El ministro Daniel Arroyo reconoció que “la pobreza está aumentando” y que de “ocho millones de personas con
hambre ahora tenemos once millones”
Daniel Arroyo |
Nacionales - “La situación social es crítica”. La frase pertenece al ministro de Desarrollo
Social de la Nación, Daniel Arroyo. Su análisis es severo y descubre las implicancias del coronavirus, la cuarentena y el freno de la economía en la población más vulnerable. “Antes
de comenzar la pandemia teníamos ocho millones de personas que tenían necesidades alimentarias y ahora tenemos once millones que van a comedores”, relató el funcionario para darle contexto a su definición.
Arroyo había tenido un comienzo de abril tumultuoso: su ministerio quedó en el centro de la escena por una polémica compra de alimentos para asistir a los sectores
más necesitados, que incluyó el pago de sobreprecios en productos de primera necesidad. Por la maniobra, 16 funcionarios fueron desplazados: él reconoció, semanas después, que no había
pensado en renunciar. “Tengo una misión que es mejorar la situación social. Convivo con el dolor, recorro los barrios hace mucho tiempo y siento que tengo una tarea, una misión y quiero hacerla de
la mejor manera posible”, había declarado a fines de abril.
En esta oportunidad, en diálogo con la radio AM 750, destacó que instruyó un sumario por las irregularidades en la compra de alimentos, avisó que la regla es precios máximos mayoristas para abajo y repitió el concepto del dolor:
“Duermo poco y convivo con el dolor todo el tiempo: en cada lugar donde estoy, convivo con el dolor”. A su vez, admitió un incremento de los estándares de pobreza: “La pobreza es evidente que
está aumentando. Arrancamos con un piso de 38% de pobreza: en septiembre se va a informar la pobreza hasta el 30 de junio. Es difícil proyectar aunque es evidente que está aumentando por el parate de la
actividad industrial”.
Arroyo notó que los merenderos ya se convirtieron en comedores, con más afluencia de gente y con servicios de comida hasta la noche, que los taxistas, los remiseros, los
carpinteros y hasta el que hace durlock empezaron a reclamar asistencia alimentaria porque sus ingresos cayeron a cero. “Hay que prestar atención a la cuarentena en los barrios -indicó- y hacer controles
sanitarios y fortalecer situaciones críticas en lugares donde predomina el hacinamiento”.
"Cambiamos el sistema de compra del Estado de 20 años: ahora está la plataforma comprAR y convocamos a todos. El cambio más estructural es la descentralización:
vamos a armar un esquema de tarjetas para que los comedores compren y dinamicen la economía local", agregó el funcionario (Fotos Nicolás stulberg)
Y habló puntualmente de la Villa 31, un barrio de emergencia que lleva diez días sin agua, más de 133 casos confirmados de coronavirus y una muerte. “En los
barrios más pobres se combinan el hacinamiento con la falta de infraestructura. Hay un operativo en la Villa 31, donde se van a hacer testeos y evaluación. Vamos a poner gacebos para asistir desde lo sanitario
y con artículos de higiene, y vamos a armar cordones y controles sanitarios con los referentes que van a identificar los problemas del barrio”, anunció.
El ministro de Desarrollo Social dijo que están transfiriendo fondos para que los municipios compren alimentos e insumos de limpieza. Asimismo, comprendió que en las zonas
con población vulnerable urge la estimulación de la economía y la flexibilización de la cuarentena. “Hay que reconstruir las changas locales”, expresó y distinguó cinco
sectores capaces de promover la reactivación: “La construcción a través de la obra pública de pico y pala, la producción de alimentos de primera instancia, la economía del cuidado,
la industria textil y el reciclado. Estos sectores se van a ir moviendo. Hicimos un mapa en todo el país y armamos un banco de materiales con máquinas y herramientas para que las personas puedan trabajar. Son
sectores dinamizadores”.
Informe: Infobae y agencias
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