El titular de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, inauguró
el año judicial con un discurso fuertemente autocrítico.
Carlos Rosenkrants, titular de la Corte Suprema: "Estamos a tiempo de revertir la crisis de legitimidad del Poder Judicial". (Foto/CIJ) |
Nacionales - El presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz, encabezó el acto de apertura del año
judicial, acompañado por la vicepresidenta del Máximo Tribunal, Elena Highton de Nolasco, y los ministros Juan Carlos Maqueda, Ricardo Lorenzetti y Horacio Rosatti.
Frente a los integrantes de los tribunales superiores de justicia provinciales, camaristas federales y nacionales, jueces de tribunales orales y de primera instancia, decanos de facultades
de derecho y periodistas especializados, Rosenkrantz se refirió al estado actual del Poder Judicial.
En su discurso, el presidente de la Corte habló de la importancia de la legitimidad de los jueces, de la Justicia como servicio, de la importancia del control por parte de la
ciudadanía, de las mejoras incrementales y sostenidas en el Poder Judicial y de la independencia judicial.
Carlos Rosenkrantz admitió que “los argentinos están perdiendo la confianza en el Poder Judicial”, pero afirmó: "Estamos a tiempo de revertir esa
crisis de legitimidad” si se respetan “puntillosamente” las reglas.
“Estamos frente a un desafío porque la legitimidad es esencial”, remarcó Rosenkrantz en el cuarto piso del Palacio de Tribunales, al exponer en la apertura
del año judicial. "Creo que con la capacidad de nuestra gente es posible encontrar una solución”, agregó el magistrado.
“Tenemos que entender que pertenecer al Poder Judicial no es un privilegio. Ser jueces o funcionarios del Poder Judicial no nos confiere derechos sino que, por el contrario, nos
impone deberes y responsabilidades”, dijo. “El Poder Judicial es un poder que en todo estado democrático y republicano se organiza para prestar el servicio de justicia a la comunidad. Estamos para servir
a la ciudadanía con una particular prestación: aplicar el derecho”, dijo ante los más de 200 invitados que se ubicaron el Patio de Honor en el cuarto piso del Palacio de Tribunales.
“Nuestro comportamiento, tanto jurisdiccional como administrativo, debe poder evaluarse públicamente mediante estándares objetivos. No solo debemos permitir que la
ciudadanía y la sociedad civil escudriñen lo que hacemos a voluntad sino que debemos mostrar que lo que hacemos se conforma con reglas claras establecidas de antemano”, agregó.
Rosenkrantz precisó que “las mejoras incrementales, por oposición a las mejoras revolucionarias, tienen mayor potencial para reformar sencillamente porque el consenso
acerca de ellas es más fácil de lograr”. Además, dijo, que “lo único que este tipo de reformas requiere es interpelarnos y pedirnos lo que no podemos sino estar dispuestos a dar, esto
es, y simplemente, trabajar un poco más y mejor cada día”.
Asimismo, el ministro señaló: “Debemos esforzarnos en mostrar que somos puntillosamente respetuosos de las reglas que el pueblo de la nación fijó para
resolver los conflictos que nos toca adjudicar y que respetamos únicamente esas reglas”.
En esa línea, se refirió al Poder Judicial como el altar de las razones jurídicas. “Lo que importa —y lo que debe importar— no es meramente el
resultado de la decisión, esto es, quién gana y quién pierde, si gana el gobierno o la oposición, si gana la izquierda o la derecha, si gana el actor o el demandado. Lo que importa es que el resultado
de un pleito venga determinado por las razones jurídicas que lo justifican”, completó.
Informe: CIJ, agencias y Agensur.info
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