Por Martín Dinatale
Alberto Fernández buscó dar certezas al frente interno y trató de cosechar apoyos opositores en el mensaje al Congreso para avanzar en el acuerdo con el Fondo aunque el efecto inmediato generó todo lo contrario: una parte de la oposición se retiró del recinto mientras la promesa presidencial del entendimiento con el FMI "sin ajustes" no pareció completa ya que el Presidente dijo que sigue negociando con Washington y las inquietudes en el oficialismo no quedaron del todo despejadas.
En el mensaje del Presidente en la apertura de las 140° sesiones ordinarias del Congreso intentó cerrar la grieta entre oposición y oficialismo para dar por seguro un apoyo legislativo al acuerdo con el Fondo. Hacia el frente interno habló de un acuerdo que no contemplará reforma laboral, ni un "tarifazo" de los servicios y tampoco prevé una reforma previsional.
Sin embargo, la ausencia de Máximo Kirchner en el recinto, la falta de apoyos en la calle de los militantes de La Cámpora y la frialdad que mostró la vicepresidenta Cristina Kirchner hacia Alberto Fernández no pareció apaciguar los caldeados ánimos en el Frente de Todo de cara a un apoyo cerrado al acuerdo con el FMI.
No sólo esto. El propio Presidente dejó un manto de dudas sobre los alcances finales de este entendimiento: "Aún hoy seguimos negociando aspectos vinculados a la formalización de ese acuerdo que confío concluir a la brevedad", dijo.
¿Podrán incluirse en estos tramos finales de la negociación con el FMI cambios de último momento que impliquen ajustes de cuentas o reformas no deseadas para el oficialismo? Nadie lo sabe. Ni siquiera Martín Guzmán pudo dar respuestas certeras cuando le preguntaron por la fecha puntual en que ingresará el proyecto del acuerdo en el Parlamento.
Tres mensajes concretos intentó dar hacia el frente interno Alberto Fernández en el plano de las negociaciones con el FMI: "En Argentina se acabaron los tarifazos. Vamos a segmentar los subsidios", dijo. Además, aclaró que "no habrá una reforma laboral. Los derechos de los que trabajan no pueden ser alterados en su perjuicio". Y para que no quedaran dudas ante los cuestionamientos de Máximo Kirchner y los duros del kirchnerismo añadió que la letra chica del acuerdo no contemplará reforma previsional.
Pero el problema es que hoy no se mostró la letra chica y el acuerdo sigue abierto a negociaciones e incorporaciones de último momento en Washington.
En plan de sumar apoyos de la oposición para lograr respaldos al acuerdo con el FMI el presidente pidió a los legisladores que apoyen el entendimiento por la deuda. Sin embargo, el mensaje contempló un fuerte dardo contra el corazón del PRO.
"El dinero que ingresó de ese préstamo no fortaleció las reservas del Banco Central porque fue enteramente utilizado para pagar deuda externa insostenible y financiar la fuga de capitales. No quedó nada del dinero recibido en Argentina", dijo Alberto Fernández en abierta referencia a la deuda que contrajo Macri en el 2018.
La reacción inmediata fue que los legisladores del PRO abandonaron el recinto. "La denuncia contra Macri fue el nuestro límite", se sinceró ante El Cronista un diputado macrista.
¿Implicará esta reacción del PRO una ausencia de apoyos en el resto del interbloque de Juntos por el Cambio? Nada parece indicar esa actitud si se observa el comportamiento de los radicales y de la Coalición Cívica que permanecieron hasta el final del discurso presidencial en el recinto. Pero otra vez: la incertidumbre sobre el apoyo legislativo al acuerdo con el FMI la dejó el mismo Alberto Fernández al admitir que aún no están cerradas las negociaciones en Washington.
En otra pasaje de alineamiento con Cristina Kirchner el Presidente prometió avanzar con una profunda reforma judicial y cuestionó duramente al funcionamiento de la Corte Suprema. "Lo que pasa en el Poder Judicial es grave", lanzó el Presidente en uno de los pocos tramos en que se ganó una mirada de apoyo de Cristina Kirchner que estaba a su lado.
La estrategia en materia de política exterior también pareció aumentar las diferencias entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner.
El Presidente objetó duramente a Moscú. "La paz del mundo se alteró por la invasión militar rusa a Ucrania", dijo y pidió un minuto de silencio por los muertos en la guerra. Este mensaje resultó claramente diferenciador de Cristina Kirchner ante la falta de una condena firme de la vicepresidenta ante los ataques de Putin a Kiev.
También hubo señales en estrategia diplomática de la Argentina en el futuro inmediato: Alberto Fernández profundizó su alianza con China al anunciar una nueva ampliación de la línea de swaps para cubrir baches fiscales. "China siempre nos apoyó en los momentos difíciles", dijo el Presidente en un claro alineamiento con Xi Jinping.
Alberto Fernández expuso también una agenda económica tentativa de cara al futuro con "cuatro objetivos realistas" para cumplir en su mandato en función de ampliar la matriz productiva y las exportaciones. Pero dejó un interrogante en el principal talón de Aquiles de estos deseos: "la inflación sigue siendo el tema que más preocupa el gobierno", dijo.
La pregunta central en este plano es: ¿Cómo podrá el gobierno avanzar con reformas estructurales de la economía si no tiene en claro aun cómo resolver el problema de la inflación?
Alberto Fernández se retiró del Congreso con un recinto semi vacío, ausencias significativas en su frente interno, incertidumbres respecto del acuerdo final con el FMI, la frialdad que le mostró Cristina Kirchner y una oposición que no le confía. Hacia atrás, el Presidente buscó mostrarse como el jefe de Estado que logró luchar contra la pandemia pero hacia adelante dejó dudas de cómo enfrentará los otros virus que acechan. Son los virus de la economía argentina que siguen estancando en la crisis al país.
© El Cronista
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