Andrés Malamud dijo que el problema del Presidente “es su porteñismo” y que “no puede leer la Argentina del interior,
no puede leer la Argentina productiva”
no puede leer la Argentina productiva”
Andrés Malamud |
Y precisó: “Si quiere concertar a los propios, deja insatisfechos a los ajenos y si quiere concertar con los ajenos, deja insatisfechos a los propios. No tiene carisma ni poder”.
El periodista Joaquín Morales Solá, moderador de la charla, quiso saber si había diferencias entre el Presidente y la Vicepresidenta, y Malamud analizó: “Cristina
representa al peronismo nacional y popular básicamente del conurbano, Alberto al peronismo federal y popular, al de los gobernadores peronistas, que son 16, los dos tercios”. “Tenía un espacio donde apoyarse y optó por no hacerlo”, se explayó. Y lo criticó porque la mayoría de su gabinete está conformado
por funcionarios de la Capital y de la provincia de Buenos Aires. “Su problema es el porteñismo. No puede leer la Argentina del interior, no puede leer la Argentina productiva”, expresó, lo que queda “muy claro cada vez que él, el gobernador de la Provincia y el jefe de gobierno porteño le dicen a todo el país si podemos salir de casa o no”.
Cuando Morales Solá le preguntó por qué se insiste con la confrontación y no genera un clima de acuerdos, Malamud confesó: “Es una excelente
pregunta que me hago todos los días”. Y recurrió a un viejo concepto de las ciencias sociales en la Argentina, que habla del “empate hegemónico”, dos actores, “cada uno de los cuales
tiene el poder de vetar al otro, pero no imponer su propio proyecto. Y es algo que no solamente se da entre el peronismo y el no peronismo, sino también ante cada nuevo gobernador de la Provincia, sin importar de qué
partido, que piensa que va a conseguir domar a la bestia.”
“Argentina no funciona porque cada jugador piensa que va a ganar y no termina de aceptar que la sociedad está dividida en dos, y solo (tiene
como chance) hacerlo juntos. (Habría que) definir las áreas en que nos pusimos de acuerdo. Definir las que no nos pusimos de acuerdo. Por ejemplo, hay acuerdos en democracia,
derechos humanos, Mercosur. No hay acuerdos económicos, no lo logramos en reforma laboral, tributaria, previsional”, detalló.
Ante la posibilidad de que este escenario sea similar al de 2001, como se debate en algunos ámbitos, el académico dijo que encuentra por un lado que “todas las democracias
del mundo enfrentan demandas que no están en condiciones de satisfacer”, pero en Argentina, “la rabia del 2001 antiestablishment, era que se vayan todos. Ahora en cambio está la grieta, que es mala, porque es un empate permanente, pero ahora quieren que se vayan los otros, los de enfrente”. Por eso dijo que “la democracia está renga en la Argentina, falta el componente de la cooperación, pero está estable en relación a la mayoría de los países de
la región”
En relación a la situación internacional, Malamud dijo que “estamos condenados a unos cuantos años en los cuales Estados Unidos y China van a confrontar sin
irse a las manos”. “En el orden mundial que se está disolviendo el 40% del PBI mundial estaba en manos de los Estados Unidos, y hoy el 20% es de Estados Unidos y el 20% es de China, valen lo mismo ambos.
Si cooperan tendremos orden, si no, tendremos problemas”. Y opinió que “las razones por las que confrontan no es capricho de Trump. Es estructural. China le está quitando la supremacía a Estados
Unidos en sectores que antes dominaba. Hoy China controla cuatro de las 16 agencias de las Naciones Unidas, así que Estados Unidos quiere quedarse con la que puede, como el BID”.
Sobre las posturas internacionales de ambas coaliciones, Malamud destacó que “Macri y Cristina tenían visiones opuestas. Macri decía que hay que volver al
mundo y Cristina que el mundo se nos cayó encima. La propuesta de Macri era la integración y la de Cristina era el alejamiento. En efecto, el mundo tiene oportunidades y amenazas, hay que defenderse de las amenazas
y aprovechar las oportunidades”.
En relación a las declaraciones de Duhalde que alertó sobre la posibilidad de que haya un golpe de Estado y no haya elecciones el año próximo, las calificó
de irresponsables para un hombre de Estado, ya que tienen repercusiones en el debate público por el lugar institucional que ocupó como ex presidente y ex gobernador. De todos modos, dijo que “es verdad
que en la región los militares tienen mayor influencia en los gobiernos”, y puso los ejemplos de Brasil y Venezuela. También reconoció que “Duhalde le puso el termómetro a la sociedad
y le dio alto”, aunque eso no quiere decir que haya un golpe de estado. “Se equivocó en el diagnóstico”, concluyó.
Informe: Infobae
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