El expresidente se había referido a la posibilidad de
un golpe o de una guerra civil en el país y desde
distintos sectores criticaron su palabras
Las expresiones de Eduardo Duhalde en Animales Sueltos, fueron repudiadas por todo el espectro político del país. (Captura de video) |
Nacionales - Eduardo Duhalde logró algo altamente inusual en la política argentina: kirchneristas y opositores
de todas las ideologías se unieron en la condena a sus declaraciones sobre la posibilidad de un golpe de Estado en la Argentina a raíz de la crisis económica que trae la pandemia de coronavirus.
Funcionarios del Gobierno, diputados de distintos bloques y dirigentes sociales, como Estela de Carlotto (Abuelas de Plaza de Mayo) se apuraron a expresar su repudio a la postura del
expresidente, un hombre de excelente relación personal con Alberto Fernández y que la semana pasada mantuvo una larga reunión con el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof.
Fernández encomendó la primera respuesta al ministro de Defensa, Agustín Rossi, encargado justamente de la conducción política de las Fuerzas Armadas.
"Un golpe de Estado es un escenario absolutamente improbable en nuestro país", dijo. El secretario de Estado de políticas para las Malvinas, Daniel Filmus, se sumó con un mensaje en las redes
sociales: "Las declaraciones de Duhalde respecto a la posibilidad de un golpe de Estado son de una gravedad tal, que merecen el rechazo de toda la dirigencia política y la ciudadanía. En 1983 Argentina reconquistó
la democracia y será para siempre!!!"
En Juntos por el Cambio la sorpresa y la condena fue amplia. El diputado Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica, consideró "irresponsable, grave y repudiable"
la declaración del expresidente. "Entre todos los argentinos debemos estar unidos en la no violencia y defender el imperio de la Constitución Nacional, garantizar la República y la democracia",
sostuvo. Coincidió con él su colega Waldo Wolff (Pro), para quien los dichos merecen "el más enérgico repudio" y constituyen una posición "peligrosa".
Laura Alonso, exdirectora de la Oficina Anticorrupción, agregó: "Repudiable de principio a fin todo lo que dijo anoche Duhalde. Horribles conceptos. No comparto ni
una letra. Argentinas: abrazados a la Constitución y la democracia más que nunca".
La legisladora porteña Myriam Bregman, del Frente de Izquierda, sumó su condena y recordó que Duhalde era el presidente cuando fueron asesinados en una protesta
Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, en 2002.
"Duhalde tiene que dar explicaciones a toda la sociedad", advirtió Estela de Carlotto. "Está respondiendo a una campaña a empezar a sembrar lo que
no tiene que volver a pasar", denunció la dirigente de derechos humanos, muy ligada a Cristina Kirchner.
Justamente uno de los abogados de la vicepresidenta,Gregorio Dalbón, se sumó a esa línea argumental: "A Duhalde lo mandaron hablar. No es casualidad".
Pidió defender a Fernández y reclamó: "Decir que vienen los milicos es el preámbulo para ir a buscarlos. Si vienen correrá sangre, al menos la mía".
La diputada oficialista Victoria Donda aludió al Nunca Más, vinculó a Duhalde con Mauricio Macri y dijo que "la palabra presidencial se devalúa cuando
expresidentes realizan declaraciones que no corresponde; ya tenemos uno que hace oposición irresponsable desde un cantón suizo y ahora otro que cuestiona la solidez de nuestra democracia".
Leandro Santoro, legislador porteño de origen radical y ahora íntimo de Alberto Fernández, recordó que Raúl Alfonsín había forjado una
relación importante con Duhalde tras la crisis del 2001. Dijo que no ve "maldad" en las expresiones del expresidente peronista, pero indicó: "Esa perturbación psicológica q ve en
los otros, lo aqueja a él. Lo de hoy fue grave".
El expresidente, durante una entrevista en el programa Animales Sueltos, había advertido sobre la posibilidad de un nuevo golpe de Estado en la Argentina y vaticinó que el año que viene no habrá elecciones legislativas. También aludió a la
posibilidad de que “esta crisis termine en una guerra civil”
Este martes a la mañana continuó con esa lógica: "Digo lo que pienso y no me arrepiento. Llega una anarquía con olor a sangre".
"Si no nos juntamos, estamos perdidos", insistió. Y aludió a la violencia y la inseguridad: "Hay deterioro social, no todos comen todos los días,
la gente está desesperada; se van a matar no por una bicicleta, sino por un bizcocho".
Informe: La Nación
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