Por Ignacio Fidanza |
El viento helado de una recesión que empieza a tomar cuerpo,
obliga a Macri a reinventar su oferta política. Como un artista de circo que en
el medio del salto mortal, recibe la desafortunada noticia que deberá cambiar
su trayectoria. Ya no será el desarrollismo, la obra pública, el boom de
inversiones y la mejora del empleo y el poder adquisitivo, de una Argentina
pujante que deslumbra al mundo.
Luego de meses de vivir en la trinchera, Macri empieza a
acariciar la normalización financiera. El nuevo acuerdo con el FMI se anunciará
la semana próxima, es lo que afirman en el Gobierno, como se anticipó. Seguro
contendrá anticipos de desembolsos y acaso el anuncio de un auxilio extra. Es
más deuda externa, que implica una restricción de los márgenes de maniobra.
Monitoreo intensivo de un programa económico que se tercerizó en el FMI y que
en su última calibración impuso el déficit cero.
Pero el gobierno pasa del pánico de contar las horas a
pensar en días y acaso semanas. Vuelve a pensar. La primera reacción es contar
las bajas, reagrupar lo que quedó y esta vez sí, tratar de anticipar lo que
viene, con la convicción que se acabaron las vidas extra.
Macri necesita una reducción del campo de batalla: atrás
quedó el sueño desarrollista de una Argentina pujante. El relato de la
normalización macro es difícil de vender con una inflación por arriba del 40
por ciento, queda entonces el énfasis en la lucha contra la corrupción.
La diferencia de énfasis es obvia. La estabilización
financiera es precaria y está muy lejos de traducirse en una normalización
macro. Imposible vender de manera consistente esa utopía con una inflación por
arriba del 40 por ciento.
La tensión interna que este paisaje social y económico
produce es obvia. El Gobierno necesita recrear un relato posible, no sólo para
abortar los tanteos de un reemplazo del candidato, que aparece menguado en las
encuestas, sino incluso del liderazgo político de Cambiemos. La definición de
su programa, alianzas y equipo de conducción. Todo está bajo fuego amigo,
porque los políticos tienen la saludable costumbre de priorizar la
supervivencia. Más claro: Vidal y Larreta no llegaron hasta acá para pagar los
pecados de otro. El sacrificio es una película rusa, que acaso nunca les
interesó.
Así, mientras Macri intenta recrear un orden posible, un
repiqueteo apenas perceptible entra en cuadro. Son los crujidos de la
maquinaria del ajuste, filtrando la economía real. No es un proceso delicado
como la creación del café, en todo caso se parece más a tirar un puñado de
tornillos en una máquina de picar carne.
Los tambores suaves que se escuchan a los lejos, pueden ser
un estruendo insoportable cuando lleguen a nuestra puerta. Se llama conflicto
social y se profundiza cuando cae la actividad económica, el poder adquisitivo,
el empleo, y suben los precios y la pobreza. Todo eso está pasando, pero es
como el avance de un buque arenero entrando al puerto. Lento, casi
imperceptible, pero inexorable.
¿Cuándo pegará la vuelta la economía real? No lo sabemos. El
Gobierno estima que empezará a ocurrir luego del primer trimestre del año
próximo. Entonces veremos un descenso de la inflación y una incipiente
recuperación económica, que para las elecciones de Octubre ya debería ser un
proceso vigoroso. En la precisión de ese pronóstico Macri se juega su segundo
mandato. Pero lo más importante no es eso, lo crítico es encontrar un pasamano
que le permita transitar los meses que vienen.
El dato más sorprendente de esta crisis es la paciencia de
la sociedad, que aceptó resignada una devaluación del 50 por ciento. Una
enormidad que hasta ahora se absorbió con templanza de Buda. ¿Qué explica esa
singularidad? ¿Es el temor a un regreso del kirchnerismo? ¿La idea que
Argentina está ante una de sus últimas oportunidades de normalización? ¿Una
anhelo de modernidad que resiste su frustración? No lo sabemos. Pero acaso el
Gobierno podría empezar a explorar la construcción de un camino de salida,
honrando el regalo de esa paciencia inesperada, con una humildad que hasta aquí
no abundó.
© LPO
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