Por Giselle Rumeau |
La certeza es cosa del pasado, cuando existía una férrea
identificación ideológica con un partido político. Es por eso que lejos de
predecir un resultado con precisión, las encuestas de opinión suelen servir
para establecer tendencias sociales, políticas y económicas, modificar
estrategias y proyectar así distintos escenarios de cara a la elección.
Cuando faltan once meses para los comicios presidenciales,
la mayoría de esos trabajos auguran una definición en segunda vuelta, con una
paridad cerrada entre el presidente Mauricio Macri y Cristina Kirchner.
"Hay un empate técnico. En el último registro de octubre, en pleno impacto
de la recesión, tenemos un escenario de ballottage con cinco puntos de
diferencia a favor de Macri, pero ese resultado está al borde del margen de
error de la muestra. La situación está muy pareja", explica Lucas Romero,
director de Synopsis, una de las consultoras que mejor pronosticó la elección
legislativa de 2017.
Por el momento, son pocas las dudas despejadas. Como en una
suerte de encadenamiento interminable, quienes pretenden calzarse el traje de
candidatos esperan atentos los movimientos de sus contrincantes para correr sus
piezas en el tablero político. Lo único cierto hoy es que a ninguno le alcanza
para ganar en primera vuelta. El ballottage parece ser un destino inexorable.
Se sabe también que el Presidente peleará por su reelección,
pese a la brutal caída de imagen que sufrió su gestión y su figura (que ahora
parece repuntar por un "efecto G20") desde el inicio de la crisis en
abril pasado. Es por eso que los dos interrogantes cruciales vienen por el lado
opositor, esto es, qué nivel de unidad tendrá el peronismo y si Cristina será
finalmente candidata. El escenario electoral se configurará fundamentalmente
con estas dos decisiones, dice Romero.
"Una campaña electoral en algún punto es una batalla
para asignarle significado. En las legislativas de 2013, Sergio Massa logró
instalar que en esa elección se estaba disputando si Cristina iba o no a ser
electa en 2015. Y esa batalla la ganó el tigrense", explica el analista. Y
agrega: "El significado que tendrá el comicio del año que viene dependerá
de las candidaturas. Sin Macri, la compulsa tendrá un significado; si la
elección es entre el Presidente y un peronista alternativo, y no Cristina,
tendrá otro". Pues bien, ¿cuáles serían los escenarios electorales más
favorables para cada uno de ellos? Veamos algunas alternativas.
Escenario electoral
ideal para Mauricio Macri
Por esas retorcidas vueltas de la realidad, la candidatura
de Cristina tendría un doble efecto para el Gobierno. Podría ser la peor
noticia si se piensa en la economía y la futura gestión, porque la
incertidumbre que genera el final abierto y un eventual retorno del populismo
podría retrasar aún más las inversiones. Pero en términos electorales, su
postulación sigue siendo conveniente. El Gobierno necesita que la ex mandataria
esté ahí enfrente, para diferenciarse, mantener vivo al fantasma del populismo
y disimular los errores propios frente a los ajenos, que siempre son más
groseros. Lo que ellos llaman el "cambio cultural" por sobre la
corrupción y la vieja política es lo más fuerte que tendrá Macri para mostrar
el año que viene, en medio de una recesión monstruosa. Eso, y un repunte mínimo
de la economía, más rebote que crecimiento genuino, que -arriesgan algunos
economistas- llegará entre abril y mayo, en gran medida de la mano del campo y
una cosecha récord de 140 millones de toneladas.
En la Casa Rosada ya se entusiasman con una desaceleración
de la inflación que en noviembre dicen- podría ser menor al 3%. Si la economía
sigue estable, ganará la política y no el bolsillo, insisten.
"Cuanto mayor es la probabilidad de que Cristina sea la
candidata, mayores son las chances del Gobierno. Mientras el kirchnerismo sea
la principal alternativa, el electorado de Cambiemos -que tiene una profunda
composición anti K- se queda donde estaba a pesar de su disgusto con la
economía", remarca Romero.
El politólogo y profesor de la UBA, Luis Tonelli, coincide y
menciona la división del peronismo como el otro ingrediente ideal para el
oficialismo. "Macri ya está jugado a la grieta. Pero a la grieta entre CFK
y el Peronismo Federal y el Frente Renovador. Depende de que, al menos quienes
lo votaron, sigan pensando que si hubiera ganado el kirchnerismo, se estaría
peor", remarca.
Julio Burdman, director de Observatorio Electoral, también
cree que Cristina sería la mejor contrincante para Macri porque existe una muy
fuerte correlación entre anti kirchnerismo y el voto por Cambiemos. "Esto
fue así desde el comienzo y no se ha modificado. Pero cuidado, si el Gobierno
centra demasiado sus expectativas en la polarización con Cristina, puede sufrir
una fuerte sorpresa, incluso hasta descolocación, en el caso no imposible de
que Cristina no se presente como candidata", advierte.
