Excepcionales medidas
de seguridad se desplegarán
durante la toma de posesión del 38° mandatario de
ese país.
Jair Bolsonaro asumirá este martes 1 de enero, como nuevo presidente de Brasil. |
Brasil - Jair
Messias Bolsonaro, de 63 años, tomará posesión como el 38º presidente de Brasil
este martes 1 de enero bajo unas medidas de seguridad que, según los expertos,
nunca antes fueron desplegadas en la historia del gigante latinoamericano.
"Cada presidente, cada circunstancia conduce a una
evaluación de riesgo. Nunca tuvimos a un presidente que durante la campaña
hubiese sufrido un intento de asesinato. Eso nunca ocurrió, y para quien es
responsable de la seguridad implica cautela", comentó recientemente Sérgio
Etchegoyen, ministro de Gabinete de Seguridad Institucional.
Bolsonaro asume el poder cuando todavía lleva una bolsa de
colostomía, que le fue colocada tras el apuñalamiento sufrido el 6 de
septiembre en un acto de campaña callejero, que casi termina con su vida en la
ciudad de Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais (sureste).
Este suceso, que le tuvo tres semanas en el hospital, marcó
toda su campaña electoral, ya que por orden médica no salió más a las calles.
Eso le hizo refugiarse en las redes sociales, donde cuenta con millones de
seguidores. Tras su victoria sobre el izquierdista del Partido de los
Trabajadores, Fernando Haddad, con más del 55% de los votos, Bolsonaro retomó poco
a poco su agenda política.
Medidas de seguridad
El apuñalamiento sigue bien latente y ha condicionado la
planificación de su asunción este martes como presidente. Bolsonaro y su mujer,
Michelle, desfilarán ante un público —que se espera que alcance entre 250.000 y
500.000 personas— desde la emblemática Catedral Metropolitana de Brasilia hasta
el Congreso Nacional, ambos diseñados por el famoso arquitecto Oscar Niemeyer,
desde donde tras asumir el cargo ofrecerá su primer discurso. Un trayecto de
1,5 kilómetros, en el que todavía se desconoce si la pareja viajará en un Rolls
Royce abierto, como marca la tradición, o en un coche blindado.
Detectores de metales, misiles antiaéreos con láser, radares
portátiles para identificar aeronaves y unos 6.000 agentes de seguridad, muchos
vestidos de paisano, han sido algunas de las imponentes medidas tomadas para la
ocasión.
El público también cuenta con una larga lista de cosas que
tendrá que cumplir si quiere acceder a la Explanada de los Ministerios, donde
comenzará la ceremonia. No entrarán vendedores ambulantes y no se podrán llevar
coches de bebé, botellas, bolsas, mochilas, sprays, máscaras, fuegos
artificiales, armas de fuego, objetos cortantes, drones, animales ni paraguas.
En el aire, al menos 20 aeronaves de la Fuerza Aérea
sobrevolarán el cielo de la capital de Brasil. El comandante de Operaciones
Aéreas de la Fuerza Aérea Brasileña, Ricardo César Mangrich, explicó que el
sistema será parecido al que se utilizó en la Copa del Mundo del 2014 y los
JJ.OO. en el 2016. "Va a ser el punto mejor defendido de toda la
historia", sentenció.
Invitados
Precisamente la seguridad ha sido la razón por la que no se
ha desvelado la lista completa de los asistentes. Se sabe que asistirán 12
jefes de Estado. De países latinoamericanos están confirmados el presidente de
Colombia, Iván Duque; de Honduras, Juan Orlando Hernández; de Bolivia, Evo
Morales; de Uruguay, Tabaré Vázquez; de Paraguay, Mario Abdo Benítez; de Perú,
Martín Vizcarra, y de Chile, Sebastián Piñera.
Asistirán también el primer ministro de Hungría, Viktor
Orbán; el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu; el presidente de
Portugal, Marcelo Rebelo de Souza; el presidente de Cabo Verde, Jorge Carlos
Fonseca y el primer ministro de Marruecos, Saadedine Othmani.
El presidente de la Duma Estatal (Cámara Baja del Parlamento
ruso), Viacheslav Volodin, también estará presente en la investidura, mientras
que el mandatario de EE.UU., Donald Trump, envía al secretario de Estado, Mike
Pompeo.
Las medidas de
Bolsonaro
En el último sondeo de Datafolha, un 75% de los ciudadanos
consideró que las decisiones y los anuncios dados a conocer por Bolsonaro hasta
ahora van en la dirección correcta. El nuevo presidente de Brasil estará
acompañado de un equipo de gobierno compuesto por 22 ministros, siete menos que
el anterior.
En el ámbito económico, el exmilitar ha prometido, entre
otras cosas, reformar el pesado sistema de pensiones y privatizar muchas de las
empresas estatales para aliviar la abultada deuda pública, la principal
preocupación para el gigante latinoamericano.
La lucha contra la criminalidad, en un país donde en el 2017
se registraron más de 63.000 muertes, y la corrupción han sido otras de las
banderas de su programa electoral. Bolsonaro pretende reducir la mayoría de
edad penal a 17 años y flexibilizar la posesión y el porte de armas. En materia
de corrupción, se ha mostrado siempre tajante, aunque en las últimas semanas su
familia se ha visto salpicada por un caso de "pagos atípicos" a un
chófer de uno de sus hijos, que podría perjudicarle.
En política exterior, el ascenso del ultraderechista
confirma el giro conservador que ha dado Sudamérica en los últimos años y
promete ser un revulsivo en el tablero regional. Bolsonaro ha dejado muy claro
su rechazo hacía países como Venezuela y Cuba, mientras no ha dudado en mostrar
su gran admiración por EE.UU. e Israel.
Su posición en materia de medio ambiente y los cambios de
postura sobre la permanencia de Brasil en los Acuerdos de París han desatado
gran polémica. Por el momento, Ricardo Salles, anunciado por Bolsonaro como
ministro de Medio Ambiente, fue sentenciado por fraude procesal en el manejo de
protección ambiental. Asimismo, el anuncio de Bolsonaro de retirar a Brasil del
Pacto global de Migración de la Organización de las Naciones Unidas, unido a
sus intereses con el sector del agronegocio y de la minería, ha caído como un
jarro de agua fría entre los ambientalistas que ven más que nunca amenazado el
futuro de la Amazonía.
Michel Temer
El excapitán sustituye en el cargo a Michel Temer, de 78
años. En su mensaje de Navidad, Temer dijo que le hubiese gustado "dejar
un Brasil aún mejor", pero también afirmó que se despedía "con la
conciencia de haber cumplido".
Temer asumió el cargo de forma interina el 12 de mayo de
2016, cuando la entonces presidenta Dilma Rousseff fue cesada por un proceso de
'impeachment'. La popularidad del presidente cayó en picado cuando en mayo del
2017 se filtró una grabación donde presuntamente confirmaba haber recibido un
pago de una empresa cárnica.
Durante el tiempo que ha estado al frente del Ejecutivo,
Temer fue denunciado tres veces por organización criminal, lavado de dinero,
corrupción y obstrucción a la Justicia.
La última vez fue este mes de diciembre, cuando la Fiscalía
presentó ante el Supremo Tribunal Federal una denuncia contra él por
supuestamente flexibilizar las normas de administración de los puertos para
beneficiar a algunas empresas.
Temer se despide del cargo con un 62% de los brasileños que
opina que su gestión fue pésima, según la encuesta de Datafolha.
Informe: RT,
Agensur.info y agencias
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