José Mujica y Julio María Sanguinetti se abrazan tras renunciar a sus bancas en
el Senado uruguayo. (Foto/El País-Montevideo)
Uruguay - "Gesto único", "reflejo de la democracia", "día histórico".
Así fueron resumiendo uno a uno los legisladores la sesión de este martes del Senado en la que los dos expresidentes Julio María Sanguinetti y José Mujica de 84 y 85 años respectivamente,
presentaron su renuncia a la Cámara.
El líder colorado, que le dejó su lugar a Tabaré Viera, expresó que tiene previsto dedicarse "a otras tareas", mientras que Mujica, que fue reemplazado por Alejandro Sánchez, dijo que se ve como "un consejero" de sus compañeros del Movimiento de Participación Popular (MPP).
José Mujica fue el primero en retirarse. Emocionado, dio su discurso de despedida con la voz pausada, tras las palabras de varios legisladores que lo elogiaron. "Tengo que agradecer tanto reconocimiento. Quiero agradecer porque hay un tiempo para llegar y un tiempo para irse a en la vida. Gracias a los funcionarios que en estos 26 años me han soportado. Algunos ya no están. Gracias a colegas, diputados y senadores, donde he compartido duras y jocosas", expresó.
En ese sentido, Mujica dijo que quería "simbolizar" a todas esas personas así como su paso por el Parlamento en una persona que se sentaba en su misma butaca: Alejandro Atchugarry, exsenador y ministro del Partido Colorado, fallecido en 2017.
"Lo quiero simbolizar en uno, que se sentaba en esta butaca: Atchugarry. Liberal de marca mayor. No un liberal en la economía. En la humanística supimos ser adversarios sin una ofensa. Cuando fui ministro me llamó y me dijo: Pepe ten cuidado con esto, esto y esto y cuando vayas a firmar un papel fijate que lo haya revisado un abogado de oficio. Cuando se enteró que teníamos contradicciones en nuestro gobierno me llamó. Un hombre de categoría superior que no está entre nosotros y lo quiero nombrar como un símbolo que es la bonhomía".
Sobre su salida del Parlamento, Mujica remarcó: "Me voy porque me esta echando la pandemia. Ser senador es hablar con gente y andar por todos lados. Estoy amenazado por todos lados: por la vejez y por mi enfermedad inmunológica crónica".
"Si mañana hay una vacuna (contra el COVID-19), no me puedo vacunar", indicó.
"En mi jardín hace décadas que no cultivo el odio. Aprendí una dura lección que me puso la vida. El odio termina estupidizando", sumó.
"La biología impone cambios pero también tiene que haber actitud de cambio de dar oportunidad a nuevas generaciones y ayudar a construir el porvenir. Por eso ha pasado de todo en la vida, estar 6 meses atado con alambre con las manos en la espalda, irme de cuerpo por estar en un camión, estar dos años sin que me llevaban a bañarme y tener que bañarme con una taza. He pasado de todo, pero no le tengo odio a nadie y le quiero transmitir a los jóvenes que triunfar en la vida no es ganar sino levantarse cada vez que uno cae", finalizó.
Al igual que Mujica, tras escuchar los reconocimientos por parte de senadores de todos los partidos, Julio María Sanguinetti se tomó un minutos para dar su discurso de despedida y lo hizo agradeciendo con la "generosidad" con la que se refirieron a su persona.
"En estos meses, pese a las interrupciones de la pandemia, la he pasado bien. Mantuvimos un clima de respeto", valoró Sanguinetti.
El expresidente aclaró que siente "un enorme deber" hacia su partido y subrayó que "los partidos políticos son los que encausan, vertebran y articulan y eso es fundamental".
"Vivimos tiempos complejos. El ciudadano se siente representado por sí mismo. El concepto de representación política hoy está en crisis. El ciudadano hace un Facebook y con eso cree que es partícipe de un diálogo universal. Más que nunca debemos aferrarnos a las ideas. Si los sentimientos y pasiones articulan la lealtad a lo largo del tiempo, son las ideas que siguen moviendo", añadió.
Sanguinetti también hizo hincapié en que "en la democracia es más importante salir que entrar, bajar que subir, porque la democracia se basa, como dice mi amigo Felipe González, en una ética de la derrota, en asumir en lo interior la verdad del voto popular".
"He servido toda mi vida y ahora voy a servir. A defender nuestra visión histórica tantas veces tergiversada, a defender la concepción de nuestro Estado, el que construyó Batlle. Siento que ha habido mucho fundamentalismo", indicó.
"Habiendo estando tan enfrentados como pudimos estar en un momento con Mujica hoy podemos decir como Octavio Paz que 'la inteligencia al fin encarga, se reconcilian las dos mitades enemigas y la conciencia espejo se licúa vuelve a ser fuente manantial de fábulas: hombre, árbol de imágenes, palabras que son flores, que son frutos, que son actos'", finalizó Sanguinetti en su discurso ante los aplausos de todos los presentes en la sala.
