Dirigentes radicales reunidos en Corrientes (Foto/Prensa UCR) |
Las críticas no gustan y mucho menos si provienen de boca de
sus principales socios, esos que lo proveen de un candidato competitivo en cada
rincón del país.
Pero el Gobierno parece resignado a los renovados gestos de
"autonomía" del radicalismo, que ya no son solo propiedad de
"patrullas perdidas", sino del poder orgánico, y que llegan a la
propia conducción que encabeza el gobernador mendocino, Alfredo Cornejo.
La decisión del mandatario de Mendoza y de su par
correntino, Gustavo Valdés, de adelantar sus comicios y separarlos de los
nacionales coincide con la redoblada ofensiva en busca de algo que la Casa
Rosada no está dispuesta a dar: una interna presidencial en la que el
radicalismo presente un candidato propio, que podría ser Martín Lousteau. Es el
límite.
En el Gobierno, claro está, aún siguen molestos por las
insinuaciones de Lousteau y su comentario sobre el "miedo"
oficialista a una interna en plena gira presidencial por la India y Vietnam. De
la boca para afuera, relativizan el pedido, "porque los radicales no son
tontos, van a perder por paliza y no tienen ni plata para financiar una interna
en la que se quedarían sin legisladores", según expresó a LA NACION uno de
los conductores de Pro, que conduce Humberto Schiavoni.
Siguiendo ese razonamiento, en la Casa Rosada creen que las
referencias a unas PASO con dos candidatos presidenciales son "moneda de
cambio para obtener otras cosas", como por ejemplo cargos legislativos y
sobre todo un radical como candidato a vicepresidente. Una idea que el radicalismo
volvió a esbozar ayer en el documento redactado en Corrientes y que tampoco
seduce al tándem Marcos Peña-Jaime Durán Barba, que siempre apostaron por una
mujer (Gabriela Michetti, María Eugenia Vidal) en las grandes citas electorales
de Pro y que hoy disponen (además de Michetti) de otras opciones, como Carolina
Stanley y Patricia Bullrich.
La defensa de la continuidad de Cambiemos que allí hizo
Cornejo dio argumentos a quienes creen que la "racionalidad" se
impondrá a quienes piden más participación, aún con las críticas a los aumentos
de tarifas y los pedidos de apoyo a las pymes que ayer se repitieron.
En ese contexto de mayor confrontación, varios de los
dirigentes radicales más cercanos a Balcarce 50 están en una situación
complicada. Mario Negri, que pidió a sus correligionarios "tener cuidado
con la interna porque el PJ se prepara para volver", deberá competir el
próximo 17 contra el intendente Ramón Mestre sin el apoyo explícito del Comité
Nacional, que se mantiene prescindente. Y el tucumano José Cano, otro de los
que llamaron a varios correligionarios y les pidieron moderación, "porque
nos podemos quedar sin nada en las legislativas nacionales", se transformó
en uno más en el abanico de candidatos de Cambiemos a la gobernación de esa
provincia. José Corral, seleccionado por "consenso" con la venia de
Peña como candidato a gobernador de Santa Fe, viene pidiendo sin éxito que las
disidencias "se traten puertas adentro del partido", una indirecta
que tiene como destinatarios a díscolos como Federico Storani (vicepresidente
del partido) o Ricardo Alfonsín. Las advertencias de Corral también apuntan a
aquellos dirigentes que pretenden, en la próxima reunión de la Convención
Nacional, fijar una posición crítica de la marcha del gobierno.
A nadie sorprendería, a esta altura, que también el jujeño
Gerardo Morales anuncie que irá por su reelección sin "cargar el
lastre" de tener que defender las medidas económicas del Gobierno.
Las recientes críticas de Elisa Carrió a quienes piden unas
PASO con dos candidatos en Cambiemos volvieron a encender el enojo de muchos
radicales que mantienen viejas disputas con la volcánica diputada.
Hay algo en lo que macristas y radicales coinciden: en un
contexto económico más benigno, las críticas y los pedidos de cambios serían
muchísimo más leves.
De todos modos, Peña y el otro gran encargado del armado
nacional, Rogelio Frigerio, motorizaron "gestos" como
"bajar" a candidatos propios en Santa Fe, Chubut o Entre Ríos.
"Salvo en Misiones y en donde gobernamos nosotros o algún aliado,
encabezan en todos lados, no se pueden quejar", puntualizaron cerca del
jefe de Gabinete.
El lunes, el macrismo votará en la reunión de su Consejo
Nacional la limitación de los mandatos de legisladores nacionales a una sola
reelección, además de un protocolo contra la violencia de género y la paridad
de hombres y mujeres en cargos partidarios. Las tres medidas son banderas
"republicanas", en línea con los pedidos de institucionalidad que,
cada tanto, surgen desde el centenario partido.
Pasado el período de duelo por el fallecimiento de su padre,
Franco, el presidente Mauricio Macri volverá a oír hablar de disputas internas.
Cornejo y Schiavoni quedaron en convocar a la mesa nacional
de Cambiemos "para los próximos días", y allí podrían comenzar a
debatirse los puntos en los que, por ahora, no hay acuerdo a la vista.
© La Nación
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