Vincent Doyle, psicoterapeuta, es hijo de un sacerdote y creó el sitio web de apoyo Coping International para otros como él. (Foto/Suzanne Kreiter/Boston Globe) |
Vincent Doyle, psicoterapeuta irlandés, tenía 28 años cuando su madre le
dijo que el sacerdote católico que siempre había pensado que era su padrino en
realidad era su padre biológico.
El descubrimiento lo llevó a crear un grupo de apoyo global para otros
hijos de sacerdotes que, como él, sufren por haber nacido de un escándalo
eclesiástico. Cuando Doyle presionó al obispado para que reconociera a esas
personas, algunos líderes de la Iglesia le dijeron que él solo era resultado de
la menos común de las transgresiones.
Pero un arzobispo finalmente le mostró lo que estaba buscando: un
documento con los lineamientos del Vaticano sobre cómo lidiar con los
sacerdotes que tienen hijos, prueba clara de que Doyle no era el único.
“Dios, esta es la respuesta”,
recordó haber dicho Doyle mientras sostenía el documento. Preguntó si podía
quedarse con una copia, pero el arzobispo le dijo que no: era confidencial.
Ahora, el Vaticano ha confirmado, al parecer por primera vez, que la
congregación encargada del sacerdocio tiene reglas generales para casos en los
que clérigos rompen sus votos de castidad y tienen hijos.
“Puedo confirmar que existen esos lineamientos”, escribió Alessandro
Gisotti, portavoz del Vaticano, en respuesta a una solicitud de The New York Times. “Es un documento
interno”.
El asunto de los padres que son padres se ha vuelto cada vez más difícil
de ignorar.
“Es el próximo gran escándalo”, dijo Doyle. “Hay hijos de sacerdotes por
todas partes”.
El Vaticano se prepara para una reunión sin precedentes de obispos
de todo el mundo, a realizarse del 21 al 24 de febrero, en torno a la
devastadora crisis de abuso sexual infantil. Y muchas personas
que creen que la cultura de secretismo de la Iglesia católica, así como su
aversión al escándalo, las han afectado planean ir a Roma para apoyar su causa.
Habrá víctimas de abuso sexual perpetrado por clérigos; habrá monjas que fueron atacadas sexualmente por
sacerdotes, y también estarán los hijos de los sacerdotes. Doyle estará entre
ellos: tiene programada una reunión privada en Roma con varios prelados
prominentes.
Las historias como la de Doyle atraen atención no deseada por la Iglesia
católica al tema de la violación de los votos de castidad de los sacerdotes.
Para algunos exclérigos y liberales dentro de la Iglesia, plantea el problema
de que ya es tiempo para que el requisito sea opcional, como lo es en otras
Iglesias cristianas.
Los hijos a veces son resultado de aventuras que involucran a sacerdotes
y mujeres devotas o monjas; otros son producto de abusos o violaciones. Hay
algunos casos de alto perfil, muy poco
comunes, pero la mayoría siguen estando fuera de la mirada pública.
La tradición de la castidad en el clero católico se codificó en el siglo
XII, pero los sacerdotes no necesariamente se adherían a esa regla, ni siquiera
en los puestos más altos. Rodrigo Borgia tuvo cuatro hijos con su amante cuando
era sacerdote, antes de convertirse en el papa Alejandro VI, uno de los excesos
que llevó a la reforma protestante de Martín Lutero, quien escribió en tono
burlón que el papa tenía tanto control de su castidad como “del movimiento
natural de sus intestinos”.
No hay cálculos de cuántos hijos de sacerdotes existen. Sin embargo,
Doyle dijo que el sitio web de su grupo de ayuda, Coping
International, tiene 50.000 usuarios en 175 países.
Dijo que el arzobispo Ivan Jurkovič, enviado del Vaticano ante las
Naciones Unidas en Ginebra, le enseñó los lineamientos del Vaticano por primera
vez en octubre de 2017.
Doyle recuerda que el arzobipo Jurkovič le dijo que se les llama “hijos
de los ordenados”. “Me impactó que tuvieran un término para esa situación”,
indicó Doyle.
El arzobispo Jurkovič rechazó una solicitud para ser entrevistado.
Gisotti, el portavoz del Vaticano, dijo que el documento interno de 2017
resumía los procedimientos de toda una década y que su “principio fundamental”
era la “protección de los niños”. Comentó que los lineamientos “piden” que el
padre abandone el sacerdocio para “asumir sus responsabilidades como padre
dedicándose exclusivamente al niño”.
