "se ponga a trabajar por la gente" y apoyó la boleta única.
"Si algún otro firmara este documento y nos lo reclamara a nosotros, tendría razón", dijo otro que siempre mantiene su mirada crítica y punzante.
© El Cronista
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