Es una medida para evitar
que Nicolás Maduro use fondos provenientes de las ventas de petróleo crudo.
Donald Trump |
Venezuela - En el
golpe más directo y contundente al régimen de Nicolás Maduro, el gobierno de
Donald Trump sancionó a PDVSA, la petrolera estatal de Venezuela, y bloqueó sus
ingresos por las exportaciones de petróleo a Estados Unidos, la medida más drástica
adoptada por Washington para asfixiar al chavismo y forzar una transición
política en la nación caribeña.
El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin,
anunció en la Casa Blanca el bloqueo de todos los activos de la petrolera bajo
jurisdicción norteamericana, una medida que, sin llegar a imponer un embargo a
las importaciones de petróleo de Venezuela, priva al régimen de Maduro de echar
mano de los fondos por los ingresos provenientes de las ventas de crudo a uno
de los principales clientes de la petrolera estatal.
Las sanciones implican el congelamiento de unos US$7000
millones en activos de la petrolera en Estados Unidos y más de 11.000 millones
de dólares en ingresos perdidos por exportaciones durante el próximo año, según
indicó el asesor de Seguridad Nacional de Trump, John Bolton. Cualquier dinero
proveniente de la compra de petróleo a Venezuela quedará congelado en cuentas
bloqueadas hasta que el control de la empresa pase a manos del presidente
encargado, Juan Guaidó.
"Si la gente en Venezuela quiere continuar vendiéndonos
petróleo, mientras el dinero vaya a cuentas bloqueadas continuaremos tomándolo.
De lo contrario, no lo compraremos", explicó Mnuchin.
El embargo de Washington a los fondos de PDVSA congela una
de las principales fuentes de ingresos del régimen de Nicolás Maduro. Mnuchin y
Bolton se preocuparon por dejar en claro que la medida adoptada era contra
Maduro, y no contra el pueblo venezolano, al indicar que las sanciones serán
levantadas de inmediato si hay una "transferencia expedita del
control" de PDVSA a Guaidó, presidente encargado de Venezuela y líder de
la oposición, quien cuenta con el respaldo absoluto del gobierno de Trump,
junto al de varios países europeos y de América Latina, entre ellos, la
Argentina.
"El petróleo de Venezuela pertenece al pueblo
venezolano y el dinero para el petróleo ahora se destinará a través del
gobierno legítimo de Juan Guaidó", tuiteó, apenas se conoció la nueva
medida, el senador republicano Marco Rubio, uno de los principales aliados de
Guaidó en Washington.
Mnuchin, quien acusó a PDVSA de ser un "vehículo de
corrupción", dijo que mantuvo contactos con refinerías de Estados Unidos
antes de anunciar las nuevas sanciones y que esperaba que en el corto plazo
hubiera "impactos muy modestos". El Tesoro trabajó de manera estrecha
con las empresas y con aliados europeos para la implementación de las nuevas
medidas. De hecho, Mnuchin se preocupó incluso por aclarar que el petróleo
venezolano que se encuentra en el mar camino a Estados Unidos seguirá su viaje
hasta llegar a puerto.
Estrategia de Trump
La posibilidad de que Trump ordenara un embargo petrolero a
Venezuela estaba sobre la mesa, pero analistas advertían que esa movida
acarrearía un costo enorme para la sociedad venezolana: empeorar la crisis
humanitaria.
Trump optó por bloquear los fondos de PDVSA, sin llegar a
prohibir las compras de petróleo, una acción que busca sofocar a Maduro y
acelerar una transición política, y evitar el costo político de un
empeoramiento de la crisis.
"Tiene sentido canalizar fondos al presidente interino
de Venezuela, y privar a los jefes criminales de Venezuela del dinero del que
dependen para sobornar a las élites civiles y militares", dijo Benjamin
Gedan, director del Argentina Project del Centro Woodrow Wilson. "Dicho
eso, PDVSA sigue en manos del gobierno y no enviará petróleo a Estados Unidos
para enriquecer a los rivales de Maduro. Mientras tanto, al oprimir a PDVSA,
Estados Unidos corre el riesgo de empeorar la crisis humanitaria", agregó.
Una fuente diplomática indicó que la movida de Trump implica
también un golpe a Rusia y a China, principales aliados internacionales de
Maduro, ya que, con los ingresos de PDVSA, el régimen chavista financiaba el
pago de los préstamos que recibió de Pekín y Moscú. Sin ese dinero, Maduro
enfrentará problemas para afrontar sus deudas. Y las ventas de crudo a China no
están tan aceitadas como las exportaciones a Estados Unidos, y tienen una
logística más complicada.
Bolton apareció en la sala de prensa de la Casa Blanca con un
mapa en el cual los países que respaldaban a Guaidó aparecían en azul y quienes
apoyaban a Maduro figuraban en rojo. Bolton insistió en el mensaje que el
gobierno ha ofrecido en los últimos días: cada nación debe tomar partido. Y
reiteró la amenaza de Trump cuando le preguntaron si existía la posibilidad que
las Fuerzas Armadas se involucraran en Venezuela. "El presidente ha dejado
en claro que todas las opciones están sobre la mesa", reiteró.
Informe: La Nación
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