El ministro Martín Guzmán y la titular del FMI, Kristalina Georgieva
Nacionales - Las negociaciones entre el gobierno de Alberto Fernández y el Fondo Monetario Internacional (FMI) ingresaron
en la recta final a pocas horas de que la Argentina deba afrontar vencimientos por USD 1.100 millones. En ese contexto, hay un principio de acuerdo entre las partes sobre unos de los puntos centrales de la negociación:
el sendero del déficit fiscal, que llegaría a cero en 2025.
La diferencia era que el Ejecutivo quería converger hacia el equilibrio fiscal en 2027 mientras que el FMI lo requería para 2025, posición que prevaleció. Por otro lado, el Gobierno habría logrado conseguir que el déficit de este año 2020 sea de 2,5% (el organismo pretendía medio punto menos). También estaría cerradas ya la cifras de 2023 y 2024, en torno a 2% y 1%, respectivamente. Para 2026 ambas partes ya coincidían en un déficit fiscal igual a cero.
En tanto, las negociaciones continúan y el directorio del organismo de crédito se reunirá este viernes para evaluar los resultados.
El máximo órgano de decisión del organismo tendrá un encuentro este viernes por la mañana con el staff técnico que negocia con los funcionarios argentinos para tener de primera mano una actualización de las conversaciones por la restructuración del préstamo que pasaría a ser uno de facilidades extendidas a 10 años de plazo.
En medio de rumores de un acuerdo cerrado, minutos antes de las 20 de este jueves la portavoz de la Presidencia Gabriela Cerruti anunció que “a esta hora las conversaciones entre el gobierno argentino y el FMI continúan sin que haya definiciones ni novedades que comunicar”, escribió desde su cuenta de Twitter.
Una hora más tarde, Guzmán publicó una foto en su cuenta de Instagram con el epígrafe, “Seguimos trabajando”.
Por el lado del organismo multilateral, la economista jefe Gita Gopinath afirmó el martes que desde el FMI están trabajando “muy de cerca con las autoridades” para acordar un nuevo programa de financiamiento a partir de la adopción de “un enfoque flexible y pragmático”.
”Eso requerirá un programa que sea sólido y creíble y que aborde los desequilibrios que tiene el país. Entonces tenemos que mejorar los desequilibrios para que podamos ayudar a que los argentinos se recuperen y puedan salir de las dificultades que están enfrentando”, agregó.
Y precisó: ”Estamos trabajando muy de cerca con las autoridades y entendemos que la situación social y económica es desafiante, por lo que estamos adoptando un enfoque flexible y pragmático. Lo sabemos, esperamos progresar aún más en los próximos días”.
En ese marco, el resultado de las conversaciones es supervisado no solo por el presidente Alberto Fernández sino también por la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Un posible entendimiento técnico con el staff del FMI es el primer paso para un acuerdo definitivo. En caso de alcanzar en las próximas horas un consenso, ambas partes deberán continuar su tratamiento por otras vías. El Ejecutivo enviará el acuerdo al Congreso para tratarlo en forma de programa económico plurianual, mientras que el FMI elevará el pacto al directorio, donde los principales sillones, en especial, EEUU, le darán el respaldo geopolítico.
Cabe recordar que un eventual incumplimiento ante el organismo de crédito internacional en los próximos días no implica, en términos técnicos, a un default. Existe una instancia previa que el estatuto del FMI denomina arrears, traducible como atrasos. Desde ese momento comienza un plazo de seis meses desde el hecho de impago hasta que el directorio del FMI pueda discutir si el país ingresó en situación de default propiamente dicho.
En tanto, según la mirada del Gobierno, un recorte adicional al gasto achicaría las posibilidades de lograr un año más de crecimiento económico, aunque sea menor al 10% con el que finalizó el 2021. Ese medio punto de distancia representa, a pesos de hoy, unos 85.000 millones.
Informe: Infobae
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