Por Laura Di Marco
Después de casi seis meses de cuarentena, PyMEs quebradas, miles de puestos de trabajo perdidos, una profunda recesión y una fenomenal disparada en la cantidad de contagios, gran parte de la sociedad está perdiendo la paciencia.
El Gobierno está tirando demasiado de la cuerda. "El campo está seco", dice un importante encuestador. Esto significa: cualquier chispita puede provocar un incendio.
Después de tener una de las cuarentenas más largas del mundo estamos a la par -en contagios- que los países que no hicieron
cuarentena, pero con la economía destrozada. Así lo refleja la prensa extranjera.
The Telegraph: "El encierro más largo del mundo no ha salvado a la Argentina", el diario británico habla de las "consecuencias nefastas" y los "efectos
devastadores" del confinamiento.
A pesar de que la Argentina entró al top ten de los países con más contagios, Alberto Fernández insistió en las comparaciones con Chile. Dijo que había "colapsado más que la Argentina". No falla: cuando el populismo se queda sin "logros", busca enemigos.
Y en el medio de este clima, Cristina Kirchner no tuvo mejor idea que volver a su juego extremo.
Beneficioso para ella y su hijo, tal vez, pero destructivo para todos los argentinos. Logró llevar a la Cámara de Diputados, donde siempre hubo un debate razonable, a su propio barro. Llenarla con su propio veneno. Intentó arrastrarla al mismo nivel de funcionamiento -o de acatamiento- que encuentra en el Senado, que es de su dominio absoluto.
Poco antes de la sesión del martes, Sergio Massa, Cristian Ritondo y Mario Negri habían llegado a un acuerdo: debatir en forma virtual leyes poco relevantes y, en forma presencial, la reforma judicial y otra gran batalla que se viene, la movilidad jubilatoria.
¿Por qué quiere eso la oposición? Porque quiere que den la cara cuando votan, sin esconderse detrás de una pantalla de
computadora. En el caso de los jubilados, está claro que el Gobierno les va a rebajar las jubilaciones. La oposición dice: "Queremos
ver a Máximo Kirchner justificando esa rebaja". Lo mismo con la reforma judicial.Si el bloque de Roberto Lavagna, por ejemplo, vota a favor de un proyecto que apunta a la impunidad de Cristina es necesario que de la cara.
La sesión del martes en Diputados fue tan bochornosa que ni el propio Presidente podía determinar, al día siguiente, si habían sesionado o no.
Hoy Lilita volvió a tuitear sobre la ilegalidad de esa sesión: la Justicia confirmó que el "protocolo de funcionamiento parlamentario remoto" estaba vencido.
Todo fue una locura. Hubo dos sesiones paralelas, como hay dos realidades paralelas en la Argentina: la que ve el Gobierno y la que ve la oposición.
A los diputados de Juntos por el Cambio, que fueron a la sesión, Massa no los contó, pero a Leopoldo Moreau, que se durmió en su banca, sí.
En esta realidad paralela, el Presidente dijo, sobre la economía: "Estamos saliendo". Le faltó aclarar hacia adónde. La Unión Industrial Argentina,
en un relevamiento de esta semana, afirma que más del 60% de las empresas están prácticamente paralizadas.
Te quiero mostrar otro personaje irreal de esta trama: Norberto Di Próspero. ¿Quién es? Se trata del líder sindical de los empleados del Congreso que, obviamente, fue funcional al kirchnerismo en esta tramoya. Con la excusa del protocolo sanitario, los gremios se pusieron en contra de las sesiones presenciales. Di Próspero se formó con Hugo Moyano y visitó al Papa en Santa Marta en 2013.
El filósofo francés, Michael Foucault, asociaba el ejercicio del poder con la capacidad de control. Decía que el poder es el efecto de un conjunto de posiciones
estratégicas. La coalición kirchnerista-peronista tiene personas en lugares estratégicos.
Entonces, ¿la toma de tierras forma parte de una estrategia de Cristina Kirchner, avalada por el Papa Francisco, como denunció esta
semana Lilita Carrió?
Jorge Ossona, un especialista en el conurbano, afirma que detrás de la toma de tierras no están los que menos tienen, sino una mafia que, en nombre de los que menos tienen, tienen cada vez más.
¿Referentes que responden a Cristina y a Axel Kicillof alientan la toma de tierras en la provincia de Buenos Aires? Hay quienes afirman eso. Cristina tiene un objetivo político claro: alimentar su base electoral en el conurbano. Las personas que son llevadas a intrusar terrenos son votantes de ella.
Después de haber avalado las tomas con su silencio, su inacción o sus declaraciones, después de muchos días de conflicto recién ayer, Kicillofy la ministra Frederic se dieron cuenta -y lo dijeron- de que la toma de terrenos es un delito, que es ilegal.
Dos cosas son evidentes:
- Hay una guerra interna dentro del Frente de Todos
- Kicillof y Frederic habían quedado en offside después de las declaraciones de Alberto Fernández condenando las tomas.
© La Nación
0 comments :
Publicar un comentario