Por Fernando Savater |
Revela la existencia de unos españoles que padecieron
los extremismos opuestos de los demás, dejando testimonios despreciados por leso fanatismo.
No solo los necesitamos para entender el pasado sino para resistir los miasmas del presente: los perpetuos antifranquistas que elevan a fascismo cuanto se desvía de la ortodoxia
zurda y los descubridores de gulags tras cada socialdemócrata y cada prrogrre (pronúnciese con gargajo incluido).
En la Guerra Civil, la tercera España acosada desde ambos frentes (lo peligroso no es el bipartidismo, sino el biextremismo) no tuvo el amparo de una Constitución en la
que caben quienes piensan que el matrimonio solo es entre hombre y mujer o que la propiedad privada es un robo... siempre que respeten las leyes vigentes, sin atropellar a los que las cumplen.
Las izquierdas y derechas respetables son las que no se convierten en subversivas cuando ven a sus adversarios en cargos institucionales. Lo peor de lo ocurrido en el Desfile del Orgullo
no fue solo el repelente escrache de la calle, sino oír a los “razonables” predicar que ellos abominan de los gestos violentos, pero comprenden que quien mal anda mal acaba.
¡Ah! Y el feminismo no es exclusivo de izquierdas, pero señalar feministas buenas y malas desgraciadamente sí.
© El País (España)
0 comments :
Publicar un comentario