Por Horacio Alonso
En las primeras semanas de su futura gestión -en caso de confirmarse, en octubre, el resultado de las PASO -, Alberto Fernández tendrá distintos reclamos que atender
pero uno es inesperado: el de los gobernadores peronistas en defensa de las aerolíneas low cost.
El candidato del Frente de Todos fijó su posición sobre este tema, durante una reunión con los gremios
aeronáuticos en julio, en el marco de la campaña electoral, y dejó una promesa a los trabajadores. “Quédense tranquilos. Todo va a recomponerse con Aerolíneas y con todos los cielos abiertos de la Argentina, que van a ser para Aerolíneas“, les dijo en un mensaje grabado en video. En distintas declaraciones periodísticas posteriores insistió con esa línea argumental y adelantó que va a “mirar el caso de las low cost porque han desvalijado a Aerolíneas”. Sin embargo, no todos, en su partido, piensan como él.
En estos días, el tema de las aerolíneas “baratas” -como informó Ámbito - fue noticia a raíz de un fallo judicial que le pone restricciones
horarias al funcionamiento de aeropuerto de El Palomar, donde operan compañías como Flybondi y JetSmart, por el impacto ambiental de esa estación aérea en la zona urbana de los alrededores. El Gobierno
apeló la medida y desde el Ministerio de Guillermo Dietrich dejan entrever un manejo político detrás (por parte de la jueza y del abogado denunciante), en línea con las palabras de Fernández.
Según las empresas, de confirmarse la medida judicial, el negocio de las “low cost” tendría un golpe mortal
El impacto económico y social que podría generar en esa localidad de conurbano es muy grande -hay unos 1.000 empleos directos- por la salida del mercado unos 1.5 millones pasajeros que se sumaron a esta modalidad de vuelos en los últimos dos años. Por ejemplo, la pelea judicial pone en duda la inversión de la cadena hotelera Hilton en Parque Leloir, algo que ya preocupa al intendente Alberto Descalzo de Ituzaingó. Pero el golpe más
duro no será en el área metropolitana sino en las provincias. Por un lado, el abaratamiento de los pasajes aumentó la cantidad de pasajeros en algunos destinos pero, también, estas compañía
comenzaron a volar a lugar que no los hacía Aerolíneas o tenía pocas frecuencias (Flybondi vuela a 12 destinos de cabotaje y JetSmart a ocho, muchos manejados por el peronismo o frentes aliados). Esto
está provocando el desarrollo de una actividad comercial y turística, en lugares antes marginados, que nadie quiere perder, más allá de las simpatías políticas. Misiones, Santiago
del Estero o Tucumán, son algunos ejemplos. Por eso, el conflicto judicial con el aeropuerto de El Palomar encendió la luz de alarma en los despachos de varios jefes provinciales que temen que, el regreso del
monopolio de Aerolíneas Argentinas, termine con un negocio floreciente y sufrir un costo político por decisiones tomadas en Balcarce 50. En ese marco, los ministros de Turismo de los distritos que podrían
estar afectados se están reuniendo con las compañías “low cost” para hacer un frente común. De hecho, un mandatario provincial -muy próximo al candidato Fernández y gran
anfitrión, en los últimos días -, se sinceró ante al CEO de una de estas empresas: “El gobierno de Macri es un desastre pero hay tres cosas que hizo bien como las obras de infraestructura,
la lucha contra el narcotráfico y la política aerocomercial.”. En las provincias, sin importar el signo partidario, recuerdan sin entusiasmo los tiempos del monopolio aéreo. “Con Aerolíneas
Argentinas, había pocas frecuencias, los vuelos eran caros por lo que la actividad era muy baja. Las low cost, generaron muchas fuentes de trabajo” explicó un ministro de Turismo provincial. La situación
se repite en otros distritos y, más aún, en ciudades que no tenían conexión con la línea de bandera. Desde algunas de estas provincias ya está ideando una estrategia para plantearle
a Fernández que sus promesas de campaña a los gremios aeronáuticos tendrán resistencia de muchos de los gobernadores que hoy lo apoyan.
Los números son contundentes. Pese a la llegada de las low cost, la actividad de Aerolíneas Argentina creció 61% en los últimos años. En julio y agosto tuvo récord de pasajeros de cabotaje. Destinos como Bariloche o Cataratas de Iguazú también tuvieron sus mejores meses de la historia debido a que, además del crecimiento de la línea de bandera, se sumaron nuevas frecuencias
a precios más bajo. Esto hizo que mucha gente volara por primera vez ya que el pasaje en avión, en muchos casos, es más económico que en micro.
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