sábado, 15 de septiembre de 2018

Cuatro cosas

Por Manuel Vicent
La opinión pública de este país se ha convertido en un tribunal de barra de bar en el que hasta el más idiota se siente juez con derecho a emitir condenas inapelables seguidas del consiguiente rebuzno en las redes sociales. Por su parte, los políticos compiten en demostrar cuál de todos es el más incompetente e irresponsable, unos con altanería falangista, otros perdidos en la niebla.

El ciudadano corriente vive en medio de este albañal asfixiante con la sensación de que el capitán del barco ha gritado: “¡Sálvese quien pueda!”, pero la gente en su huida no encuentra el bote salvavidas ni ninguna otra forma de llegar a tierra aunque sea a nado. No se trata de ser apocalíptico. Si este fuera tu caso debes saber que hay salvación.

Leo en el Breviario de saberes inútiles,de Simon Leys. “Un joven discípulo pregunta al maestro. ‘¿Qué es el Buda?’ El maestro responde: ‘El Buda es una col de dos libras del mercado de hortalizas de Chaozhou”. La respuesta significa que si eres capaz de captar un fragmento de la realidad, por muy humilde que sea, conseguirás llegar a lo más profundo de la verdad.

A esa realidad de atuvo Robinson Crusoe para poder sobrevivir al naufragio de su barco. “Dos armas de fuego, un hacha, tres sables, una sierra y tres quesos holandeses”. De modo que si un día te sientes náufrago en una isla plagada de caníbales deberías saber que basta con cuatro cosas para salvarte. Concentra toda la realidad en esa col de dos libras de cualquier mercadillo de frutas y hortalizas de tu barrio. Busca la verdad en los gritos del verdulero y no en los que proceden del gallinero político y mediático. Sé consciente de que el universo entero se contiene en un grano de polvo que pisan tus zapatos. Por lo demás, nada podrán los caníbales contra los quesos de Robinson Crusoe si los compartes con amigos y los acompañas con un vino apropiado.

© El País (España)

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