Palabras de homenaje
El senador frenteamplista Óscar Andrade fue el primero en tomar la palabra para referirse a Mujica en la sesión de hoy. Dijo que "el ideario de 'Pepe' emociona" porque "dedicar la vida a la política tiene que ver con que te duelan las injusticias". El legislador remarcó que Mujica instauró la concepción de "vivir como la mayoría del pueblo vive" y eso lo estableció "como un paradigma ético". Andrade definió a Mujica como "un compañero entrañable, militante, luchador" e hizo un repaso de su vida, desde sus inicios tupamaros hasta llegar a la Presidencia de la República. "Vivir es tener causas, vivir es lucha, por eso el agradecimiento de poder vivir al lado de compañeros como Mujica", añadió.
Mario Bergara, en tanto, dijo que "no es una jornada más" y que significa un "gesto único de la democracia uruguaya despedir del Senado a dos expresidentes con ideologías distintas". El senador también hizo un repaso por la vida de Mujica y lo definió como "un ganador en las urnas como pocos" y un "orador y polemista de la mejor escuela".
"Este recinto perderá a un luchador de todas las horas", lamentó. Asimismo recordó que "pagó con 12 años de vida el relato que lo define" y que a su salida de cárcel no tuvo ni "rencor ni odio". "Es el político uruguayo más reconocido y querido en el exterior y lo es por sus ideas de justicia social", añadió Bergara.
Por su parte, el senador colorado Pablo Lanz dijo que se trataba de "una sesión muy especial" porque se trataba de dos personas que "han dado absolutamente todo por el bienestar y el desarrollo del país". "Mujica marcó un estilo en las coincidencias o en las antípodas políticas como las tenemos" y destacó que "nunca tuvo un resentimiento revanchista". Además, remarcó: "Es un enorme honor de quienes hemos hecho culto de la militancia estar al lado de estos dos hombres pero especialmente de mi expresidente Sanguinetti".
Guillermo Domenech, senador de Cabildo Abierto, dijo que "son figuras que nos han deslumbrado por motivos diferentes". "No compartimos su actuación en la década del 60 y 70, pero tenemos también coincidencias", comentó. "Mujica representó también lo nacional y lo popular. Lo es en su forma de vida, pero también en su verbo", indicó. Domenech dijo que Uruguay es un país "desconocido" en muchas partes del mundo y solo es conocido por jugadores de fútbol y el propio Mujica.
Finalmente por el Partido Nacional tomó la palabra Carlos Camy, quien definió a ambos como "referentes de pensamientos distintos". Camy pidió "izar la bandera de la democracia, de la República", ya que esto significa "orgullo republicano uruguayo". "¿Qué otro país puede exhibir esto? ¿Es tan fácil de encontrar? Es una marca país, es un sello nuestro", valoró. Camy dijo además que "los líderes no se van, cambian de trinchera".
A su turno, la senadora colorada Carmen Sanguinetti tomó la palabra para referise a Sanguinetti y bromeó que cuando era niña "lamentablemente" tenía que aclarar que no eran familiar del entonces presidente, y destacó su figura porque "lideró con firmeza el retorno a la democracia".
Además, subrayó que "seguirá liderando al Partido Colorado" desde la secretaría y resaltó su "pasión periodística que nos seguirá acompañando".
Germán Coutinho, también del Partido Colorado, dijo que la renuncia de Sanguinetti y Mujica "es una señal" del "Uruguay del que quieren vivir la mayoría de los uruguayos y no el de la grieta".
"Quiero vivir en este Uruguay de respeto y orgullo democrático", añadió.
Coutinho dijo que "Sanguinetti no se va". "Siempre estuvo y siempre estará", remarcó.
Por el Frente Amplio habló Enrique Rubio, quien dijo que esta jornada "es la expresión de la diversidad".
Sobre Sanguinetti, dijo que su figura representa a "la de adversario extraordinariamente inteligente" y "sumamente riesgoso, pero siempre en la arena democrática".
"Es un político de mirada internacional de matriz europea más que anglosajona. He admirado siempre su sentido de la cultura", manifestó.
Por Cabildo Abierto volvió a hablar Guillermo Domenech y definió a Sanguinetti como "un hombre exquisito" y "multifacético".
También dijo que admira su "coraje" y valoró su aporte para "encauzar la vida democrática del país".
"Quizás Sanguinetti sea el último gran orador que tengamos en el país", aseguró.
Gustavo Penadés, que habló en representación de la bancada del Partido Nacional, dijo que con Sanguinetti despiden a un "adversario, aliado y gran oriental".
El senador resaltó al colorado como uno de los "principales arquitectos de la coalición" y que desde su lugar seguirá contribuyendo al gobierno. "Va a trabajar mucho más que ahora, que ya es mucho", bromeó.
Penadés dijo que Sanguinetti es "un hombre al que nada de la cultura le es ajeno". "Conversar con él siempre ha sido un motivo de placer y enriquecimiento", puntualizó.
Informe: El País (Montevideo)
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