Por Isabel Coixet |
Salió al campo con un cuchillo de cocina y una bolsa
de plástico, a ver si encontraba alguna planta fresca. Una hora después, Martha
Al Bishara se encontró rodeada de policías gritándole que soltara el cuchillo
de cocina. Como no les entendía, dado que no había conseguido aprender
inglés, los policías emplearon una pistola táser que la tumbó en el suelo
durante media hora, causándole una fuerte conmoción cerebral. Cuando se
despertó, estaba esposada en un coche de policía, camino de la comisaría para
prestar declaración.
El suceso ocurrió hace unos días en el estado americano
de Georgia. Al parecer, los responsables de un club de campo vecino alertaron a
la policía de la presencia de una anciana con un pañuelo en la cabeza de aire
pacífico, que parecía perdida en el campo. Los polícias se alarmaron al ver que
la mujer iba ‘armada’ y que hablaba un idioma ‘arábico’. Esta desproporción
entre la reacción policial y el objeto de sus desvelos no es nuevo en Estados
Unidos, pero en este caso, cuando uno ve las imágenes de la anciana, que parece
escapada de una fotografía de Cristina García Rodero, lo absurdo de la
situación es todavía mayor. La familia de la mujer ha declarado que no pueden
entender cómo cuatro policías no fueron capaces de reducir a la inofensiva
mujer sin emplear la violencia.
En ese mismo estado, un chico negro que estaba
pasando unos días en casa de un tío suyo que se encontraba de vacaciones, entró
en la casa y no se acordó de desconectar la alarma. Cuando esta empezó a sonar,
entró en pánico porque, siendo consciente de su color, estaba seguro de que la
policía entraría en la casa y le dispararía. Así que lo primero que hizo fue
llamar a la policía para decirles quién era y que estaba legalmente en casa de
un familiar, dándoles toda clase de detalles. Y a pesar de eso, la policía
entró en tromba en la casa, lo tumbaron, lo esposaron y lo detuvieron. Pasó la
noche en la comisaría, pero salió contento a la mañana siguiente. Contento de
estar vivo.
Martha Al Bishara anda recuperándose de las
lesiones infligidas por la policía, a la espera del juicio que se celebrará
próximamente. Juicio en el que se la acusará de ser un desastre para los
idiomas, de andar cortando hierbas por el campo y de querer preparar una
ensalada que es excelente para la digestión. Se la recomiendo.
© XLSemanal
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