Al llegar a Alemania, Alberto Fernández fue recibido por la directora de Protocolo del Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, Daniela Vogl. (Foto/Presidencia) |
Por Martín Dinatale
Alberto Fernández no está dispuesto a sentarse a hablar con Cristina Kirchner por ahora porque tiene en claro que piensan diferente en muchos temas, pueden debatir ideas, pero no están en juego dos modelos contrapuestos.
Sin embargo, en su hoja de ruta para el futuro inmediato del gobierno el Presidente evaluó desde su gira en Europa que "la economía debe seguir un plan con sentido común". No puede estar atado a lo que diga cualquiera y sin lógica alguna.
Luego de partir de su visita oficial en Madrid y durante el vuelo que lo trajo a Alemania para reunirse con el canciller Olaf Scholz, Fernández dialogó con su comitiva no solo del resultado del primer tramo de la gira europea, sino también las repercusiones de sus recientes ataques a Cristina Kirchner.
Según pudo saber El Cronista de allegados al Presidente, Alberto dejó en claro que no hace falta en estos momentos mantener una charla a solas con la vicepresidenta.
"No me preocupan las críticas de Cristina. Tenemos en claro que pensamos diferente. Pero no son dos modelos contrapuestos. Tenemos el mismo objetivo. Ella quiere ir a Mar de Plata por la ruta 11 y yo por la 2 pero el destino es el mismo", comentó el presidente a un secretario de Estado qué forma parte de la reducida comitiva. Para el jefe de Estado estos son "escenarios normales de tensión que siempre hay en la política".
El rumbo económico
Dicho esto, Fernández dejó en claro que no permitirá que la Argentina escape del "esquema de sentido común en la economía", y allí piensa en algunas ideas que observa de la realidad actual para el futuro inmediato. Esto se puede traducir en los siguientes escenarios que vislumbra el Presidente:
-No ve a nadie del kirchnerismo en estos momentos en el Congreso que quiera obstruir al Gobierno.
-Los proyectos de Máximo Kirchner y sus aliados sobre adelanto de aumentos salariales mínimos ya lo habían evaluado. Y la iniciativa de una moratoria jubilatoria la van a analizar en la Casa Rosada, siempre bajo el paraguas tácito de que ello no implique aumentar la emisión monetaria y se logre con recursos genuinos.
-También el presidente analizó con su equipo que se deberá cuidar hasta junio y julio el cuello de botella del gasto para evitar el escenario de no tener dólares y complicar así las compras de gas en el invierno.
-El Presidente está convencido de que en el actual mundo de guerra y cambios en la economía será necesario revisar más adelante el acuerdo que selló la Argentina con el FMI.
-La lógica del "sentido común en la economía" que intenta traducir en la coalición gobernante el Presidente destaca que "no se puede vivir siempre con déficit fiscal" aunque tampoco se debe dejar que haya un nivel tan elevado de tarifas públicas, según dijo un funcionario.
En este sentido, el aumento de tarifas segmentado que armó el ministro de Economía Martín Guzmán y que resisten en el kirchnerismo deberá ser refrendado por el ENRE y "al que no le guste se deberá ir", comentó tajante un secretario de Estado qué dialogó del tema con Fernández. Este mensaje apunta sustancialmente al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo.
El Gobierno espera avanzar cuanto antes avanzar con los proyectos de ley que envió al Congreso, como ser la ley de incentivo industrial, el proyecto de industria automotriz y de electromovilidad.
Hacia el futuro inmediato, el Gobierno no cree que las paritarias vayan a ser un problema para la inflación. "A los que hay que ir a preguntar por la inflación es a los formadores de precios", deslizó el Presidente antes de bajar en Berlín, donde este miércoles se reúne con el canciller alemán Olaf Scholz.
Una agenda enfocada en la guerra
Durante el encuentro previsto este miércoles con el canciller federal de Alemania, Fernández pretende hablar de la situación en Ucrania y los impactos de la economía mundial.
En este contexto bélico en el este europeo, la Argentina se muestra como un país alternativo en la búsqueda de recursos faltantes en Europa, como son los alimentos y el petróleo.
Hay muchas coincidencias entre la Argentina y Alemania respecto de este escenario mundial. Sin embargo, hay una fuerte diferencia que Alberto Fernández tiene con Scholz y el resto de los países del G7: la aplicación de sanciones a Rusia.
Fernández está convencido de que sancionar a Moscú por la guerra no es una buena opción ya que cree que todo ello repercutirá en la economía mundial. En cambio, Alemania y el resto de Europa ya avanzo en la aplicación de sanciones económicas contra Rusia.
Todo esto no quita que el presidente argentino se oponga firmemente a la guerra y la invasión de Rusia en Ucrania. Desde este punto de vista se muestra muy crítico de Vladimir Putin, con quién hace menos de seis meses compartió un encuentro en Moscú y lo invito a invertir en Argentina como "una puerta abierta para Rusia en América latina".
La comitiva oficial que acompaña al presidente la integran el canciller, Santiago Cafiero; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, y la secretaria de Relaciones Económicas, Cecilia Todesca, a los que se suma la portavoz, Gabriela Cerruti.
© El Cronista
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