Por Fernando Laborda
A diez meses de una elección presidencial, los pronósticos son
gratuitos y las ilusiones pueden ser infinitas. Sobre todo en la Argentina, donde
en ese lapso pueden producirse tantos cambios políticos y económicos como los
que en un país normal podrían tardar años enteros en registrarse.
Voceros del
Gobierno se han jactado en los últimos días de que Mauricio Macri podría ganar
en primera vuelta en 2019, al tiempo que dirigentes del peronismo no
kirchnerista enrolados en la llamada Alternativa Federal sugieren que nadie
debería extrañarse de que al ballottage arriben finalmente dos candidatos
opositores, que posterguen al tercer lugar al actual presidente de la Nación.
Ni uno ni otro pronóstico electoral son hoy avalados por las
fotos que las encuestas de opinión pública nos muestran del escenario actual.
Pero el hecho de que la polarización presente sea protagonizada por dos figuras
como Macri y Cristina Kirchner que, paradójicamente, exhiben altos niveles de
imagen negativa, también aumenta la incertidumbre y permite plantear diversas
hipótesis.
El denominado peronismo federal dio esta semana un nuevo
paso hacia el armado de una alternativa electoral diferente a la que encarna el
kirchnerismo, pero sin cortar todos los lazos con la expresidenta. En el grupo
formado ahora por diez gobernadores provinciales y los dirigentes Sergio Massa y
Miguel Pichetto se mantienen las diferencias frente al dilema de qué hacer con
Cristina Kirchner.
Se advierte dentro del grupo una posición mayoritariamente
reacia a confluir con Cristina, que lideran los gobernadores de Salta, Juan
Manuel Urtubey, y de Córdoba, Juan Schiaretti, y que se diferencia de la de
otros mandatarios, como el tucumano Juan Manzur, quien cree que la expresidenta
no debería quedar afuera.
Las dudas subyacen sobre la posición del sector encabezado
por Massa. Dirigentes del massismo no han desechado la posibilidad de un
acuerdo para unir al peronismo en una misma elección primaria abierta siempre y
cuando Cristina Kirchner renuncie a ser postulante presidencial.
Ayer, Massa emitió una declaración que admite más de una
interpretación. "Junto a gobernadores, intendentes, legisladores y
dirigentes tenemos que construir una oposición amplia e inteligente, que le
gane al Gobierno y construya uno nuevo", afirmó, para luego decir que
"con alternancia y un cambio profundo hay alternativa".
De esas frases, puede concluirse que el dirigente de Tigre
advierte que la división opositora es funcional a la reelección de Macri y que
solo una oposición "amplia e inteligente" podría vencer a la
coalición Cambiemos. ¿Está acaso indicando que habría que sumar al kirchnerismo
para tener garantizada la victoria?
Pero Massa también expresó que "el desafío no es
construir una candidatura para que pierda con Macri en segunda vuelta, sino
construir al próximo presidente, ganar y cambiar de gobierno". Claramente,
está diciendo que Cristina Kirchner, a quien las encuestas no favorecen frente
a un escenario de ballottage, no podría ganarle a Macri, por lo que se debe
pensar en otras variantes.
Mientras el massismo dirime sus propias dudas respecto de
qué hacer con la expresidenta, otros dirigentes del peronismo federal que se
hicieron presentes anteayer en la Casa de Córdoba en Buenos Aires, se ilusionan
y ofrecen una óptica diferente. Consultado acerca de si la división del
peronismo entre el kirchnerismo y la Alternativa Federal de cara a las urnas no
implicaría hacerle el caldo gordo a Macri, el dirigente José "Pepe"
Scioli, distanciado políticamente de su hermano, el exgobernador Daniel Scioli,
contestó: "Eso dicen. Pero nadie sabe qué puede pasar de aquí a casi un
año con un gobierno en caída libre. A ver si todavía termina habiendo una
segunda vuelta entre dos candidatos peronistas, como en 2003, con Néstor
Kirchner y Carlos Menem".
Lo cierto es que si algo tienen claro hoy los operadores
políticos de la Casa Rosada es que el mejor escenario para favorecer la
reelección de Macri pasa por un peronismo dividido, con Cristina Kirchner adelante
en las encuestas, y la posibilidad de una segunda vuelta entre el actual
presidente y su antecesora.
¿Podrán hacer los líderes de la Alternativa Federal algo más
que juntarse y buscar ampliar su espacio para evitar la dispersión del
peronismo? Por ahora, no se avizora mucho. Como explicó un dirigente de este
sector, "todos la conocemos a Cristina y ella va a hacer lo que tenga
ganas de hacer", al tiempo que nadie podrá evitar que sea candidata
presidencial para garantizarle al kirchnerismo un buen número de bancas
legislativas, aun cuando no tenga chances de volver a la Casa Rosada. Según
esos cálculos, el peronismo federal debería dejar de pensar en la expresidenta
y avanzar hacia una primaria entre Massa y Urtubey, con la posibilidad de que
Pichetto acompañe a uno de los dos en una fórmula.
© La Nación
Cuando en un pais hay polarizacion ganan en realidad las dos fuerzas.
ResponderEliminarAunque no haya existido un acuerdo entre ambos bloques mayoritarios, ambos ganan aunque uno pierda la presidencia.
La gente vota por el que cree menos malo y este gana la presidencia, pero el mas malo tambien gana porque obtiene un gran numero de legisladores, gobernadores e intendentes.
Asi, que la situacion nunca cambia.
El populismo es malo porque da subsidios y no crea fuentes de trabajo que propulsa el desarrollo o lo hace solo donde hay mayoria de votantes dejando el interior desprotegido, pobre y a merced del ingreso de narcos o immigrantes no autorizados.
El neoliberalismo es reflejo en el espejo de su opuesto el marxismo. Cuando una persona esta frente al espejo y levanta la mano izquierda, el espejo refleja la mano derecha.
El neoliberalismo como el marxismo propulsa un monopolio empresarial, solo que no es estatal como en el marxismo es privado (transnacionales)
En ambos casos, el empresariado comun privado nacional y local, se destruye y se destruye el estado nacional
Hay que regresar al tiempo en que los mandatarios eran estadistas, tenian un plan de desarrollo pais, ni daban subsidios ni se sentaban a esperar a los magicos inversores extranjeros, que en estos tiempos de robots no necesitan invertir en paises en via de desarrollo en busca de mano de obra barata.
Hay que votar con el corazon, hay que hacer crecer a partidos chicos.