Luis Lacalle Pou asumió como nuevo presidente de Uruguay
y prometió “un diálogo constante con los partidos que no participan de este gobierno”
El presidente Luis Lacalle Pou y la vicepresidenta Beatriz Argimón saludan desde el balcón presidencial. (Foto/El País-Uruguay) |
Uruguay - Tras una década y media de gobiernos del Frente Amplio, el líder del Partido Nacional Luis
Lacalle Pou asumió este domingo la Presidencia de Uruguay con una promesa de "diálogo constante con los partidos que no participan de este gobierno y con las asociaciones civiles", y con la seguridad,
la educación y la posibilidad de flexibilizar el Mercosur para firmar acuerdos bilaterales como prioridades.
La jornada de ceremonias comenzó en el Palacio Legislativo al inicio de la tarde con una jura a cargo del presidente del Senado, el ex presidente y líder del Frente Amplio
(FA), José Mujica, y el primer discurso presidencial del flamante mandatario.
Lacalle Pou y su vicepresidenta, Beatriz Argimón, fueron recibidos por el presidente de la Cámara de Representantes, su correligionario Martín Lema, con quien el
mandatario se abrazó, y el titular del Senado, Mujica, con quien medió un saludo más moderado.
Mujica -un referente de los últimos 15 años de gobiernos frenteamplistas- le tomó juramento, lo declaró investido y dio pie a un discurso con algunas definiciones,
pero de tono sensiblemente más moderado que en la campaña electoral.
"El pueblo pidió un cambio, pero un cambio basado en acuerdos, y es necesario cumplir con la voluntad popular", aseguró Lacalle Pou ante la Asamblea General y
prometió "un diálogo constante con los partidos que no participan de este gobierno y con las asociaciones civiles".
"Estamos aquí para continuar con lo que se hizo bien, cambiar lo que se hizo mal y sobre todo para hacer lo que no se supo o no se quiso hacer", agregó el mandatario,
reproducido en vivo por los medios locales. "No tenemos complejos refundacionales, no se trata de tierra arrasada, hicimos campaña de una manera y vamos a hacer lo mismo en el gobierno, no es cambiar una mitad
por otra mitad, la unión es lo que piden los uruguayos", agregó el flamante mandatario.
El mandatario destacó que "es la primera vez en la historia que el gobierno va a ser ejercido por una coalición compuesta por cinco partidos" -que van desde el
centro hasta la derecha más conservadora del país- y, aunque reconoció que "toda novedad genera incertidumbre", anunció un proceso de "cambio y diálogo".
En su discurso, se concentró en el "retroceso en materia educativa" y la "creciente inseguridad".
"Nuestro país atraviesa por una crisis de seguridad humana. Estamos ante una emergencia. Mañana mismo convocaremos a todas las jerarquías policiales del país
para darles instrucciones claras", anunció, según el diario local El País.
Además, sumó: "Vamos a proponer un cambio en la gobernanza de la educación para hacerla más ágil y más efectiva."
Al referirse a la política exterior, hizo foco en el Mercosur.
"Vivimos en un mundo con dinamismo moderno y en el que la política media entre la oferta y la demanda. Eso nos obliga a actuar fuerte, claro y rápido. Por eso, hay
que fortalecer la región, el Mercosur, y al mismo tratar de flexibilizar el bloque para que cada socio pueda avanzar en sus proyectos bilaterales", propuso el mandatario.
Reconoció que existen diferencias entre los países miembros y las describió como "ideológicas".
"No debe importar el signo político de cada uno de los miembros del Mercosur. Si dejamos de lado estas cuestiones ideológicas que nos pueden diferenciar, el bloque
nos puede fortalecer en el concierto internacional", aseguró.
Los presidentes de dos de los tres países que junto a Uruguay fundaron el Mercosur viajaron hoy a Montevideo para participar de la asunción: Jair Bolsonaro por Brasil y
Mario Abdo Benítez por Paraguay. Además, estuvieron los mandatarios de Chile, Sebastián Piñera, y el de Colombia, Iván Duque.
El presidente argentino, Alberto Fernández, no viajó porque al mediodía dio su discurso de apertura del año legislativo en el Congreso, pero en su representación
estuvieron el canciller Felipe Solá, su jefe de gabinete Guillermo Chaves y el futuro embajador ante Uruguay, Alberto Iribarne.
Otra figura que atrajo las miradas de oficialistas y opositores fue el secretario general de la OEA, Luis Almagro, ex canciller del Frente Amplio que luego fue expulsado de la coalición
de centro-izquierda por su gestión al frente del organismo panamericano.
Mientras Lacalle Pou daba su discurso en el Palacio Legislativo, afuera cientos de jinetes vestidos como gauchos llegaron cabalgando para saludar al flamante mandatario. Además
cientos de simpatizantes se concentraron en las calles aledañas al parlamento y al camino que luego recorrió el presidente para llegar a la Plaza Independencia, el lugar donde el presidente saliente Tabaré
Vázquez finalmente hizo el traspaso de mando.
El recorrido estuvo marcado por la presencia de simpatizantes y voluntarios del oficialismo, con la excepción de un grupo de familiares de detenidos-desaparecidos por la última
dictadura cívico-militar del país, que le recordaron con una bandera al flamante presidente que sus familiares "no son historia, son presente" y volvieron a reclamar que las Fuerzas Armadas "digan
dónde están" sus restos.
Entrada la tarde, desde un escenario construido en uno de los costados de Plaza Independencia, Vázquez se quitó la banda presidencial y se la colocó con una sonrisa
a su sucesor. Lacalle Pou le agradeció y lo abrazó, en un gesto mucho más efusivo que el que compartió con Mujica en el parlamento apenas horas antes.
Acto seguido, el ya ex mandatario abandonó el escenario y todo el gabinete del flamante presidente junto a sus parejas subieron para jurar en sus cargos.
Con la plaza ya rebosante de simpatizantes, todo el nuevo gobierno se trasladó al balcón del Palacio Estévez -la ex sede de gobierno- para saludar a la plaza por
última vez antes de ingresar para la última ceremonia formal de la jornada: el saludo a las delegaciones extranjeras.
Informe: Télam y Agensur.info
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