Escenario electoral
ideal para CFK
La ex Presidenta parece tener hoy la llave para definir cuál
será el significado de la elección del año próximo. Ella es hoy el principal
obstáculo para la unidad del peronismo, pero también es la única que tiene los
votos en ese amplio espacio. Así las cosas, ¿será candidata?
"Nadie se baja en política en aras de la unidad si
puede ganar. Pudo haber hecho a (Daniel) Scioli presidente y le puso todos los
palos en la rueda que pudo", recuerda Tonelli.
Romero asegura que hay varios argumentos para pensar que
Cristina se lanzará a la competencia. "Primero, no hay mejor escenario que
una elección como defensa judicial ante las causas por corrupción porque le
permite poner los votos sobre la mesa. Además, si ella es candidata seguirá
teniendo la centralidad de su espacio, es decir, la conducción. Ella será la
que elija a los candidatos para el Congreso. Aún si pierde, tendrá recursos
para consolidar sus bloques legislativos y seguiría siendo la jefa de la
oposición", destaca.
En esa línea, Tonelli remarca que el mejor escenario para
CFK es una debacle del Gobierno pero sin llegar a ser una crisis institucional.
"Ella prefiere que Macri gane la reelección, antes que un peronista la
jubile", dice con su habitual ironía.
La explicación es simple: lo que pondría en riesgo la
supervivencia del kirchnerismo es que en la elección presidencial se impusiera
un peronista que la fagocite internamente. El peronismo suele deglutir a sus
líderes vivos. Que lo digan sino Carlos Menem o Eduardo Duhalde.
Pero lo cierto es que a esta altura de los acontecimientos
al peronismo no le da el piné para deglutir a Cristina. En esa línea, Burdman
cree que el mejor escenario electoral para la ex Presidenta es un peronismo que
termine de aceptarla. "No diría necesariamente una unificación, pero sí
una coordinación, un escenario en el cual el peronismo anti K mengüe en su
tamaño y no se interponga en su objetivo de organizar a la oposición",
remarca.
Escenario ideal para
el Peronismo alternativo
El espacio liderado por Sergio Massa, el gobernador de Salta
Juan Manuel Urtubey, su par de Córdoba Juan Schiaretti y Miguel Angel Pichetto,
tiene por delante el desafío de encontrar a un candidato competitivo que le
permita convertirse en alternativa del Gobierno sin volver al pasado. La
empresa parece cada vez más difícil.
"El escenario de un peronismo anti K que se saca de
encima a Cristina ya dejé de verlo. Este año quedó a la vista las enormes
dificultades que tiene para presentarse como una opción. Y esto se debe a que
no logró instalar a ningún candidato ni proponer algo innovador al
electorado", afirma Burdman. Y agrega: "Cristina sigue fuerte y hoy
está claro para todos en el peronismo que ella es clave", explica.
Según el politólogo, si se proyecta en las encuestas un
escenario electoral sin Cristina Kirchner, el candidato más votado del
peronismo es aquel que más se le parece. "Ese 30% de los votos que hoy
aglutina no se transfiere ni a Massa, ni a Urtubey, ni a (José) Manzur. Va a un
candidato asociado a la ex Presidenta. Su electorado no solo está identificado
con ella como candidata sino también con el kirchnerismo como partido o
corriente política. Por lo tanto, si se sacan de encima a Cristina, el
candidato que vaya en su lugar, sea Agustina Rossi o Axel Kicillof, pasa a ser
el candidato más votado de la oposición", asegura Burdman. Frente a ese
escenario, el analista cree que CFK hasta podría darse el lujo de no ser
candidata: "Se impone cada vez más la idea de que el postulante del
peronismo que quiera ser competitivo va a tener que negociar sí o sí con
Cristina o, por lo menos, convivir con esta realidad".
Lucas Romero cree que la única forma de que el peronismo
alternativo pueda imponerse a la actual senadora sería ganándole en las urnas.
Algo, por ahora, difícil.
"En las elecciones legislativas del año pasado,
Cristina perdió ante Cambiemos pero no ante el PJ, porque Florencio Randazzo
sacó el 10% de los votos. Ella sacó más votos. Creo que la renovación del
peronismo irremediablemente se va a tener que dar en las urnas. Incluso si la
ex presidenta es candidata y pierde contra Macri, tendrá argumentos para seguir
siendo la líder de la oposición y liderar su espacio", explica el director
de Synopsis.
Tonelli, por su parte, vuelve a recurrir a la ironía:
"Al peronismo alternativo le conviene obviamente la debacle conjunta de
Gobierno y CFK. Pero mientras haya grieta, le irá mal: o Macri le enchufa un
Metrobús a la ancha avenida del medio o CFK, un micro escolar naranja,
alquilado para la ocasión".
© 3Días
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