lunes, 14 de enero de 2019

Estar en las decisiones y acuerdo con el PJ: los reclamos de la UCR para 2019

Por Giselle Rumeau
El radicalismo confirma su vocación de seguir en Cambiemos pero pide que en un eventual nuevo mandato se discuta la dirección estratégica de la política dentro del máximo nivel de la alianza y no en una mesa chica del PRO.

Quieren además un programa de Gobierno y un pacto de gobernabilidad con el peronismo blando.

Salvo escasas excepciones, las opiniones son coincidentes en el radicalismo a la hora de hablar de su alianza con el PRO. El partido no tenía más remedio en 2015 que cerrar ese acuerdo para sobrevivir, dicen sus principales dirigentes. Sus electores habían cambiado la boina blanca por los globos amarillos y esa sangría también se estaba trasladando a los caciques provinciales que, desesperados ante la posibilidad de perder en sus terruños, comenzaron a cerrar pactos locales con el macrismo. La UCR estaba atrapada en su propio laberinto: tenía la estructura partidaria, es decir la militancia y la caja política que generaban los casi 500 intendentes radicales en todo el país, pero les faltaba un líder natural, un candidato presidencial bien posicionado que pudiera encolumnar a todo un partido con permanente vocación por el internismo.

En términos de apuesta de poder, la decisión fue acertada: mantuvieron a los intendentes, sumaron más legisladores en el Congreso y gobernadores en el mapa nacional. Así las cosas, en 2015 alcanzaba tan solo con una alianza electoral. Pero ahora es distinto, advierten. De cara a octubre, los radicales quieren discutir la arquitectura del Gobierno que viene, para el caso en que el triunfo sea oficialista. Aunque el nuevo reclamo también incluya razones de supervivencia: si Cambiemos no supera la crisis y fracasa, el radicalismo estará perdido. "Ya fracasamos dos veces. No queremos fracasar una tercera sin tener la responsabilidad", le dice a 3Días un conspicuo dirigente que prefiere moverse en silencio.

Los voceros juran y perjuran que no se trata de un problema de repartija de cargos o de poder, sino de funcionamiento. Además de discutir las eventuales candidaturas, la UCR pretende más espacio en la toma de decisiones. Según el razonamiento, el partido le dio la derecha a Macri en su primer gobierno pero las cosas no salieron como se esperaba y el diagnóstico radical -recuerdan- se mostró en lo cierto: los problemas eran más graves de lo que el PRO creía, y ahora se van a necesitar muchas capacidades y habilidades para enfrentarlos.

El planteo estará hoy en la mesa cuando el presidente Mauricio Macri reciba en la residencia del exclusivo barrio Cumelén, en Villa La Angostura -donde pasa sus vacaciones- a los gobernadores radicales Alfredo Cornejo (Mendoza) y Gerardo Morales (Jujuy), máximas representantes de la cúpula partidaria, junto con el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. La posibilidad de unificar los comicios en esos distritos con la elección general, tal como pretende Macri para traccionar votos, también será prenda de negociación; hasta ahora, Mendoza y Jujuy habían avanzado en la posibilidad de desdoblar sus calendarios.

"Cambiemos es hoy una coalición de gobierno. Queremos ser un gobierno de coalición. Que la dirección estratégica de la política se discuta dentro del máximo nivel de la alianza", dice otro de los dirigentes consultados.

El propio Cornejo lo confirma, de manera políticamente correcta, en un reportaje con 3Días (ver página 5). "El crecimiento de Cambiemos deberá implicar necesariamente un crecimiento de la UCR", dice.

Los reclamos radicales tienen básicamente cuatro pilares:

- Elaboración de una plataforma de gobierno y programa de gestión: según Cornejo, el plan debe tener eje en la protección de la clase media y de los pequeños y medianos empresarios, por ser el motor del desarrollo de la economía del país. Lo que pide la UCR es que -de haber un triunfo oficialista- la próxima administración sea el resultado de la implementación de políticas definidas y explicitadas en un programa. Los consultados sostienen que esta discusión de programas es lo que llevaron adelante con éxito otras experiencias como la concertación chilena o el Frente Amplio uruguayo.

- Mayor espacio en la toma de decisiones: los radicales reclaman un mejor y más eficaz funcionamiento de la coalición en términos políticos. Que las decisiones clave sobre el futuro del país no las tome sólo Macri en una mesa chica del PRO o en reuniones bilaterales y aisladas con sus ministros.

- Jerarquizar al Gabinete: creen que con el último cambio de ministros realizados en plena crisis el año pasado se logró lo contrario. Y pretenden que el próximo equipo tenga figuras políticas de peso. "Macri ha evitado generar actores de relevancia internos que le compitan, pero eso termino en un armado ineficiente de ministros descoordinados, que conspiró contra de la eficacia de la gestión, malgastó el dinero, e hizo fracasar al gradualismo, que necesitaba de una fina y experimentada conducción", remarca el mismo dirigente.

- Acuerdo de largo plazo con el peronismo presentable: la idea de gobernabilidad que tiene la UCR necesita de un acuerdo de largo plazo con la oposición leal, para lograr sustentabilidad y credibilidad, teniendo en cuenta que se vienen grandes reformas como la previsional, laboral y federal. Pero antes de hacer ese pacto externo, hay que renovar el pacto interno, insisten.

En definitiva aseguran los consultados- lo que está en juego acá es la vocación de ser una fuerza transformadora de la Argentina o la decisión de perdurar, tal como suele ironizar el economista del PRO, Carlos Melconián.

© 3Días

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