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martes, 15 de octubre de 2019

HA MUERTO CACHO CASTAÑA

El cantante y compositor tenía 77 años y falleció a casa de 
una infección en la sangre y una falla renal aguda provocadas por EPOC

Cacho Castaña murió este martes, a los 77 años de edad.
Nacionales - Cacho Castaña murió a los 77 años de edad tras haber varios días estado internado y en terapia intensiva en el Sanatorio Los Arcos del barrio de Palermo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a causa de una infección en la sangre y una falla renal aguda, sumadas a las complicaciones provocadas por su enfisema pulmonar obstructivo crónico (EPOC). Falleció a las 11.46 de este martes 15.

El verdadero nombre del cantante era Humberto Vicente Castagna y a lo largo de una extensa trayectoria artística se convirtió en uno de los íconos de la música melódica y el tango argentino, empezando a tocar el piano durante su adolescencia en la década de 1950 y siendo el autor de exitosas piezas como Café La Humedad,Para vivir un gran amor,Ojalá que no puedas y Garganta con arena, entre muchas otras.

Tras ser el pianista de diversas orquestas de tango, Cacho inició su carrera como cantante presentándose en varios programas de televisión, y publicó sus primeros dos álbumes con título homónimo en 1972 y 1975, aunque el segundo fue conocido como Cara de tramposo, debido a la popular canción que abría el disco y que se convirtió en uno de sus más reconocidos temas festivos junto con La reina de la bailanta, La vuelta del matador y Quieren matar al ladrón.

Castaña hizo más de veinticinco discos y en 2005 obtuvo su primer Premio Gardel por Espalda con espalda. Ese mismo año también se le otorgó el Premio Konex a la Música Popular en la disciplina "Autores/Compositores de Tango", y fue nombrado como uno de los autores más importantes de la década en ese género.

También experimentó la fama en la pantalla chica, en la grande y, sobre todo, en los escenarios de la música. Entre discos de oro y de platino llegó a acumular tres decenas a lo largo de toda su carrera.

Cacho se definió baladista y tanguero y siempre dijo que componía del modo como hablaba. Paseó por distintos géneros, los alternó en sus repertorio y nunca se alejó de la idea de sentirse artista popular ni aflojó ante quienes lo consideraron cursi o "grasa". Ostentaba en su casa un diploma ficticio que lo declaraba doctor honoris causa de la Universidad de la Calle.

Además de recorrer escenarios, fue convocado para una decena de películas: desde su debut en El mundo es de los jóvenes a la serie del amor ( La carpa..., La playa... y La discoteca...) de Adolfo Aristarain. Y de ahí a Felicidades, estrenada en 2000.

Ya en los noventa su popularidad no era la misma que la de sus comienzos. Sin embargo, comenzado el nuevo milenio lo redescubrieron gracias a nuevos discos grabados, premios como el Gardel y el Estrella de Mar y con participaciones como actor o autor e intérprete de temas en tiras televisivas diarias como Los Roldán y Por amor a vos y como uno de los personajes de un quinteto terrible, en el programa Buenos muchachos.

Cacho, que tuvo casi tantas internaciones por problemas de salud como resurrecciones, seguramente dejará el recuerdo de ese paradigma de porteño, las melodías y los versos de Café la Humedad, Garganta con arena y Qué tango hay que cantar (éste último con música de Rubén Juárez); y probablemente algunas ingeniosas salidas que remataba en frases, un poco en serio y otro tanto en broma, que quedarán en el imaginario colectivo argentino.

Informe: Perfil.com, LN y agencias

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