Por Fernando Laborda
Los sorpresivos y recurrentes contactos entre Mauricio Macri y Martín Lousteau en los últimos días, los cónclaves entre funcionarios de la Casa Rosada y los
gobernadores de Cambiemos para consensuar acuerdos de precios y medidas para incentivar el consumo, y el anunciado decreto presidencial para eliminar las llamadas "listas colectoras" en los próximos comicios
tienen un mismo propósito: empezar a dar respuesta a las urgencias electorales del oficialismo.
Tanto el viernes pasado, en la quinta presidencial de Olivos, como ayer, en la Casa de Gobierno, el primer mandatario recibió a Lousteau. Si bien las cuestiones económicas
habrían ocupado el mayor tiempo de estos encuentros, a los que debe sumarse una larga charla telefónica, solo cabe una interpretación: Macri aspira a retener dentro de la coalición Cambiemos a su
exembajador en los Estados Unidos y no quiere volver a ser sorprendido como hace dos años, cuando Lousteau abandonó sin consultar a nadie aquel cargo diplomático con el que lo distinguió el Presidente.
Las conjeturas seguirán a la orden del día por un tiempo más. ¿Estaría dispuesto Macri a abrirle a Lousteau las primarias abiertas de Cambiemos por la
candidatura presidencial? ¿Le ofrecería a su exembajador en Washington que lo acompañe en la fórmula presidencial, como un gesto hacia el radicalismo? ¿Tratará, por el contrario, de convencerlo
a Lousteau de que compita con Horacio Rodríguez Larreta en las PASO de Cambiemos por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires? ¿O le ofrecería que sea primer candidato a senador nacional por
el oficialismo en la Capital Federal?
Todas las alternativas parecen estar abiertas. Lo que el macrismo buscará evitar es que Lousteau vuelva a la arena política por fuera de Cambiemos, como ocurrió
tanto en 2015, cuando fue postulante a la alcaldía porteña y fue derrotado en la segunda vuelta por Rodríguez Larreta por apenas tres puntos, como en 2017, cuando fue elegido diputado nacional en la Capital
Federal por una fuerza propia, luego de que no se le habilitara la posibilidad de participar en las PASO de Cambiemos.
La hipótesis de que Lousteau sea de nuevo candidato a jefe de gobierno porteño por fuera de Cambiemos, y esta vez unido a la eventual candidatura presidencial de Roberto
Lavagna , causa escozor en no pocos dirigentes del macrismo capitalino. Las elecciones presidenciales y las porteñas se realizarán simultáneamente, el 27 de octubre.
Evidentemente, Lousteau y Macri mantienen bastantes diferencias en el plano económico. El exministro de Economía en el primer tramo de la presidencia de Cristina Kirchner
e inspirador de la resolución 125 por las retenciones al campo tiene una concepción del Estado diferente a la del actual jefe del Estado.
Lousteau cuestiona la estrategia polarizadora del Gobierno y señala que mientras el diagnóstico del kirchnerismo pasa por echarle la culpa de todo a Macri, el diagnóstico
del macrismo pasa por responsabilizar de todo al kirchnerismo. Cree que se necesita un Estado que conduzca al mercado y busca diferenciarse tanto del oficialismo actual, que a su juicio considera que el Estado no tiene una
tarea en la conducción del mercado, como de quienes creen que hay que ir en contra del mercado.
Más allá de esas diferencias y algunos viejos enconos, el retorno del diálogo entre Macri y Lousteau abre nuevas expectativas en algún tipo de acuerdo electoral.
El propio Lousteau sostiene que Cambiemos debería albergar más visiones en su interior y volver a sus orígenes de 2015, cuando distintos espacios, como los liderados por Macri, Elisa Carrió y Ernesto
Sanz , compitieron por la candidatura presidencial.
© La Nación
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