Por Giselle Rumeau |
Es difícil saber la verdad pero a esta
altura de los acontecimientos nadie debería discutir que el país necesita que
se castigue a la corrupción y se regeneren las instituciones aunque eso tenga
un costo en la economía. El dilema no debería darse entre la impunidad o la
recesión, cuya génesis es anterior a la explosión del caso de las coimas. Con
todo, es probable que esas dos variables sean los principales argumentos de
campaña.
Así las cosas ¿a quién beneficia más en términos electorales
este escándalo? ¿A Cambiemos o al Peronismo Federal?
Algo es claro. Para los comicios presidenciales de 2019
falta un año, que significa una eternidad para la agenda política en la
Argentina. Y el tsunami que levantó la difusión detallada del festival de
coimas que se dio durante la década ganada tiene aún efectos impredecibles.
Pero las decisiones que se tomen en los próximos meses podrían modificar el
escenario de manera contundente. Si la economía mejora, sea por rebote o por
crecimiento genuino en el segundo trimestre del año que viene, como avizoran
algunos analistas, Macri podrá convertirse en un candidato competitivo y volver
a soñar con la reelección. Pero si la crisis se complica, será clave la
permanencia de Cristina Kirchner en la carrera electoral. La contienda no sería
la misma si ella es candidata o termina detrás de las rejas.
Según los expertos consultados, el futuro de la ex
presidenta puede ser funcional al Gobierno o al PJ no kirchnerista, según el
casillero del tablero judicial en el que se encuentre. Y en ese sentido, el desafuero
de la senadora se transforma en algo crucial para el futuro. Tal como está hoy
la situación, con la mayor parte del peronismo protegiendo a CFK en el Senado,
incluso para evitar los allanamientos a sus domicilios solicitado por el juez
Carlos Bonadio, la situación pareciera dejar mejor parado al Gobierno, aún en
medio de la tormenta económica.
Así lo expresa Orlando DAdamo, experto en comunicación
política y estratégica. "Con este cuadro, hoy el más beneficiado es el
Gobierno. Por un lado, el escándalo saca el foco de los temas económicos, al
menos de la manera en la que estaba en los medios. Le da aire a la Casa Rosada
siempre y cuando la economía no se le vaya de las manos. También revive en la
opinión pública todas las imágenes asociadas a la corrupción kirchnerista, que
vuelve a sorprender por su envergadura aunque no por su naturaleza. Y en tercer
lugar, encierra al PJ en un callejón sin salida: o queda como cómplice,
defendiendo corporativamente los fueros de cualquiera de sus integrantes, o se decide
a sacar realmente de juego a CFK para el año que viene y fomentar la unidad de
cara a las PASO", afirma.
A diferencia de la Cámara baja, donde en octubre de 2017 se
procedió a suspender los fueros del diputado Julio De Vido a pedido de los
jueces federales Luis Rodríguez y Claudio Bonadio, en el Senado existe una
jurisprudencia distinta: no se desafuera a uno de sus miembros hasta que exista
una sentencia firme confirmada por la Corte Suprema de Justicia. Esta decisión
política alentada por el peronismo viene beneficiando no sólo a Cristina
Kirchner sino al ex presidente Carlos Menem, sentenciado a siete años de
prisión en 2013 por el tráfico ilegal de armas a Ecuador y Croacia -ocurrido en
1995- pero sin sentencia firme ante el sinfín de artilugios recursivos
presentados por su defensa. No se trata sólo de corporativismo, sino de
preservación para el futuro ante la eventualidad de que se abran nuevos
procesos judiciales. "Hoy por tí, mañana por mí", pareciera ser el
lema de la Cámara alta.
Si se impusiera ese viejo hábito en el Senado, es probable
que Cristina no tenga sentencia firme antes de 2019 y pueda ser candidata. Ese
escenario beneficiaría al Gobierno de Cambiemos, en especial, si el año que
viene no tiene resultados positivos en la gestión para mostrar y el único
modelo de diferenciación deba ser con el de la corrupción K.
El politólogo Luis Tonelli coincide. "La del 2019
parece ser una elección en donde se votará por el espanto más que por el amor.
Macri se entusiasma con una CFK lo suficientemente posicionada para ganarle al
resto de los competidores pero lo suficientemente débil para perder con él. El
problema es que si ella no es candidata, cualquiera de la "ancha avenida
del centro" puede juntar el voto negativo contra el Presidente", remarca.
Su colega Julio Burdman cree que el escándalo, en términos
electorales, no le sirve a nadie. "Eso de que le da aire al Presidente lo
hubiera creído en un momento de mayor calma económica. En plena crisis de
confianza, el caso de los cuadernos genera más incertidumbre. Obviamente al
kirchnerismo no le conviene. Puede que el PJ Federal sea el más favorecido.
Pero también es cierto que los gobernadores enfrentan dificultades en sus
provincias. A ellos le sirve un escenario más calmo. Habría que ver lo que
sucede más adelante, en caso de que se avance con el desafuero de
Cristina", explica.
Quizá la pregunta deba reformularse: ¿a quién le conviene
más que Cristina sea desaforada, quede tras las rejas y fuera de la contienda
electoral?
Según Tonelli, el más interesado en que el jefe de bloque
del PJ Federal, Miguel Angel Pichetto, insista en la doctrina histórica del
Senado, "si ella cae en las encuestas pero no demasiado", es Macri.
Es decir, pierde más Cambiemos con CFK presa.
-¿Pero qué peronista podría aglutinar el voto anti M en
2019?
-No cualquiera puede hacerlo, pero el que quede será
producto de la decantación de tres vueltas. Es decir, el candidato que quede de
la selección institucional de las PASO, primera vuelta y segunda, tendrá una
alineación natural -destaca.
Según Tonelli, en el futuro tablero electoral pueden quedar
los extremos (Macri o CFK) o puede quedar el Presidente y el candidato que hoy
represente a la porción del electorado que no es ni K, ni M. "Por
propiedad geométrica euclidiana, en un espacio de distribución normal, tipo
campana de Gauss, gana quien conquista al votante del medio. El que conquista
el centro, suma lo de él, y lo que está a sus espaldas, confinando al extremo a
sólo lo suyo", destaca.
DAdamo coincide en que la salida de Cristina y la unidad del
peronismo perjudicaría a Cambiemos. Pero ve difícil que el Senado suspenda los
fueros de la ex mandataria sin que tenga sentencia firme porque todos temen
estar salpicados por algo. "Tampoco veo tan fácil en esta vuelta la unidad
de figuras como Agustín Rossi, Felipe Solá, Juan Manuel Urtubey, Sergio Massa y
Pichetto", remarca.
En síntesis, el peronismo tiene la oportunidad de limpiar su
imagen, modificar la decisión política del Senado, suspender los fueros de la
senadora -con cinco procesamientos y uno en camino por la causa de los
cuadernos- y posibilitar una interna entre todos los sectores, que habilite un
candidato único como alternativa del deterioro económico del macrismo. Ese
escenario sería el más temido por el Gobierno. Pero la ferocidad del tornado de
las coimas podría llevarse puesto también a varios gobernadores. Habría que ver
hasta cuando se podrá sostener esa sólida defensa al kirchnerismo en el Senado.
© 3Días
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