Sin embargo, otro representante del Vaticano dijo que el “pedido” es en
realidad una formalidad. Monseñor Andrea Ripa, subsecretario de la Congregación
para el Clero, que supervisa a más de 400.000 sacerdotes, dijo en una
entrevista breve que “es imposible imponer” la renuncia al sacerdocio y que
solo el sacerdote “puede solicitarla”.
No obstante, agregó que la Iglesia tomaba medidas si el clérigo
involucrado no solicitaba la renuncia al sacerdocio: “Si no la pides, serás
separado del cargo”.
Los obispos irlandeses tienen sus propios lineamientos, que hicieron
públicos en 2017. Doyle, que alguna vez estudió para ser sacerdote y ha buscado
cooperar con los líderes de la Iglesia, desempeñó un papel en el desarrollo de
esas reglas, según Martin Long, portavoz de la Conferencia Episcopal de
Irlanda.
Los principios de la Iglesia católica en Irlanda no exigen
explícitamente que los clérigos renuncien al sacerdocio, pero declaran: “Un
sacerdote, como cualquier nuevo padre, debe enfrentar sus responsabilidades
personales, legales, morales y financieras”.
El papa Francisco ha hecho pocos comentarios respecto al tema. En su
libro Sobre el cielo y la tierra (2010), que coescribió cuando era
arzobispo de Buenos Aires, Francisco argumenta que un sacerdote que viola sus
votos de castidad porque “se ha dejado llevar por la pasión” posiblemente
podría quedarse en el ministerio, pero que no debería pasar lo mismo con
quienes tienen hijos.
“El derecho natural está antes que su derecho como sacerdote”, dice en
el libro. Agrega que la principal responsabilidad del clérigo es con el menor:
“Como consecuencia, debe dejar el ministerio y hacerse cargo del hijo, incluso
en el caso de que decida no casarse con la mujer”.
Los expertos en derecho canónico dicen que la ley eclesiástica no prevé
ninguna obligación para que los clérigos renuncien al sacerdocio después de
haber tenido hijos. “Hay cero cero cero” al respecto, dijo Laura Sgro, abogada
en Roma. “Puesto que no es un crimen canónico, no hay motivo para el cese”.
Doyle, al igual que algunos otros hijos de sacerdotes y de hasta algunos
exsacerdotes, dicen que no creen que el cese del sacerdocio sea lo mejor en
todos los casos para el niño, puesto que eso a veces deja a esa familia sin un
medio de subsistencia.
“No creo que el desempleo sea la respuesta a la paternidad”, dijo Doyle.
Sin embargo, algunos hijos de sacerdotes sí desean la expulsión de sus
padres del ministerio.
El padre Pietro Tosi tenía 54 años cuando violó a la madre de Erik
Zattoni; ella tenía 14, dijo Zattoni. La familia trató de obligar al cura a
reconocer a su hijo, pero él se rehusó. La familia fue expulsada de su casa,
propiedad de la parroquia en una pequeña ciudad afuera de Ferrara, Italia,
donde a menudo se topaban con Tosi.
“Jamás dijo nada”, comentó Zattoni, ahora de 37 años.
En 2010, Zattoni demandó al padre Tosi y exigió que lo reconociera. Una
prueba de ADN ordenada por un tribunal demostró que en efecto era hijo del
sacerdote. Entonces el Vaticano le pidió al obispo a cargo de Tosi que lo
reprendiera y le recordara sus responsabilidades como padre, pero no le exigió
al padre su renuncia al sacerdocio.
En 2013, después de que un programa nacional de noticias sacó su caso a
la luz, cientos de italianos llenaron una plaza en Ferrara para mostrar su
apoyo a Zattoni y presionar al papa Francisco con el fin de que escuchara su
caso.
El padre Tosi murió en 2014, aún siendo sacerdote.
“La justicia que sí obtuve fue gracias a la sentencia emitida por un
tribunal con base en una prueba de ADN”, señaló Zattoni.
Los hijos de los sacerdotes están recurriendo cada vez más a las pruebas
de ADN para comprobar que sus padres son sacerdotes o monjas.
“Es un avance y cualquiera puede hacerlo”, dijo Linda Lawless, de 56
años, genealogista aficionada australiana e hija de un sacerdote. Lawless ha
ayudado a los miembros de Coping International.
Su madre ocultó quién era su padre biológico, pero Lawless dijo que de
niña recuerda cómo su madre se “aterraba totalmente” si es que los sacerdotes
visitaban su casa. En 2018, Lawless utilizó una prueba de ADN y, con ayuda de
las bases de datos y los árboles genealógicos cada vez más exhaustivos del
sitio web Ancestry.com, confirmó que su padre biológico era sacerdote.
“Así fue como se reveló el secreto”, dijo.
© The New York Times
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