Roberto Lavagna |
Nadie puede asegurar hoy si el exministro de Economía Roberto
Lavagna estará o no dispuesto a competir en el proceso rumbo a las elecciones
presidenciales y convertirse en un "tapado".
Pero el simple hecho de
que se lo mencione con tanta insistencia en las últimas horas y de que no pocos
representantes del empresariado vean con buenos ojos su posible participación
electoral da cuenta de una realidad: que hay una vasta porción de la ciudadanía
que no se siente representada por Mauricio Macri, ni por Cristina Kirchner, ni
por ninguno de los principales precandidatos del peronismo no kirchnerista.
La supuesta polarización del electorado entre Macri y
Cristina Kirchner es por ahora una hipótesis de trabajo, que alientan tanto la
Casa Rosada como los principales adláteres de la expresidenta de la Nación. La
suma de la intención de voto entre ambas figuras solo arrastra por el momento
al 60% del electorado o poco más. Quiere esto decir que alrededor del 40% de la
ciudadanía no se ha subido a la teoría de que la única opción electoral está
planteada entre el primer mandatario y su antecesora inmediata.
Este dato también da cuenta de la existencia de espacio para
terceras alternativas. Por una cuestión de peso y de estructura territorial,
sería la llamada Alternativa Federal, que reúne al peronismo no alineado detrás
de Cristina Kirchner, el sector político llamado a ocupar ese lugar de tercera
fuerza capaz de competir por un lugar en una hipotética segunda vuelta
electoral.
La Alternativa Federal tiene a su favor el apoyo de
referentes de 11 provincias, incluidos nueve gobernadores peronistas y los dirigentes
Sergio Massa, de Buenos Aires, y Miguel Pichetto, de Río Negro.
Pero el grupo tiene dos cosas en contra: la primera es que
la posibilidad de concurrir juntos o separados de Cristina Kirchner divide las
opiniones entre sus dirigentes. La segunda es que ninguno de sus precandidatos
presidenciales (Massa, Pichetto yJuan Manuel Urtubey) ostenta una imagen
positiva mayor que su imagen negativa, al tiempo que su intención de voto se
ubica lejos de la que se les asigna a Macri y a la líder del kirchnerismo.
Es en este particular contexto que cobra importancia lo que
pueda hacer Lavagna, una figura moderada con atributos personales que parecen
otorgarle cierta competitividad electoral y que resulta atractiva tanto para
hombres del peronismo como del radicalismo, al tiempo que, recientemente,
recibió el apoyo explícito del gobernador de Santa Fe, el socialistaMiguel
Lifschitz. Este aseguró que Lavagna podría ser candidato si hay apoyo
suficiente.
Una reciente encuesta de D'Alessio IROL y Berensztein ubicó
a Lavagna como la figura política con mayor imagen positiva (52%), por encima
de la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, que lo sigue con el 48%. Ese
mismo relevamiento, efectuado en diciembre entre 1355 encuestados que forman
parte de un panel online, situó al exministro de Economía con el mejor
diferencial entre imagen positiva y negativa. Su balance es de 20 puntos, que
resulta de la resta entre el 52% de imagen favorable y el 32% de percepción
desfavorable.
Algo interesante de Lavagna, según el mismo sondeo, es que
tiene imagen positiva entre el 48% de los votantes de Cambiemos y entre el 58%
de los votantes del kirchnerista Frente para la Victoria en el último
ballottage presidencial de 2015.
Otra encuesta, de la consultora Opinaia, también lo ubica
como el dirigente con mayor imagen positiva (52%), aunque eleva su imagen
negativa al 48%.
Las probabilidades de que Lavagna pueda ser candidato de la
Alternativa Federal habrían aumentado en los últimos días. Anoche, en el
programa Terapia de Noticias, el senador Pichetto lo calificó como "un
gran candidato".
Quienes lo conocen, sin embargo, señalan que difícilmente
Lavagna acepte ser de la partida "si no le ponen la mesa servida".
Esto es, si no hay un amplio consenso en torno de su postulación que le evite
tomar parte en una primaria abierta para definir la candidatura presidencial
definitiva. Hay quienes piensan que su edad (el 24 de marzo cumplirá 77 años)
podría ser un limitante para una eventual postulación y están quienes descreen
que su buena imagen en la opinión pública se traduzca fácilmente en los votos
necesarios para superar a Macri o a Cristina Kirchner.
En las elecciones presidenciales de 2007, que ganó Cristina
Kirchner con algo más del 45% de los votos, Lavagna compitió con una alianza encabezada
por la Unión Cívica Radical y terminó tercero, con el 16,9% de los sufragios,
detrás de Elisa Carrió, que cosechó el 23%.
Independientemente de las chances reales de que Lavagna
compita o no, el dato llamativo es que el redescubrimiento de este veterano
dirigente que fue ministro de Eduardo Duhalde y de Néstor Kirchner es un
síntoma más de la debilidad que exhiben los principales postulantes
presidenciales en vísperas de los comicios de octubre.
© La Nación
0 comments :
Publicar un comentario