miércoles, 9 de enero de 2019

EL ÁNGEL HA PARTIDO: MURIÓ JACOBO REGEN

A los 84 años, el poeta salteño falleció en la madrugada 
de este miércoles. Fue uno de los grandes referentes 
de la Generación del ’60.

Jacobo Regen
Por Nelson Francisco Muloni

“Quiero un final feliz para esta hazaña”, habría dicho Jacobo Regen de saber que su canción viene perdurando desde mucho antes que emprendiera el vuelo de su ángel. Su hazaña, la de su palabra, tiene su final feliz, entonces, aunque hoy la tragedia de su partida nos enlute la sangre.

Pero esa tragedia, la de su vuelo, sólo ha de expandir el verbo del poeta, más allá de los lindes de la muerte:

¿Por qué –me digo ahora-,
por qué llega el amor cuando la rosa
sus cenizas esparce al firmamento?

Cuando se corporiza en el delirio
lo que vimos pasar como una sombra,
ebrios de nuestra muerte.

Regen fue un hombre extraño en el paisaje de Salta. Puntilloso hacedor de palabras, caminaba de norte a sur y de sur a norte de su ciudad para encontrarse con los amigos y con el verso. Las viejas calles parecían esperar sus andares a sabiendas que el ángel volvería con la saciedad de los poemas.

Corregía con el deleite del orfebre cada creación amiga, y con la rigurosidad de la sabiduría, las pruebas en los diarios. Con ese mismo deleite y esa misma sabiduría, tuvo a su cuidado la edición final de un libro fundamental de las letras salteñas: Poesía de Salta – Generación del ’60, del que fue partícipe junto a Miguel Ángel Pérez, Holver Martpinez Borelli, Walter Adet, Carlos Hugo Aparicio, Luis Andolfi, Teresa Leonardi Herran, Benjamín Toro, Santiago Sylvester, Hugo Roberto Ovalle, Leopoldo Castilla y Juan Ahuerma.

Su voz, a veces grave, a veces de tonos normales, lanzaba tenues ironías que desorientaban a sus interlocutores derivando, luego, en serenas discusiones sobre el intimismo de la poesía, el paisajismo, la obra de César Vallejo (al que admiraba) o el poemario trágico de Miguel Hernández.

Regen eligió su camino. Siempre. Bonachón en las charlas, pero severo ante las claudicaciones estéticas y sin compromiso de “burgueses apoetisados y flautistas de palabras huecas”, como diría Walter Adet.

Como muchos de los de su generación, Jacobo Regen se encerró en el silencio y nunca más volvió por esas calles que, seguramente, hoy le producirían nostalgias. El silencio y sus alas fueron sus compañeros. Y se fue, dejando siempre el brillo de sus versos, un sendero “en los lindes de la tierra/donde sin causa ni razón me pierdo,/donde ya ni conmigo me he quedado”.

Jacobo Regen nació en Salta, el 5 de enero de 1935. Había publicado, entre otros poemarios, Canción del ángel y Umbroso mundo.

Umbroso mundo - Poema de Jacobo Regen

Umboso mundo,
seguiremos siempre
poblando de fantasmas verdaderos
tus países ausentes.
Así, lejos de todo,
crecerá en el olvido un árbol verde
a cuya sombra vamos a dormirnos
hasta que alguna vez el sueño nos despierte.

© Agensur.info

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