Por Guillermo Piro |
A muchos ni siquiera se les cruza por la cabeza una acción semejante y prueba ridículamente a hacerlos entrar en acción con el codo, o con el espacio interdigital, como los ladrones que no quieren dejar
huellas dactilares en los lugares que saquean. O hay quienes se desinfectan las manos cada vez que usan uno de los “nudos” que las mayoría de las veces están hechos de pulcro y pulido aluminio. Edwin
Heathcote, un famoso arquitecto y diseñador británico, reconstruye la historia de los picaportes en la revista de arte Apollo.
Nadie sabe con certeza cuándo y dónde nació el picaporte, pero hay una fecha, 1878, que es cuando el inventor estadounidense Osborn Dorsey registró la primera
patente de uno. Aunque es más que probable que mecanismos como ese exitieran con anterioridad a esa fecha, normalmente se le atribuye a Dorsey la invención del picaporte tal como hoy lo conocemos. No tenemos
idea de cómo eran las puertas antes de esa fecha, ni cuándo comenzaron a ser consideradas elementos arquitectónicos que podían ser embellecidos, usados por la nobleza para dar muestras de su propia
riqueza a quien pretendía entrar en sus casas.
Durante siglos, explica Heathcote, los picaportes fueron elementos de los que se ocuparon los artesanos locales, y por lo tanto hay una enorme variedad de modelos, dependiendo de la
zona donde se construyeran. Los materiales más usados eran el metal y la madera, pero también podían ser de cerámica y, como dice Ponge, de porcelana. Heathcote explica que a comienzos del siglo
XX los picaportes dejaron de ser proyectados por los artesanos para empezar a ser diseñados por los arquitectos. Con el estilo modernista y sus líneas sinuosas, los picaportes se volvieron una parte orgánica
de la arquitectura. Alguien que diseñó picaportes que aún hoy se producen y venden fue Anton Gaudì, el máximo exponente del llamado modernismo catalán.
Otra gran escuela que se interesó por los picaportes fue la Bauhaus. Los arquitectos de la Bauhaus comprendieron que todos los elementos de un edificio podían representar
la idea que estaba detrás del proyecto, y “los picaportes se volvieron el instrumento perfecto para reducir un edificio a su más mínima expresión”. Walter Gropius, el fundador de la
Bauhaus, en 1923 diseñó un picaporte que se volvió uno de los símbolos del modernismo, además de haberse convertido en uno de los primeros objetos diseñados por la Bauhaus en ser puestos
en venta para recaudar fondos para la escuela, diseño que aún hoy puede apreciarse en algunos edficios públicos de la época.
Según Heathcote, el que tal vez fue el más influyente picaporte de la historia es el que creó no un arquitecto, sino un filósofo, Ludwig Wittgenstein, que
lo diseñó cuando proyectó la casa de su hermana en Viena, a fines de los años 20. Dice Heathcote que le tomó un año diseñarlo, pero que al final “aquella simple barra
plegada se volvió el objeto que tal vez sea el más ubicuo y difundido de todas las formas del diseño moderno”.
© Perfil.com
0 comments :
Publicar un comentario