Con el apoyo de un
sector del peronismo y partidos provinciales, el Senado aprobó la norma por 45
votos a favor, 24 en contra y una abstención.
Nacionales - El
interbloque Cambiemos logró superar la parada más importante del año
legislativo que termina. Con apoyo de una porción del peronismo de Miguel
Pichetto y de partidos provinciales, el oficialismo consiguió sancionar en el
Senado el Presupuesto 2019, que recibió 45 votos afirmativos, 24 negativos y
una abstención.
El proyecto, que es el tercero de la gestión de Mauricio
Macri, fue aprobado al cabo de un debate de alrededor de doce horas, donde
quedó al desnudo la división en el interbloque Argentina Federal. Nueve
senadores de ese espacio votaron en contra, con el formoseño José Mayans a la
cabeza, mientras que otros doce lo hicieron a favor y uno se abstuvo: el
correntino Carlos “Camau” Espínola.
Acompañaron a Cambiemos los integrantes del Movimiento
Popular Neuquino (MPN) Guillermo Pereyra y Lucila Crexell; los misioneros
Maurice Closs y Magdalena Solari Quintana; y Ada Itúrrez de Capellini y Blanca
Porcel de Riccobelli, del Frente Cívico Santiagueño referenciado en el
gobernador Gerardo Zamora. Los otros senadores que se inclinaron por el “sí”
fueron los salteños Juan Carlos Romero y Cristina Fiore, y el santafesino
Carlos Reutemann.
Por el contrario, fueron por el rechazo el Frente para la
Victoria-PJ de Cristina Kirchner; los puntanos Adolfo Rodríguez Saá y Eugenia
Catalfamo; el porteño Fernando “Pino” Solanas; y la rionegrina Magdalena
Odarda.
Hubo solo dos ausencias y una de ellas fue la del radical
Eduardo Costa, quien en las horas previas a la sesión se había rebelado
sorpresivamente contra el Presupuesto, reclamando obras para Santa Cruz. El
otro que no participó de la votación fue el santiagueño Gerardo Montenegro.
La sanción del Presupuesto le permitirá al Gobierno dar una
doble señal: por un lado, al Fondo Monetario Internacional (FMI), en virtud del
polémico acuerdo firmado este año; y por otro, a los países que integran el G20
en la previa de la cumbre que tendrá lugar entre el 30 y el 1 de diciembre en
Capital Federal.
Entre sus principales variables, la “ley de leyes” prevé
para 2019 una inflación interanual del 23% al mes de diciembre; un dólar promedio
a 40,10 pesos; y una caída del 0,5% del PBI. Además, el 77% del gasto primario
se destinará a servicios sociales, y se estima una caída del consumo privado
del 1,6%.
Al cierre del debate, cerca de las 2 de la madrugada del
jueves, Cristina Kirchner sostuvo que “no se sale de la recesión ajustando el
gasto público” y alertó: “Lo que vamos a hacer con este Presupuesto es
profundizar el sufrimiento de la sociedad argentina, y además va a ser un
sacrificio inútil. Todos sabemos que la recesión se va a profundizar”.
Por su parte, Pichetto reiteró que “no votar el Presupuesto
no cambia el rumbo económico” y que es necesario aprobarlo para evitar
discrecionalidad en la ejecución de fondos. Pero además, se refirió a las
movilizaciones contra la ley: “Tenemos autonomía de lo que pasa en la calle.
Nunca la votación de un Presupuesto fue un hecho insurreccional. Son
estimaciones, que se pueden cumplir o no”.
En tanto, el jefe del interbloque Cambiemos, Luis Naidenoff,
explicó: “Tenemos un Presupuesto de emergencia producto de factores externos
-la crisis internacional-, e internos -la sequía-; pero también el factor
económico de la causa de los cuadernos, que ha paralizado las obras públicas”.
El radical también defendió el acuerdo con el FMI, al
señalar que “la historia de la Argentina” con este organismo de crédito “no es
nueva”, ya que “se suscribieron 26 acuerdos con ese organismo durante gobiernos
radicales, justicialistas, militares y desarrollistas”. “No es bueno ni malo,
se recurrió cuando hubo situaciones de crisis”, sintetizó.
La apertura del debate estuvo en manos del presidente de la
Comisión de Presupuesto, Esteban Bullrich (Pro), quien casi como un dogma
precisó: “Es falso que consumir es mejor que ahorrar, es falso que ordenar el
Estado es ajustar oportunidades y es falso que los recursos del Estado son
infinitos”.
El macrista sostuvo que la inflación “no es gratis” y que
está vinculada a “un pasado que los argentinos no quieren volver”. “El déficit
es el desahorro. Esto no es una herencia recibida, no es culpa de un gobierno o
de un partido. Esto viene de más atrás y la única forma de dejarlo atrás es si
lo hacemos juntos”, dijo Bullrich.
Por su parte, el jefe del bloque del Frente para la
Victoria-PJ, Marcelo Fuentes, sentenció que “el gobierno de Cambiemos solo
ofrece a los argentinos más ajuste, precarización, endeudamiento y recesión”.
Sentado a la derecha de la expresidenta Cristina Kirchner,
Fuentes denunció que “es cínico presentar como una virtud los programas de
emergencia que crean para paliar la crisis que ellos generaron”.
El neuquino remarcó que “es la primera vez en la historia
argentina donde un Presupuesto viene a declarar que el país va a involucionar,
y lo presentan como una virtud”, cuando “normalmente un gobierno, ante un
panorama como el que describen, busca medidas para evitar esa debacle”.
Por su parte, Mayans denunció que el Gobierno “ha hecho un
endeudamiento brutal” que de acuerdo a este Presupuesto será de “casi 400 mil
millones de dólares”. Además, indicó que “este gobierno ha tenido una de las
inflaciones más altas de la historia argentina” y pronosticó que “este año va a
ser de casi el 50%”.
Desde el bloque del Frente para la Victoria hubo discursos
tan duros como el de Mayans. El jefe de esa bancada, Marcelo Fuentes, alertó
que “el gobierno de Cambiemos solo ofrece a los argentinos más ajuste,
precarización, endeudamiento y recesión”.
“Es cínico presentar como una virtud los programas de
emergencia que crean para paliar la crisis que ellos generaron”, subrayó el
neuquino, que abrió la lluvia de críticas que siguió después con Ana Almirón,
Silvina García Larraburu, Anabel Fernández Sagasti, Nancy González, María de
los Ángeles Sacnun, María Inés Pilatti Vergara, Ana María Ianni y la propia
Cristina Kirchner.
Por el MPN, Crexell anticipó su voto a favor “desde la
convicción de la importancia de dar señales que acompañen la gobernabilidad”.
“A pesar de nuestras observaciones, entendemos que debemos dar signos de
madurez política”, dijo la neuquina, alineada esta vez con su par Pereyra.
En cambio, la puntana Catalfamo advirtió que este
Presupuesto “de argentino y popular no tiene absolutamente nada”, y lo
consideró “desfasado de la realidad que viven los argentinos todos los días”,
al poner como ejemplo que se proyecta un dólar a 40 pesos, valor superado por las
bandas cambiarias.
En nombre del radicalismo, Ángel Rozas reconoció que “no es
el Presupuesto ideal, pero que es el Presupuesto posible, al que llegamos
después de un entendimiento con un grupo importante de gobernadores y de
opositores”.
Informe:
Parlamentario.com
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