Por Carlos Gabetta (*) |
Masivamente apoyado al principio, ha ido disminuyendo en cantidad y aumentando en violencia, como se vio el sábado 16 en los Campos Elíseos, cuando los enfrentamientos
con la policía, que en las primeras manifestaciones se había mantenido expectante, acabaron en varios graves incendios y algunos heridos de uno y otro lado. La disminución del apoyo ciudadano obedece justamente
a la progresiva aparición de grupos violentosy de algunas consignas racistas –e incluso antisemitas–, pero también a la reacción del gobierno, que convocó a un “Gran Debate Nacional”.
Vale la pena sintetizar en este breve espacio las características de esa convocatoria, ya que más allá de los resultados concretos que vayan a obtenerse resulta
un buen ejemplo para ambos lados de la “grieta” que separa a la ciudadanía argentina. Abierto oficialmente el 15-1-19, el Gran Debate se cerró el 15-3-19, aunque la participación sobre el sitio
de internet (https://granddebat.fr/) se prolongó hasta el 18-3. Para garantizar su independencia, imparcialidad y transparencia, se designó un “colegio de garantes”, integrado por cinco personalidades
(tres hombres y dos mujeres), totalmente independientes del gobierno y “reconocidos por su compromiso al servicio del interés general”.
Se definieron cuatro grandes temas para considerar: transición ecológica; fiscalidad y gasto público; democracia y ciudadanía y organización del Estado
y los servicios públicos. Para canalizar las opiniones ciudadanas se determinaron cuatro “espacios de proposición”: a) internet; b) “open data”; c) las conclusiones de las “reuniones
de iniciativa” locales y de las de distintas organizaciones (ONG, vecinales, etc.) y; c) las conferencias nacionales temáticas, de las que participaron especialistas, líderes políticos, asociaciones
patronales, sindicales y representativas de la sociedad civil. De estas últimas hay miles en Francia, para una gran diversidad de asuntos. Al finalizar el debate, solo en el “espacio internet” se habían
recibido en total 569.976 proposiciones sobre los cuatro temas tratados.
El Gran Debate se abrió el 15-1; las conferencias nacionales temáticas tuvieron lugar del 11 al 13-3; las reuniones locales se cerraron el 15-3; las contribuciones en internet”,
el 18-3; las conferencias ciudadanas regionales, el 22 y 23-3. El propio presidente Macron participó en varias discusiones en todo el país. Por último, a principios de abril habrá un Gran Debate
en la Asamblea Nacional y en algún momento de ese mes se publicarán las síntesis y conclusiones de todo lo debatido.
Por supuesto, lo más probable es que todo, o casi todo, quede en pura escenografía. Los cambios estructurales, de fondo, que la situación requiere van más
allá de la concepción liberal, populista o de la socialdemocracia actual. Pero no puede negarse que esta “experiencia democrática inédita”, como la calificó con nobleza el diario
opositor de izquierda Libération, dejará en la ciudadanía un positivo sedimento de conocimientos y una nueva experiencia de participación.
Los argentinos, con alguna rara excepción, estamos lejos de esa cultura política y ciudadana. Pero dada la situación, ¿no deberíamos intentar algo parecido?
(*) Escritor y periodista
© Perfil.com
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